Empató con un River tibio, sin reacción y carente de juego
Independiente fue muy superior y mereció ganar
FINAL: INDEPENDIENTE 2 - 2 RIVER. El Libertadores de América fue el escenario donde se enfrentaron dos gigantes del fútbol mundial que hoy se encuentran con un presente no acorde a su historia.
El "Millonario" aprovechó ese golpe de suerte y revirtió el marcador con un potente disparo de Carlos Sánchez. Pero luego los defensores y el arquero de la visita volvieron a desconcentrarse y Leonel Galeano, desde el piso, decretó el empate. Néstor Pitana fue el árbitro del encuentro y tuvo un muy pálido desmpeño, ya que no cobró dos claros penales para el local
¿Clásico devaluado? Para nada. En Avellaneda se dio un partido vibrante, emocionante, con goles y con algunas incidencias polémicas. Así, el Libertadores de América fue testigo del empate 2-2 entre Independiente y River.
Lo primero que hay que remarcar es que el empate fue injusto. ¿Por qué? Porque el "Rojo" fue superior durante todo el partido y mereció quedarse con el triunfo.
Apenas comenzado el partido, los de Gallego se pusieron en ventaja (a los 3 minutos) a través de Fredes, quien apareció solo en el área chica y sólo tuvo que empujar un perfecto centro de Ferreyra. Y a partir de allí, todo fue del equipo de Avellaneda.
A través de Fredes y de la movilidad que le dio Farías en ataque y Ferreyra en el mediocampo, Independiente le manejó la pelota siempre ante un River que careció de ideas y que tuvo una pésima tarde de su defensa. No aparecía Ponzio y poco de Villalva, por lo que Funes Mori y Mora nunca tuvieron limpia la pelota.
Sin embargo, y más allá de que no lo merecía, Bottinelli consiguió la igualdad en un centro aislado y tras un error defensivo local (entre los jugadores de campo e Hilario Navarro). Esto no modificó el trámite del encuentro: Independiente intentaba y preocupaba; mientras que River cometía todos los errores defensivos posibles y no generaba juego.
El encuentro ni siquiera había llegado a acomodarse, cuando el local golpeó apenas a los tres minutos por intermedio de Hernán Fredes.
A partir de allí todo era del elenco de Avellaneda, que intentaba aprovecharse de las importantes desconcentraciones que sufría la visita en su última línea. Sin embargo, Jonathan Bottinelli sacó ventaja de una tardanza en salir de la defensa rival y de cabeza empató el duelo, en la primera llegada que tuvieron los de Núñez.
Luego de esto, el duelo se emparejó. Ya en el complemento, Fredes dilapidó una increíble ocasión idéntica a la del gol y mandó la pelota a las nubes cuando estaba solo abajo del arco.
Ya en el complemento, los de Avellaneda mostraron una, aún más clara, superioridad. Sin embargo, y luego de salvarse por una mala definición de Fredes, Sánchez le dio a River un 2-1 parcial e inmerecido.
A partir de allí, River empeoró aún más. Ni siquiera pateó al arco. Almeyda metió un cambio defensivo (Affranchino por Villalva) y puso a Trezeguet, que no llegó a tocar 5 pelotas en los minutos que le toco jugar (ingresó a los 16 minutos del complemento).
Independiente, por su parte, se fue con todo al ataque. Y aunque le faltaron un poco de ideas (se cayó Fredes, pero ingresó bien Vargas), fue el único de los dos que quiso ganar y estuvo cerca de hacerlo.
¿Qué le faltó? Tranquilidad en los metros finales y que Pitana cobrara el enorme penal por una mano de Cirigliano, que sólo el árbitro no vio.
Así, Independiente, que terminará otra fecha en zona de descenso, mereció ganar, pero no lo logró. River, por su parte, se llevó un punto; aunque también se quedó con toda la preocupación por haber jugado uno de sus peores partidos en el campeonato.
Sábado, 24 de noviembre de 2012
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