Me cuesta creer en el matrimonio
¿Matrimonio para toda la vida?
No es que piense que es una institución basada en un idealismo irreal, que no crea en eso de que dos personas puedan estar juntas – y de paso ser felices – hasta que la muerte los separe. Es la experiencia personal, la que me hace sentir que creo en el Viejo Pascuero. Mis papás, separados, mis tíos también. Mis compañeros de trabajo separados. Mis abuelos están casados, pero por la cresta que lo pasaron mal. Mi otro abuelo es viudo, así que no entra en el conteo…
Al ojo común todos están separados y es pan de cada día. Yo soy, o era, no sé aún, uno más de los convencidos de que el divorcio es la cura a un idealismo, equiparable al conejo con los huevos de chocolate en Semana de Resurrección. Pero la verdad es que este fin de semana me topé con dos matrimonios que parecían irreales.
El primero eran dos buenos amigos, ella lo acompañaba a sus deportes y él la seguía a la peluquería. Ella lo llamaba de la oficina porque tuvo un pésimo día y él la esperaba con un picoteo con las cosas que más le gustaban a su señora. “Te pasaste”, pensé yo, “musho lusho”. La suerte de algunos!!, me dijo mi voz interna, y seguí mi camino.
Después me topé con otro matrimonio que luego de acostar a sus 3 niñitas salen a caminar todas las noches y se cuentan los detalles del día. También tienen un momento sagrado en la semana para estar solos los dos.
Son parejas que llevan harto tiempo juntas, 3 y 15 años respectivamente. Y lo increíble de todo, es que una es mi prima, y la otra es mi hermana. ¡Y nunca me había dado cuenta! Tal vez es el exceso de información pro divorcio lo que hace a uno acostumbrarse a la visión de que la regla es la separación. Como un buen Gerente de Marketing.
Bueno, yo le puse un “párale”. Abrí los ojos un poquito y encontré dos matrimonios que no están juntos porque firmaron un papel, ni siquiera por los hijos, sino porque encontraron la fórmula para realmente ser felices dentro del “hasta que la muerte nos separe”.
Jueves, 18 de octubre de 2012