GUSTAVO ADOLFO VALDÉS
"El primer tiempo fuimos prudentes, ahora tenemos que profundizar el estilo de gobierno"
Es la última entrevista del ciclo “Gobernadores de la democracia”, y también la más difícil. Entre otras cuestiones, porque Valdés es el gobernador en ejercicio y el objeto de análisis todavía está en proceso. Aún así, intentamos hacer un boceto del gobierno en un tiempo especial, sacudido por los efectos de la pandemia.
Por ello mismo, se trata de una entrevista importante de cara al futuro. “Creo que el desafío nuestro era, con los sueldos al día, comenzar el despegue. Y en ese camino estamos”, dijo el Gobernador. Aún más: “Si había alguna duda sobre si podíamos gobernar o no, creo que esa duda está despejada”, remarcó.
—Gobernador: estamos en el 14 de julio de 2017: Ricardo Colombi anuncia su nombre y lo designa heredero y sucesor. Más adelante, el 8 de octubre 2017 fue electo con el 54,05% de los votos. ¿Qué recuerda de ese proceso?
—Algunos me preguntan si yo lo sabía de antemano o no. En verdad, íbamos viendo por descarte y sabía que podía ser uno de los elegidos. Me acuerdo que unas horas antes de que nos propongan como candidato, cuando me tomé la foto dije: “¿No será que les tomaron la foto a los otros también?”. Pero la verdad es que yo sabía que podía ser uno de los candidatos y a partir de ahí comenzamos a trabajar, pero fueron momentos difíciles.
—¿Por qué?
—Porque uno tiene un estado de incertidumbre; suele pasar eso en política. Me pasó lo mismo en un momento cuando estaba por ser candidato a concejal de la Capital. Era más o menos el estilo de Ricardo. Pero esos momentos de incertidumbre se dan en la política. A lo mejor no tan palmario como fue en ese momento difícil. Pero la confirmación real fue cuando salieron los nombres en público, ese mediodía en el Club San Martín.
—¿Por qué quiso ser gobernador?
—Creo que nos preparamos durante mucho tiempo. No digo que nos preparamos para ser gobernador. Yo creo que la vida política te va llevando a ocupar espacios. Mi aspiración cuando era chico, cuando veía la política allá por el 83, era ser diputado, porque era una representación popular. Me acuerdo que siempre quise ser diputado de Corrientes, en Corrientes, pero nunca pude ser diputado. Vaya paradoja. El de gobernador es un cargo que uno lo va trabajando, lo va buscando, se va preparando, se va formando, va viendo situaciones.
—¿Qué provincia fue la que asumió?
—Nos encontramos con una provincia diferente. Creo que Ricardo Colombi marcó un proceso en donde hizo cero mata a cero y fue normalizando. Había cosas que quedaron pendientes, pero ya con una provincia estabilizada. En los números estábamos ahí, quietos. Creo que el desafío nuestro era, con los sueldos al día, comenzar el despegue.
—Cuando asumió usted habló de tres cosas: desarrollo, inclusión y modernización. Al día de hoy, 4 años después ¿cuál es el balance que hace de eso?
—Creo que estamos en camino. Miro el empuje que le dimos a los parques industriales y fue tremendo. Vos te ponés a sumar cuáles son los parques industriales nuevos y vemos que multiplicamos la superficie, no sé, por 5 o por 6. Ubicamos dentro de los parques industriales un montón de empresas. Estamos generando las condiciones para el desarrollo. Estamos incorporando en producción planes que a futuro van a dar mucho que hablar y que le van a generar a Corrientes muchas posibilidades. Por supuesto que esto lleva tiempo, no se hace de un día para otro. En modernización avanzamos con dos empresas: Encorsa y Telco, una de generación de energía limpia y la otra que es nuestra empresa tecnológica. El cambio y la modernización del Gobierno, el IPS, el Ioscor, el Banco, sacar la cárcel del lugar en que estaba, me parece que son hitos. La construcción del puerto de Ituzaingó y el cambio del puerto de Corrientes, es decir, los paradigmas están. Me parece que la infraestructura está y hay que darle una vuelta de tuerca. Lo demás es inclusión. Creo que es imposible que nosotros no pensemos en incluir a mucha gente que hoy está fuera del sistema y que no tiene posibilidades, porque nos toca un momento duro.
