Policiales
Al subcomisario contrabandista le atiende el estudio jurídico del ex jefe de Policía
La aprehensión el último fin de semana de un oficial jefe de la Policía de Corrientes contrabandeando cigarrillos, advertiría nichos de corrupción dentro de la fuerza provincial. El subcomisario Jesús Ariel Segovia Cabral, sería la punta de los tantos ovillos a desmadejar de la institución policiaca.
Por su edad alrededor de los 50 años, Cabral debería tener una jerarquía de Comisario Inspector, o posiblemente con algunos acomodos, llegar a Comisario Mayor. A este efectivo correntino, que circulaba a bordo de un Toyota Etios, lo agarró gendarmería nacional cuando transportaba de ilegalmente 4000 paquetes de cigarrillos de origen y procedencia extranjera. Una especie de bagayero como se lo conoce en la jerga folklórica a quienes contrabandean esta clase productos.
Actualmente presta servicios en Seguridad Vial Paso de los Libres, y antes estuvo en la División PRIAR, controlando a los cuatreros. El dato, es que Cabral tiene algunas causas abiertas en la justicia, aunque en su mayoría, a los expedientes lo fueron cajoneando en los estrados penales, como los sumarios.
Sin dudas que para obtener esa indisimulada protección, debía tener fuertes vínculos políticos o dentro de la interna de la Policía, más aún permanecer en el cargo sin ascender de rango.
El gobernador de Corrientes pidió, tras el cambio de Ministro de Seguridad, salió Buenaventura Duarte y entró Alfredo Vallejos, que se depuren los cuadros de la fuerza.
El caso Cabral, es el testimonio real, de que más allá de la orden gubernamental, algunos hicieron odios sordos. Aunque el dato más revelador pasaría por el responsable del estudio jurídico que lleva los casos del policía contrabandista: el ex jefe de Policía, Alberto Arnaldo Molina, también de profesión abogado. Y como diría el correntino, ahí noma quédate.
Miércoles, 4 de septiembre de 2024