LOS IMPUTADOS CONTINUARÁN DETENIDOS
Cabo torturado: "Me humillaron y abusaron; no volvería a la Policía"
La víctima aseguró que desde su designación sufrió maltrato del oficial y que teme por su seguridad y la de su familia. Desde la defensa técnica pedirán la ampliación de carátula e incluir abuso sexual. Esperan la exoneración total de la fuerza de los dos acusados.
EL MOMENTO EXACTO DEL BRUTAL ATAQUE A ADRIÁN.
Mientras la Justicia decidió que los dos policías acusados de torturar y abusar de su camarada continúen detenidos, ayer, habló Adrián, el cabo que fue víctima del demencial ataque de un oficial y un sargento de la División GTO de la Policía de Corrientes, aseguró que teme por su vida y que el trauma que le dejó el episodio no le permite siquiera comer o dormir. Considera que lo humillaron de tal manera que no hay lugar para seguir en la Policía.
La nota, lograda ayer por los colegas de Radio Dos, manifiesta claramente el drama por el que venía atravesando el cabo Adrián, cuyo apellido este diario decidió preservar. Hace tres meses había ingresado a la fuerza luego de pasar por el ejército y comenzar sus estudios en el profesorado de Matemáticas. Tenía planes y objetivos de crecimiento personal y profesional y pensó en la Policía de Corrientes como uno de ellos, aunque jamás imaginó que aquella decisión iba a marcar a fuego su vida de la peor manera imaginable.
Adrián había sido destinado a la base que la división GTO posee en la Comisaría de San Francisco, jurisdicción de la localidad de Juan Pujol. Desde el inicio de sus actividades, no tuvo afinidad alguna con el oficial de su guardia de quien sintió siempre el rechazo manifiesto, en el trato cotidiano, que lo insultaba, humillaba y lo amenaza dejarlo diez días preso si le daba ganas. De hecho, el mismo día del ataque había solicitado el cambio de guardia. La tarde del 28 de marzo, cerca de las 18, el cabo se encontró con una reunión en la que había ronda de bebidas alcohólicas (en pleno servicio). "Hicieron una ronda, había una silla vacía y el oficial me ordenó que me sentara y bebiera con ellos, pero me negué. En eso hace entrar a todos mis compañeros diciéndoles que por mi actitud iban a ligar todo ellos, buscando la desaprobación de mis compañeros hacia mí" relató.
El oficial le ordenó sentarse. "Venga, siéntese o si no lo busco", le dijo el jefe de la agrupación. "Luego de cuestionamientos hacia mi persona -continuó el cabo- el sargento se paró y me atacó por detrás; me pegó un sopapo en el cuello y me dejó aturdido gritando que tenía que aprender a callarme, que no debía contestarle al oficial. Ninguno de mis compañeros presentes se movió. Quedaron sorprendidos por el ataque. El sargento se paró frente a mí y dijo: "Nadie te va a defender", luego me golpeó varias veces más. El oficial se paró detrás de mí, me aplicó una llave para inmovilizarme, me quitó el arma reglamentaria, me sacaron mis propias esposas y las colocaron en mi mano izquierda. No pude defenderme, me bajaron el cierre del pantalón y comencé a gritarles ¿qué hacen, qué hacen?. El sargento me bajó los pantalones y comenzó a apretarme los testículos causándome mucho dolor". Adrián confesó que cuando era niño fue abusado y que ahora volvió a sentir la misma humillación. "Me reventé estudiando para progresar. Hoy no duermo, no como, temo por mi seguridad. Me quitaron las ganas de soñar y avanzar. Hoy para mí no hay lugar en la Policía, quizá en algún momento vuelva", concluyó.
Por su parte, el abogado Gustavo Briend, que representa legalmente al cabo, confirmó que los dos efectivos han perdido el rango policial, solo queda la exoneración total de la fuerza. Los imputados van a llegar presos al juicio. La causa está caratulada como vejámenes, pero se intentará ampliar la imputación para incluir el abuso. El video de los hechos ha sido clave en la investigación.
Viernes, 12 de abril de 2024