—Usted decía en sus primeros discursos que la modernización no es comprar computadoras. Y hoy, en el año 2021, está hablando de soberanía tecnológica.
—Por supuesto, porque si no tenemos soberanía digital vamos ser dependientes a futuro de las empresas privadas y solamente vamos a tener que comprar el transporte de datos a una empresa privada. (...) Nos pasó que cuando nosotros quisimos conectar las cámaras del 911, yo me acuerdo que nos pedían 32 millones de euros, a lo cual me resistí absolutamente. Eran 500 cámaras. Bueno, después me dijeron: “Te la vamos a hacer barata y te vamos a cobrar 24 millones de euros”. Lo hicimos nosotros, con mano de obra de Corrientes, con técnicos correntinos, y tenemos hoy a través de Telco 1.000 cámaras y creo que pagamos 22 millones de dólares. Entonces, eso habla de que nosotros tenemos que invertir en la soberanía digital y así va a ser todo. Cuando nosotros tenemos paquetes de datos para ver televisión, telefonía o cable, si nosotros tenemos troncales privados es un precio y si nosotros tenemos troncales públicos donde facilitamos el desarrollo del privado, tenemos otro precio. Entonces, creo que tenemos que hacer una combinación: tenemos que dejar que el privado haga su negocio en la última milla y nosotros tenemos que apuntalar para competir y evitar que la plata de los correntinos se vaya centralizada nuevamente en Buenos Aires.
Y te agrego otro tema. El Registro Civil: hoy podemos entrar por internet y sacar una partida de nacimiento. Eso es algo que habla de la modernización. Los contenidos digitales. La pandemia nos enseñó mucho, nos aceleró los procesos. Por ejemplo, no teníamos contenidos digitales que sean de Corrientes en las redes. Entonces, teníamos que enseñar exclusivamente el contenido digital al que teníamos acceso. Ahora con Corrientes Play tenemos acceso a una plataforma con contenido y desarrollo propio, que tiene que ver justamente con eso. La computadora no es modernizarse; el contenido de la computadora es la modernización.
—Un debate enorme por la disputa de los contenidos.
—La lucha por el conocimiento es importante en el mundo. La pelea de la educación pública con la educación privada, muchas veces, tiene un contenido ideológico. El contenido centralizado educativo desde Buenos Aires, respecto de qué se enseña y de cómo se enseña también tiene su contenido. Por eso es que nosotros desde el Estado provincial tenemos que ver cómo se educa y tenemos que hacer que esa educación sea democrática y que no tenga sesgo y esté al alcance de todos.
—En el año 2018, usted proponía un ataque frontal a la pobreza. ¿Cuánto se avanzó y en todo caso, cuánto cree que retrocedimos por el covid?
—Creo que retrocedimos mucho por el covid y por la devaluación, aunque nadie habla del proceso de devaluación. Si vos te fijás cuánto ganaba un empleado público cuando inicié mi mandato, ganaba creo que 800 o 900 dólares, como mínimo. Hoy un empleado público gana 200 o 300 dólares, en la base. Entonces, la devaluación fue tremenda y la pobreza se mide en dólares, le guste o no le guste al Gobierno. Se mide en dólares y no en dólares oficiales, sino en dólares reales. Entonces, cuando uno analiza los ingresos de las personas, uno ve que gran cantidad de personas está por debajo de la línea de pobreza, cerca del 50%. Pero nunca se hubieran imaginado que el motor productivo de la Argentina se iba a apagar por dos, tres o cuatro meses. Nunca cayó 10 puntos la economía de la Argentina en un solo año y nos golpeó de lleno.
