ALEJANDRO SABELLA
“Dirijo a Messi y siento que fui tocado por la varita mágica”
Si Alejandro Sabella hubiera nacido con una lámpara bajo el brazo, quizá podrían haberlo bautizado Aladino. Pero por más que la frotara con fuerza, al genio lo encontró hace 465 días, cuando asumió su cargo en la Selección. Y en el país de las mil y una noches, Pachorra tiene claro que es un elegido por dirigir a un futbolista que bajo su órbita potenció su rendimiento con la camiseta celeste y blanca. Por eso dice entre esos hombres que visten de blanco: “Dirijo a Messi y siento que fui tocado por la varita mágica.
Si te toca dirigir al mejor jugador del mundo, uno de los más grandes de la historia, es un privilegio, aunque no todo te pueda resultar tan fácil, ¿no? Tiene muchísimo de positivo. Aunque hay que saber tratar a este tipo de jugadores. Cuando un futbolista tiene tanta jerarquía, hay que tener tacto para hablar”.
-¿Messi, entonces, tiene un trato preferencial, diferente al resto?
-Me parece que es importante que el resto entienda el liderazgo que tiene un jugador de su naturaleza. Puede ser más o menos visible, pero existe esa supremacía. Además, es el capitán del equipo. Todos saben que el líder es él y eso hace más fácil el trabajo grupal.
-¿Sos el técnico que le encontró la vuelta? El año pasado, en India, dijiste que había que dejarlo tranquilo. Y a partir de ese momento, empezó a mostrar lo que se le venía reclamando, nada menos, lo que hacía en Barcelona.
-Corresponde que Leo responda esta pregunta. Considero que hay una cuestión natural de maduración y él está tranquilo y feliz. Yo siempre lo vi jugar bien en la Selección. Tuvo aquel partido con Colombia, después el que jugamos con Suiza, donde hizo tres goles por primera vez con la Selección y eso potenció su confianza.
-¿Lo ves más hombre?
-Hay un poco de todo. Creo que, fundamentalmente, tiene unas condiciones extraordinarias.
-¿Creés que lo hará aún más responsable haber sido padre?
-Es algo muy importante en la vida de una persona. Sin dudas, va a fortalecer su espíritu.
-¿Sos de hablar mucho con él?
-No soy de hablar mucho con los jugadores. Pero los escucho. Los que entran a la cancha son ellos y quiero que estén cómodos. Si tengo alguna duda, pregunto.
-Pero hablaste largo y tendido con Messi en estos tiempos. El te dijo que le gusta jugar con Di María, Agüero e Higuaín y accediste.
-Y sí, a él le gusta jugar con más compañía arriba. Lo hizo público. No fue el único que me lo dijo.
-¿Te abrumaron?
-No, no ... Son ellos los que entran a la cancha. Después, hay que charlarlo y tomar decisiones.
-No sos cerrado ni morís con las botas puestas, entonces.
-Me gusta la versatilidad, la elasticidad, cuando me hablan del esquema de juego, no me gusta jugar de una sola manera. Los jugadores me pueden hacer ver que estoy por el camino equivocado, tengo que caminar por un sendero fino, para mantener el equilibrio. Y si tengo que cambiar, cambio. Porque la soberbia es un pecado que no me puedo permitir. Al contrario, tengo que ser humilde y escuchar.
Escucha Sabella, entonces, cada pregunta. Lo hace con detenimiento. Y contesta con argumento.
-¿Imaginabas que te iba a ir tan bien hace un año y 100 días, cuando asumiste el cargo?
-Desde lo numérico, ha sido un año muy bueno. Estamos primeros en la clasificación, en la última jornada sacamos una ventaja que nos da cierta tranquilidad. Con un plafón porque hay tres equipos que están cuartos y a ocho puntos de nosotros. Desde el punto de vista del rendimiento, hubo momentos difíciles, especialmente en el empate con Bolivia, la derrota con Venezuela y un rato con Colombia. El equipo creció, fue mejorando, fue creyendo en sus condiciones, más allá de que el fútbol es cambiante y que se puede sufrir con un equipo ofensivo como el que tenemos.
-¿Creés que encontraste la base?
-Hay un estado de vigilia permanente, una búsqueda constante. Porque tenemos nuestras fortalezas, pero también, debilidades. Así que tenemos que tratar de corregir nuestras flaquezas, sin descuidar nuestros puntos altos.
-Vos tenés mucha tela para cortar en ataque, ¿la circunstancia te obliga a poner todo el potencial?
-Es preferible que sobren jugadores. Pero hay problemas más graves que el mío. No me tengo que preocupar por cómo hacer para que mi equipo llegue al arco rival.
-Pero tenés que encontrar el equilibrio, ¿no? ¿Eso te inquieta?
-Me preocupa porque el fútbol es un juego de conjunto y de contraste. Primero, está tu equipo. Después, no podés descuidar lo que hace el rival.
-¿Por eso probaste con cinco defensores contra Brasil?
-Me gusta tener variantes. Si los rivales te conocen de memoria, más allá de la impronta individual de nuestros jugadores, es una ventaja. Y no nos podemos relajar.
Martes, 13 de noviembre de 2012