Ariel Pucheta:
"La movida tropical es un ambiente machista por la poca educación"
Con 22 años como músico profesional y a uno de su retorno a Ráfaga, Ariel Pucheta reconoce que su periodo afuera del grupo no fue fácil. "Tardé en sacar un disco como solista, eso me jugó en contra porque me quedé un año parado. No aproveché el envión y eso me perjudicó mucho", recuerda el músico sobre cómo vivió aquel 2003, donde apostó a un disco romántico cuando predominaba la cumbia villera.
"No lo escuchaba casi nadie", lamenta. Pero si bien atravesó momentos muy complicados nunca se arrepintió. Tampoco existieron peleas. Y el reencuentro con la banda se dio desde un lugar muy familiar y maduro.
Los motivos de ese alejamiento de casi una década tuvieron que ver con la voragine en la que estaban inmersos, con una enorme cantidad de shows cada fin de semana. Hoy, eso no sucede. "Antes teníamos la adrenalina de la juventud; ahora se trabajaba diferente. Eramos muy jóvenes y nos encontramos con un éxito impresionante no solo acá, en el país, sino en el exterior", resalta Pucheta.
"Tuvimos la suerte de que todos tenemos una familia similar y una crianza similar. Nunca en Ráfaga entró nada, pero ni siquiera un porro, que por ahí es lo más normal que cada uno se fume un porro", dice el líder de la banda que llevó la movida tropical a Estados Unidos, Canadá, España, Italia, Francia, Inglaterra, Rumania y hasta Suiza.
"Nos ofrecieron en todos lados, era típico llegar a cualquier país y pecar de inocentes porque decían: 'Bueno, muchachos, lo que necesiten me llaman, me avisan. Si quieren algo más nos avisan'. Y nosotros, ese 'algo más' no lo entendíamos…", cuenta, recordando una anécdota. "El representante que teníamos era anti drogas y no dejaba que nadie se acercara. Una vez en España, en una de las islas donde estábamos nosotros, era furor, y vino una persona que se había hecho amiga a ofrecernos droga. Lo bajó a patadas por el ascensor y lo echó. No lo dejó entrar nunca más".
—¿Cómo te das cuenta cuando un tema la va a romper?
—Ahora por ejemplo "El Bum Bum" tiene eso de popular, la introducción, lo que dice, le inventé una coreo. Es un tema que no sé si va a romper todo en el verano, pero va a funcionar muy bien. Otro tema que sacamos, "Bonita", tiene una mezcla de todo, de Ráfaga, de cosas actuales. Así que eso nunca se sabe. Nosotros, tiramos.
—¿Te ha pasado que pensaste que alguna canción era más o menos y después estallo, o al contrario, creer que la iba a romper y no pegó?
—En el último tiempo que estaba en Ráfaga teníamos una canción que se llama "Noche de estrellas", y en ese disco estaba "Ráfaga de amor". Dijimos: "No, 'Noche de estrellas', porque viene con el estilo del acordeón". Hicimos un video en Miami presentamos el tema, todo, y resulta que "Ráfaga de amor" te lo pedían más y no le habíamos dado bolilla al tema. Cuando más o menos lo sentimos empezamos a hacer el video y a promocionarlo, obviamente, y hoy es un hit: ya tiene 18 años. Manda la gente.
—Del 1 al 10, ¿cuán machista es el ambiente de la movida tropical?
—Siempre fue un ambiente bastante machista. Vamos a poner un 7 u 8.
—¿Por qué?
—Creo que pasa por la poca educación. Hay mucha gente talentosa en la movida que no tiene estudios y que tiene otra educación. Yo me crié en un barrio, tengo mi familia, y siempre fue predominante el machismo: el tío o el padre que la tiene cortita a la mujer. Después uno va aprendiendo, va cambiando la cosa y tenés dos opciones: quedarte en el pasado o adaptarte. A veces es complicado adaptarse, pero creo que nosotros, que nos criamos en un ambiente bastante machista, tuvimos la capacidad de poder adaptarnos a los tiempos que corren.
—Cuesta que surjan mujeres, y las que surgen, son muy buenas. Además hay algunas letras que son realmente muy fuertes.