Nosotros apagamos los motores mucho tiempo menos. En pandemia construimos la cárcel de San Cayetano, una cárcel de 17 mil metros cuadrados. La producción, el campo. Nosotros seguimos produciendo. Los efectos los vamos a ver competitivamente en el futuro. Espero que no hayamos caído tanto. Porque las mediciones y el impacto de la pandemia, seguramente lo vamos a ver en uno o dos años y ojalá que Corrientes no haya caído en esta disputa. Pero tener salud, tener los motores productivos y tener pocos contagios era la premisa.
—En marzo del 2020 aparece la pandemia y ese proceso lo tomó a usted gestionando un gobierno. ¿Fueron la gestión de la pandemia y el hospital de campaña los ejes de la segunda parte del gobierno?
—Nadie puede soslayar la pandemia. Lo que nos ocurrió con la pandemia es muy duro. Por eso yo decía por ahí, no me gustaría estar en los zapatos de Alberto Fernández o en los nuestros. Cuando comencé a ver en distintos lugares que estaban juntando muertos en la calle, o una larga fila de ataúdes con retroexcavadoras que estaban en los lugares más densamente poblados, me pregunté: ¿Qué puedo hacer yo para evitar que eso nos ocurra? Fue una desesperación importante, pero creo que planificamos acertadamente la pandemia con lo que fue la construcción del hospital de campaña. Fue una pegada generar 300 unidades de terapia intensiva cuando teníamos solo 140 en toda la provincia, entre público y privado. Y salir a generar rápidamente ese hospital fue un gran alivio. Una tranquilidad tener el hospital listo y que nos agarre la pandemia de lleno ya con el hospital preparado en su primera etapa. Por supuesto que ahora nos estamos preparando para la Delta y vamos a estar terminando todo el hospital de campaña al 100%. Pero me parece que fue un acierto.
—El Presidente de la Nación reconoció a los gobernadores de la oposición, usted entre ellos, porque según dijo: “no hicieron la oposición que hizo la oposición”, en relación a la pandemia.
—Es que nosotros gobernamos. Una cosa es gobernar y otra es tener el rol de un legislador que está en el Congreso de la Nación. Nosotros estamos para gobernar y aportar racionalidad al sistema. Yo creo que con la grieta no se construye. Yo creo que con la grieta se destruye. Yo soy más dialoguista. Creo que nosotros tenemos que conversar mucho más. Por supuesto que con los que quieren conversar para esa construcción. Yo creo que hay un reconocimiento de eso.
—¿Se puede garantizar el equilibrio fiscal en medio de una pandemia?
—En líneas generales uno puede acelerar más el gasto, siempre controlado, sabiendo qué es lo que tiene que cortar, manteniendo siempre el control de las finanzas. El problema es cuando en una economía provincial se comienzan a descontrolar las finanzas. Nosotros tenemos las finanzas controladas buscando siempre el equilibrio, pesos más, pesos menos, tratando de gastar básicamente lo que nos ingresa. En general tenemos una provincia muy equilibrada, muy consolidada.
—¿Cuáles son los índices que más le preocupan de cara al futuro?
—Como índices socioeconómicos, yo creo que el índice de pobreza, pero no depende de Corrientes exclusivamente. Me parece que nosotros tenemos que salir a revertir eso. Si nosotros no construimos una sociedad a futuro, nuestros hijos no se van a quedar en la Argentina. Nosotros tenemos que hacer una gran inversión en lo que es terminalidad educativa. Si nosotros tenemos buena educación, un buen sistema educativo, tendremos otras posibilidades. Y tenemos que bajar la tasa de mortalidad infantil que es
clave, y lograr desarrollo.
—Usted es parte del Consejo Regional del Norte Grande, donde hay una decena de provincias que conforman el 30% del territorio; el 22% de la población, pero solamente el 15% de la economía. ¿Tiene futuro ese núcleo político como para poder destrabar cuestiones de alta política?
Ojalá. Lo que pasa es que se comenzó a poner calentito el Norte Grande.
—¿Por qué se puso calentito?
—Y porque comenzamos a reclamar cuestiones que hacen a la inequidad federal. Y no tuvimos ninguna reunión presencial más. Ojalá que pronto podamos volver a tenerlas.
