Rumbo a los octavos de la Copa
Vélez dio un gran paso
Le ganó 3 a 1 a Peñarol y quedó muy cerca de la clasificación a la siguiente instancia de la Libertadores; mirá los goles.Curiosa imagen la que entrega el partido de Copa Libertadores en Liniers justo en el "día del hincha de Vélez". Puertas cerradas y vacíos los escalones de las tribunas por la sanción impuesta por la Conmebol por los incidentes de la semana pasada en el estadio Centenario, en Montevideo. Ésa es la triste sensación que quedó ayer en la cancha.

Fue algo raro, extraño, feo al fin. Así lo repitió la mayoría de los jugadores, aislados puertas adentro, los que ayer casi que se sintieron incómodos en los gritos de gol por no tener con quién festejarlos. Extraña manera, la que les tocó afrontar a los dirigidos por Ricardo Gareca, de doblegar a Peñarol por 3 a 1, de quebrar la paridad en el Grupo 4 y de acercarse a la clasificación... Fue como un escenario de entrenamiento, otra de las frases utilizadas por los protagonistas.
En lo estrictamente futbolístico, en el primer tiempo hubo poco ritmo de juego. Peñarol estuvo un poco más ordenado e insinuaba algo con el manejo de Fabián Estoyanoff y la movilidad de Marcelo Zalayeta. A Vélez le costaba mucho conseguir la pelota y los delanteros quedaban aislados, sin la conexión precisa de Federico Insúa. ¿Situaciones? Pocas. En un partido cerrado, Vélez trataba de arrimar peligro con los arranques de Jonathan Copete.
EL PENAL QUE NO FUE
El conjunto uruguayo se puso en ventaja como consecuencia de un error del árbitro brasileño Leandro Vuaden. Es que el juez castigó con penal una mano fuera del área de Gino Peruzzi. Estoyanoff cambió el fallo por gol a los 23 minutos.
No se podrá negar que hubo ímpetu y entrega, aunque hay que apurarse en aclarar que eso no redundó en un buen juego, en la generación de ideas, en la elaboración precisa. La igualdad para Vélez llegó a través de un tiro libre de Sebastián Domínguez que pegó en el palo, impactó en la espalda de Enrique Bologna e ingresó para tranquilidad del equipo de Liniers.
El segundo período resultó un partido radicalmente distinto de lo que se había visto hasta entonces. Todo lo que había tenido de intrincado se desató en favor de Vélez. Se le resolvió más fácil que como había empezado. Tuvo situaciones, pero la mano de Damián Macaluso ante un centro de Peruzzi y el penal capitalizado por Insúa le abrieron paso a otro encuentro. Peñarol se derrumbó y dio facilidades impensadas que Vélez aprovechó con la mejoría de los hombres de ataque.
En menos de tres minutos, Vélez hizo dos goles y se puso arriba del marcador, con hombres que llegaban cómodamente a zona de definición. Una situación ideal para que Copete mantuviera su desequilibrio y se anotara en el marcador. El tercer tanto de Vélez fue anotado por el colombiano en dos tiempos: primero remató, y después aprovechó el rebote con un cabezazo que dibujó un globo por encima de Bologna.
Hacía tiempo que un partido de Copa Libertadores no presentaba un escenario tan llamativo. En su día, los hinchas de Vélez tuvieron que ver el partido por televisión. La emoción fue virtual. No hubo cánticos, silbidos, banderas... público. Todo fue a la distancia.
Miércoles, 13 de marzo de 2013