DESMITIFICÁ & GOZÁ
Las verdades del sexo, al desnudo
La frecuencia, las ganas, la cantidad, el tamaño… Todo es tema de discusión –y de opinión- cuando de sábanas se trata. ¿Mitos o realidad? Revelaciones hot que te van a sorprender. Ellos siempre quieren; nosotras, mucho menos. El tamaño importa, ¿o no tanto? Si tiene una amante, es que no pasa nada con la esposa. Y la lista sigue. Es que muchos son mitos (y pocas las verdades) que rigen el juego del sexo y el placer. ¿Cuánto tienen de cierto y cuánto de exageración? Enterate.
Ellos: siempre listos y con ganas. Nosotras… ¡No! Falso. Sí es verdad que, a menudo con demasiada a frecuencia, nos despiertan a la madrugada excitados, abrazándonos por detrás y nosotras realmente no tenemos interés en responder a esta iniciativa. Pero nada de esto tiene que ver con nuestra falta de deseo, se relaciona con nuestro cansancio (la casa, el trabajo, los chicos, ¡a veces es mucho!) y con nuestros ciclos hormonales. Todas lo admitimos: hay momentos del mes en los que nuestra libido explota y otros en los que prácticamente desaparece.
A las mujeres no nos gustan el porno, los juguetes sexuales ni el sexo fuerte. Falso. Así como también es mentira que a todas nos gustan los caminos de pétalos de rosa, las flores y algunas otras cursilerías típicas de telenovela de la tarde. Todas somos diferentes y gozamos del erotismo de manera diferente. Eso sí, lo importante es que el disfrute sea compartido en pareja.
El tamaño, importa. Falso. Mucho más importantes, a la hora de alcanzar el orgasmo, son los juegos previos, la estimulación, el sexo oral y todo lo que sume al placer de los dos.
Un buen amante, sabe complacer a todas. Y viceversa. Falso. Técnicamente, es muy probable que alguien experimentado sea “mejor en la cama” que alguien con menos horas de sábanas. Sin embargo, lo que definimos como “buen sexo” es algo muy personal y, a veces, suman más excitación nuestra percepción y emociones que la simple estimulación genital.
Ellos se excitan más –y más fácilmente- que nosotras. Falso. La intensidad del deseo es exactamente igual en ambos sexos. El problema es la imagen que se nos impone y con la que crecemos: la del hombre activo y la de la mujer pasiva. ¡Salgamos de este prejuicio y tomemos la iniciativa!
Sábado, 22 de septiembre de 2012