—Usted gobernó con dos presidentes. La relación con Mauricio Macri fue buena, pero no lo fue menos con Alberto Fernández. ¿Es así?
—¿Y por qué en la política hay que pelearse con el adversario? Yo creo que la política tiene que servir como un instrumento de diálogo, de acercamiento. A mí me gustaría tener una mejor relación con Alberto Fernández. Me gustaría tener una mejor relación con los gobernadores del país y seguir mejorando las relaciones. Porque creo que la política es diálogo. Y únicamente se pueden resolver los problemas dialogando. Las oportunidades para el desarrollo llegan con inversiones, y las inversiones llegan dialogando.
—En varias de sus alocuciones habla de la inclusión y de un tema que es central, porque durante todo el siglo XX y los primeros 20 años del XXI, 1 de cada 3 o de cada 4 correntinos se fue porque esta provincia que no los contiene. ¿Se puede frenar esa tendencia?
—No es un problema de Corrientes. Es un problema del Norte y del Sur porque los beneficios y las oportunidades terminan estando en el país central. El conurbano bonaerense es la búsqueda de oportunidades de los ciudadanos del interior. Si nosotros no revertimos la distribución y el desarrollo en la Argentina, no vas a poder resolver jamás el problema del Conurbano. Nunca. Entonces, eso es lo que tenemos que cambiar. Si cambiamos la visión de lo que es la macrocefalia de la Argentina y logramos el desarrollo en nuestra provincia, muchos correntinos van a volver. Creo que esa es la única forma: generar oportunidades.
—¿Vamos hacia un recambio generacional en todas las líneas de gobierno?
Eso se da naturalmente. Nosotros decíamos que éramos una continuidad con cambio. Lo mismo va a pasar ahora: somos una continuidad con cambio. No tiene que haber una cortada de cabeza generalizada a la antigua usanza, hacha en mano.
—¿Cómo definiría su primer gobierno?
—Trabajamos hacia la industrialización. Primero había que conocer. Un gobernador cuando asume tiene por lo menos un año o un año y medio para conocer, para ver cómo funciona. Y realmente creo que lo hicimos muy bien y después nos tocó comenzar a gestionar, ya conociendo un poco el gobierno, con la pandemia encima. Creo que aceitamos muy bien los resortes del poder y construimos de manera adecuada nuestro gobierno. Sin pandemia y sin la caída económica creo que nos hubiera ido incluso mejor. Pero creo que estamos gobernando bien. Si había alguna duda sobre si podíamos gobernar o no, creo que esa duda está despejada.
—¿En qué cree que se equivocó o qué no haría de volver a gobernar?
—Creo que el primer tiempo fuimos más prudentes. Ahora tenemos que profundizar el estilo de gobierno y creo que hoy está claro el camino: generar valor, empleo y darle para adelante con lo que es la producción y la industrialización; mucha educación; mucha inversión en salud. Creo que esos son pilares importantes para todos. Darle una impronta fuerte también a seguridad. Me parece que si tenemos la oportunidad de gobernar nuevamente, creo que son materias que realmente las tenemos conocidas y que tenemos buenos resultados.
—Hay mucha gente que dice que usted se hizo cargo de la Capital. ¿Es así?
—Bueno, esa es una “chicanota”. Algunos me dicen es el intendente de Goya. Otros me dicen es el de Ituzaingó o es el intendente de tal lado… la verdad es que ayudamos a todos los intendentes. Cuando nosotros vemos las obras públicas con que ayudamos a la ciudad de Corrientes, son importantes porque son fundamentales. Uno no puede mirar para el costado. Avenidas de ingreso, por ejemplo, la Ruta 5 que estamos haciendo desde Laguna Brava hacia la Rotonda de la Virgen, en la que estamos invirtiendo nuestros recursos tiene que ver justamente con que nosotros tenemos que garantizar la transitabilidad en una arteria que es provincial. Al ayudar a Vialidad Urbana, estamos ayudando a la Capital. Pero con Vialidad Urbana hicimos San Lorenzo, Itatí, que ni siquiera es de nuestro mismo signo político; hicimos San Cosme. Con la Provincia hicimos el acceso de La Cruz.
