BARBY FRANCO “MI NOVIO, EL GRAN AMOR DE MI VIDA, ES MI AUTO” Con su sensualidad a flor de piel y la picardía que le dio el barrio, busca su lugar en los medios. La coconductora de A Todo o Nada, por Canal 13, cuenta cómo son sus días lejos y cerca de la villa de Barracas que la vio crecer, y sorprende con su particular postura sobre las adicciones. MIRA LAS FOTITOS La morocha que todas las tardes calienta la pantalla de Canal 13 en A Todo o Nada, el programa de Guido Kaczka, palpita un nuevo cumpleaños, que llegará a mediados de mes.
"Con todo el sacrificio que hice, me autorregalé un auto Fiat 500, que me gustó apenas lo vi. Materialmente hablando, es el obsequio más importante que me pude hacer desde que salí del barrio y di mis primeros pasos en el modelaje y la televisión. Más que mi hijo adoptivo, pasó a ser mi novio.
Comparte mucho tiempo conmigo, mis sentimientos, enojos, alegrías. Creo que es el gran amor de mi vida por lo que me costó conseguirlo, y por lo que me aguanta", contó la modelo de Leandro Santos.
–¿Qué música se escucha en el autito? –Acá adentro está completamente prohibida la música electrónica, se escucha ciento por ciento cumbia villera. ¡Ni en pe… escucho electrónica! –Este gran amor de tu vida, ¿te vio compartirlo con un hombre? –No, ahí ya estamos hablando de un trío, soy completamente fiel. No le meto los cuernos, estoy enamorada, ¿qué querés que te diga?
–¿Es cierto que solés ir bastante seguido a la Villa? –De los siete días de la semana, cuatro estoy en el barrio. El otro día fui y me clavé tres platos de locro, estaba muy bueno. Hace mucho que no comía tan pesado, fui a parar a la Trinidad, me inyectaron Decadrón porque se me había brotado todo el cuerpo. Pero comerme tres platos de locro fue una sensación inexplicable.
–Un gran contraste, pasaste de la villa a la Trinidad… –Es raro, pero es lo que me toca vivir, eso me ayudó bastante, nunca tuve punto medio en mi vida. Es mi cable a tierra, si hoy no voy ahí me muero, siento que no respiro, no soy yo, es muy raro lo que me pasa. Estuve quince días sin ir porque tenía mucho laburo, y me agarró un pico de estrés. Aparte de comer, nos emborrachamos. Ahora que vienen los días de calor, paramos en una placita que hay ahí y tomamos a morir.
–¿Cómo reaccionan tus colegas cuando les contás que estuviste en el barrio? –Algunas se matan de risa cuando les cuento lo que hice. Otras, me dicen que es un terrible contraste. Tal vez, las chicas bien nunca lo van a entender. Quizá, a mí me demuestran que es copado y entre ellas se dicen que soy una grasa. Me chupa un huevo lo que digan.
–Se habla de que en los barrios carenciados circula mucha droga y que en el ambiente artístico también, ¿cómo es tu relación con las adicciones? –¡Nunca probé nada! Mucha gente se sorprende por el prejuicio de haber nacido en una villa, pero ni siquiera sé lo que es un porro. Respeto mucho a la gente que lohace porque debe ser para salir de algún problema. Tal vez les hace bien, qué sé yo, pero jamás tocaría nada. Tengo familiares metidas en el paco y duele mucho verlas tiradas o sin progreso de nada. En el ambiente se ve mucho, me han convidado, pero a mal puerto van por leña.
–¿Hay un tenista muy conocido que quiere conquistarte? –Es verdad, mi corazón está ce- rrado, pero uno nunca sabe… No descarto la posibilidad de conocerlo, vamos a ver qué pasa porque estoy abocada a aprovechar las oportunidades laborales que me surgieron. Por ahora, seguiremos hablando por mensajito.
Domingo, 7 de octubre de 2012
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