NOCHE CHAMAMECERA
El “Bocha” Sheridan, un río de emociones
La cuarta noche se destacó con la brillante actuación de Santiago Sheridan. El artista mercedeño se despachó a gusto con clásicos chamameceros, logrando afianzar el profundo amor popular que le tiene el público. “Soy un hombre feliz cuando siento el cariño de la gente”, dijo. El chamamecero cerró su actuación con un homenaje a sus hermanos.“Soy un bendecido de Dios y me siento honrado de mi pueblo chamamecero”, dijo el artista que bajó conmovido del escenario.
Con solo nombrarlo los sentimientos se activan y la pasión fluye como agua entre los dedos luego de que la voz de su amigo Raúl Báez, lo nombrara a Santiago “Bocha” Sheridan que en la cuarta noche de la Fiesta Nacional del Chamamé se llevó de trofeo el amor popular y la ovación al público.
Entre tubos de luces y escoltados de imponentes imágenes litoraleñas que pintaban una postal tradicionalista a las espalda del querido “Bocha”, el ambiente se colmó de entusiasmo previo a su llegada al Sosa Cordero donde no hizo más que emocionar. “Corrientes cambá” sedujo de inmediato estremeció al público que disfrutó cada palabra y cada melodía el show de este ilustre chamamecero.
El repertorio continuó con otro clásico chamamé “A lo Rzepecki” canción sensible que alcanzó el alma del público que se reflejó por rebote en el artista. “Gracias Corrientes por tanto cariño y tanto afectos”, exclamó Sheridan golpeando su pecho.
A sus pies se multiplicaban las parejas soltando frente a él su danza mientras que otros levantan su vaso al cielo, a modo de brindis como agradeciendo a tanta bondad chamamecera. El cantante nacido en el paraje mercedeño de San Salvador brindó un aceitado espectáculo junto a sus compañeros de ruta y de escenarios Martín Sena en guitarra, Hipólito Benítez en bandoneón, su sobrino Sebastián Sheridan en bajo y su hijo Santiago.
También sumó su pasión para el baile y Sheridan ofreció “Leyendas de Ita Hasé”, “Nuestros sueños y la distancia” y con la invitación del acordeonista Julio Ramírez tocó “La Cruz de la Pobreza” y “Niña del ñangapirí”.
Ya promediando el final la gente presentía que la luz del show del Bocha se iba apagando y los aplausos se hacían eternos. “Bocha ídolo”, gritaba un joven fanático ubicado a metros del escenario desde donde lo escuchó el artista saludándolo con un guiño de ojo. “Es un maestro”, dijo el espectador mientras apretaba su puño al pecho y desde la otra mano levantaba su vino “a la salud del maestro Bocha”, dijo.
El artista buscó la despedida con dos clásicos, uno de su pueblo “Adiós ciudad de Mercedes” y la preciada “Cañada fragosa”, una de las versiones más lindas en la voz de Santiago. El bis nuevamente se impuso cebada de pasión que permitió un tema más, el esperado que abre de recuerdos su mente y corazón en dedicatoria a sus hermanos Gringo y Michel que perdieron la vida en la tragedia ocurrida el 8 de septiembre de 1989. Así cerró su espectáculo con el tema compuesto por Mario Bofill y Julián Zini, “Flores del alma”. Un momento estremecedor en el anfiteatro entero.
Jueves, 17 de enero de 2013