Me parece que en esa apreciación hay una tentativa de desmedro a Eduardo Tassano, por interés político. Pero llevarme bien con Tassano es fundamental para que la Capital siga avanzando. Que tengamos el mismo signo político, la misma sintonía de trabajo y seguir estando juntos es fundamental para que Corrientes siga creciendo.
—Una de las críticas que se le hace tiene que ver con la hegemonía discursiva y la semántica del gobierno, que es como totalizadora. ¿Usted qué piensa de eso?
—Totalizadora. A ver, nosotros damos un discurso de lo que estamos haciendo, información de lo que hacemos. Es nuestra responsabilidad institucional de informar lo que hacemos. Ahora, cómo lo visualiza una persona o quién lo dice o cómo lo dice, no depende de nosotros. Nosotros hacemos lo que tenemos que hacer.
—“Una cosa es imaginarse el poder y otra cosa es ejercerlo”, dijo alguien alguna vez. Usted pasó de querer ser diputado a ser el gobernador con la mayor imagen del país. ¿Cómo se maneja eso para no caer en la soberbia?
—Yo creo que uno tiene que estar preparado para recibir poder y esa preparación es en el tiempo. Uno se tiene que ir escalonando e ir subiendo escalonadamente. Pero para recibir poder uno tiene que estar preparado, saber perfectamente que hoy sos el gobernador, pero saber perfectamente que mañana no lo vas a ser. Como les pasó a todos. Estamos en el gobierno y después no vamos a estar, entonces saber construir y preparar la cabeza para ese tipo de cosas es una responsabilidad enorme. No adueñarse del poder es fundamental. El poder no es de la persona, el poder es del sillón, del cargo.
—¿El poder lo confundió en algún momento?
—Creo que hasta ahora no y espero que no lo haga. Eso es fundamental que nosotros seamos republicamos y que tengamos tiempos en la acumulación de poder. Si uno hace las cosas bien, uno va acumulando poder y el límite lo tiene que poner la Constitución y decir hasta acá. Me parece que eso es central dentro de lo que es nuestro sistema de gobierno.
—“La pelea de los egos es por quién se lleva la gloria y ese es el problema de la política”, dijo usted hace unas semanas. ¿Cuál es la gloria de la que está hablando acá?
—La pelea de los egos es porque muchos no están por el proyecto político. Entonces, cuando dicen, yo no estoy en el cargo, no estoy en la boleta, yo me voy a otro espacio donde sí me dan el cargo. Entonces, saltan de un lugar a otro. Cuando uno tiene objetivos y cumple los objetivos, o conforma un espacio político, uno llega a la gloria porque cumple esos objetivos. Para nosotros la gloria de los correntinos es que nosotros logremos una provincia más industrializada. Esa es nuestra gloria. Ahora, cuando uno está solamente por el cargo y si no me dan el cargo me voy a mi casa; si no me dejás yo me voy a mi casa o me cambio de espacio o soy “poncho yeré”.
—¿Lo está diciendo por Canteros?
—No, lo estoy diciendo en general. No lo estoy diciendo por nadie en particular. Porque estas actitudes en política son, no digo muy comunes, porque son llamativas y han sucedido otras veces en Corrientes, incluso con vices. Pero nosotros tenemos que poner esos objetivos y si vos pones esos objetivos no te va a molestar estar o no estar en la lista. A eso me refería cuando dije eso.
—¿Qué importancia le asigna a la historia?
—Mucha. Si nosotros no conocemos la historia estamos complicados porque no sabemos para dónde vamos. Eso es como saber de qué lado viene el viento, no podés avanzar contra la historia.
—¿Cómo quiere ser recordado?
—Como el gobernador que impulsó el desarrollo y la industrialización de Corrientes. O por lo menos, el que fundó las bases.
El Litoral
Lunes, 30 de agosto de 2021