Una leyenda del arco de Boca
Murió Antonio Roma
Tenía 80 años y estaba internado. Ganó 6 títulos en la entidad de La Ribera y atajó en dos Mundiales con la Selección. Pero quedó inmortalizado en el penal que le desvió a Delem.Cuando el fútbol argentino no era la selva de estos días, en el arco de Boca vivía Tarzán.Antonio Roma -prototipo del arquero atajador; de él se trata- murió ayer a las 13.15, a los 80 años. Estaba internado en el hospital Santojanni debido a un virus intrahospitalario que lo afectó el mes pasado.
El Tano, otro de sus populares apodos, exhibió como futbolista una mistura de orgullo, confianza y amor propio que desbordaba a ese monumento de hombre envasado en un ropero de un metro ochenta por ochenta y pico de kilos.
Cuentan compañeros de quien fue amo y señor del arco de Boca durante 12 años -defendió esos colores en 332 partidos entre 1960 y 1972- que en los entrenamientos había un chiste fácil. Dos compañeros se acercaban al lugar donde Roma se estaba exigiendo al límite y armaban una charla para tocarle las fibras íntimas: “Che... Me contaron que Amadeo (obvio, por Carrizo, el de River) hace 200 abdominales después de cada entrenamiento” , afirmaba uno.
“Nooo, es imposible. Para mí, un arquero se desmaya antes de la flexión 150” , devolvía cómplice el otro. Nada más hacía falta para azuzar el volcán que permanentemente estaba en ebullición dentro de ese grandote bonachón y 250 o 300 flexiones, seguro, eran el cierre de su preparación. Y, claro, luego había que bancar el contragolpe: “Vieron, manga de charlatanes, siempre hablan por hablar. Yo hago 300 abdominales y mírenme, estoy fresquito como una lechuga”.
Así era de genuino. Así de ganador. Así de competitivo. Como Ubaldo Fillol y Hugo Gatti polarizaron las opiniones para definir cuál estilo de arquero era el preferido, Roma y Amadeo dividieron los gustos en los años 60. Si el de River usaba guantes, él atajaba a manos limpias. Si Carrizo lucía una bermuda, él se calzaba el pantaloncito lo más ceñido posible. Uno, con rodilleras; el otro, a rodillas peladas.
El destino los puso a cada uno, el domingo 9 de diciembre de 1962, en los arcos de la Bombonera para que Tarzán quedara colgado a perpetuidad del reconocimiento del pueblo boquense. A poco del final, voló hacia su derecha y le atajó un penal al brasileño Delem y así Boca dio el paso decisivo para ser campeón en la fecha siguiente.
“Penal bien pateado es gol” , sentenció el árbitro Carlos Nai Foino para disimular el marcado adelantamiento del guardavalla.
Las estadísticas marcan que empezó su carrera en Ferrocarril Oeste, club en el que debutó en 1955 -ese día atajó un penal ante Lanús- y donde jugó hasta 1959, con 95 presencias. Su trayectoria en Boca comenzó el 3 de abril de 1960 -fue triunfo sobre Estudiantes por 2-1- y se despidió el 18 de junio de 1972, en un empate 2-2 frente a River.
A la hora de recorrer sus festejos en Boca hay que contar los títulos en 1962, 1964 y 1965, los torneos Nacionales de 1969 y 1970, más la Copa Argentina de 1969. Fue el arquero titular de la Selección Argentina en los Mundiales de Chile 1962 e Inglaterra 1966, con 42 encuentros defendiendo el marco que heredó de Amadeo tras el fracaso en Suecia 1958.
Su nombre y sus hazañas entraban los domingos en las casas de los futboleros por aquellas trasmisiones radiales que lideraba Bernardino Veiga, inventor en eso de seguir las campañas de una divisa.
“Saca Romaaa... Pelota en el aire...”, narraba por Radio Mitre.
Si algo no se puede medir ni pesar de modo alguno es lo que Antonio Roma significó para la historia de Boca y para los hinchas que vivieron cómo se construía la leyenda en uno de los clubes más importantes del mundo. Por supuesto que para meterse en el alma de la gente tuvo que ayudar a ganar y a participar de esas conquistas que resisten inoxidables el paso del tiempo. Sin embargo, se sabe que con eso solo no alcanza.
Antonio Roma fue distinto porque la gente lo tomó como un símbolo del club. Y le reconoció que lució como un arquero hecho a la medida de Boca.
Su restos son velados desde anoche en Cucha Cucha 1875. Y serán sepultados hoy, en lugar que comunicará su familia.
Jueves, 21 de febrero de 2013