UNA RESPONSABILIDAD CONJUNTA
La crianza compartida de los hijos tras la separación
El objetivo de la "crianza compartida" es que el hijo no pierda a ninguno de sus padres cuando estos se separan o divorcian. Nace del dolor y del vacío de millones de niños, que por una causa u otra han sido privados de alguno de sus progenitores (en general del padre). Surge al mismo tiempo y en toda la geografía del planeta como la mejor solución al creciente aumento de niños cuyos padres no viven juntos.
Decimos "crianza compartida" porque creemos que de eso se trata realmente. Es mucho más que la "tenencia", que la "guarda" o que la "residencia", al tiempo que las abarca y las comprende.
Y si quisiéramos darle un nombre más completo deberíamos usar "responsabilidad y crianza compartida" ya que justamente la característica principal de esta forma de encarar la familia, es que el padre y la madre asumen de manera conjunta la responsabilidad de criar los hijos.
¿Qué necesita un niño?
¿Qué sucede con los hijos cuándo el padre y la madre no quieren saber más nada el uno del otro? Los hijos que se venían criando en familia quedan a la intemperie porque desapareció el "nido" y ellos no están aún en condiciones de volar solos....
Sus necesidades siguen siendo las mismas, más allá de la historia de amor o desamor de sus padres, ellos siguen necesitando de un hogar en donde hallen afectos, cuidados, alimentos, protección y que los acompañen hasta la adultez.
Ellos siguen necesitando la intimidad que se requiere para continuar ese proceso de crecimiento en cada una de sus etapas. La expresión y forma de estas necesidades varía de un chico a otro y según la edad que tenga, pero al nido lo necesitan todos, porque es la matriz, donde terminan de hacerse, porque es el trampolín desde el cual se lanzan al mundo.
Tras la separación, la estabilidad es imprescindible para crecer
Cuando se habla de las necesidades de estabilidad del niño se suele pensar sólo en su cama o en las paredes de la casa (producir la menor cantidad de cambios posibles en la vida del chico: conservar su casa, su dormitorio, sus horarios, etc.). El hogar, la familia es mucho más que eso.
Estamos hablando, no de ladrillos sino de afectos, de contención psicológica, de confianza en sí mismo, de sentirse seguros para avanzar, de sentirse queridos e importantes para los suyos, de eso estamos hablando. Y en un momento especialmente sensible, como lo es cuando sus padres se han separado.
A los niños el aspecto conyugal de la pareja de sus padres les interesa poco y nada, ellos nos ven sólo como padres. Esto tiene una cantidad de razones que van desde el necesario egocentrismo de los niños, hasta la negación - en los hijos - de la sexualidad de sus padres. A ellos la pareja matrimonial les interesa exclusivamente en tanto que padres.
Tras la separación lo que hay que preservar es los vínculos con ambos padres, lo demás es absolutamente secundario, y mientras más pequeños son, más cierto es esto. Para el adolescente hay otras cosas que juegan en cuanto a su cotidianidad.
En síntesis, si la pareja se disuelve, lo ideal es conservar a ambos padres cerca de sus hijos, sin que ninguno pierda la calidad de sus vínculos.
Mantener el viejo esquema, en que cuando los padres se separan o no forman pareja, el hijo pierde a su progenitor, es el peor camino que se puede tomar, exactamente igual que si se dejara afuera a la madre.
La "crianza compartida" permite que los hijos mantengan los vínculos con sus padres y esto es lo que ellos necesitan para crecer sanos y fuertes.
Autor: Jorge Luis Ferrari (Licenciado en Ciencias de la Educación)
Domingo, 2 de septiembre de 2012