—Sí. Hay de todo. Pero hoy por hoy hay un poquito más de mujeres en la movida tropical como vos decís; antes era muy difícil. Salvo que estaban en su momento Lía Crucet, Gladys (La Bomba Tucumana), pero eran más bombas sexuales en su momento.
Hoy por hoy hay un poquito más de mujeres en la movida tropical, antes era muy difícil
—Tu hija Morena tiene 15 años. ¿Cómo te agarra el machismo con una hija adolescente en este momento?
—No, me hace lo que quiere…
—¿Qué opinás si trae un novio cantante de cumbia?
—Yo no puedo opinar mucho porque mi novia tiene 24 años, 20 años menos que yo. O sea, si mi hija viene yo no le puedo decir nada. Aparte de eso, soy muy cómplice con ella.
—Tu novia, Camila, estudia psicología. ¿Era fan de Ráfaga?
—No, no, no. La conocí en un boliche. Siempre salí mucho, desde que me separé hace ya más de ocho años fui de salir, y tiroteaba por todos lados.
En los programas de la movida tropical siempre se paga el espacio
—¿Cómo encara Ariel Pucheta?
—No soy tan encarador, soy más de contacto visual, y después por ahí me animo a algo. Soy muy sigiloso, por así decirlo; no es que voy canchero. Tengo amigos que encaran así, desde lo canchero, facha. No, lo mío es más humilde.
—Y desde ahí, no se separaron más.
—No. Y empezamos una relación que no pensamos que íbamos a estar en el lugar que estamos. Ella no tenía esos prejuicios, pero tampoco creía. Y de repente bueno, nació el amor.
—¿Por qué decís lo de los prejuicios?
—Por la diferencia de edad.
—¿Te imaginás papá de nuevo?
—Y, sí… Estaría lindo, sería lindo. Aparte Morena también muchas veces me dice: "Papá, ¿cuando voy a tener un hermanito? Estoy sola".
—Uno de los motivos de la separación de Rafaga tuvo que ver con los viajes, la gira de fin de semana y la cantidad de presentaciones. Hace poquito se volvió a hablar, a raíz de la película, de la muerte de Rodrigo Bueno, y hay quien responsabiliza a quienes lo tenían de acá para allá aprovechando ese momento que era furor.
—Echarle hoy la culpa a los que lo manejaban es como decir que uno estaba de acuerdo en hacer eso. Rodrigo tiene el accidente cuando empezó a hacer dos shows por noche, no le pasó nada cuando hacía ocho, y justo que él lo eligió así porque le iba bien y ya empezó a seleccionar… Él tenía dos shows esa noche. A veces el destino es loco, porque nosotros hemos hecho 12 shows por noche. Y sí, hoy si lo pensás, es una locura.
—Cuando fue lo de Rodrigo, ¿no te asustaste?
—No. Yo venía de trabajar, de hacer un show, estábamos llegando del Interior, estaba dormido, y cuando me desperté me encontré con la noticia. Lo mismo cuando pasó con Gilda, con un accidente en la ruta, no es que estaba corriendo en una combi de acá para allá. Nosotros estábamos corriendo así, era la verdad. Si hoy lo pienso, no lo haría, ni por plata ni por el circuito. De hecho tampoco hay tanto para hacer como antes.
Hemos hecho 12 shows por noche. Hoy, si lo pensás es una locura
—¿Está complicado?
—Sí, la situación del país obviamente no ayuda. La gente no tiene plata para salir.
—¿Cómo se llevan entre los referentes de la movida tropical?
—No soy amigo de nadie, amigo-amigo, y tengo muy buena relación con todos. Lo mismo me pasaba con Rodrigo: nunca fuimos amigos, teníamos otra forma de pensar y demás, pero las veces que nos cruzábamos nos poníamos a charlar. Después, bueno, hoy por hoy me llevo muy bien con Dani Agostini, con Ari (Casco) de Comanche, con Gastón Angrisani de Los Mohicanos. Después, me llevo bien con todos. Te nombro a ellos porque son los que más tengo contacto.
—No hay una competencia fea.
—No. Aparte ya no… somos más grandes… Por ahí, en el momento cuando eramos todos chicos a veces se competía a ver quién hacía más shows por fin de semana.
—Pasa que en el arranque es difícil: hay que pagar un derecho de piso.
—Sí, bueno. Comúnmente en los programas de la movida tropical siempre se paga el espacio, porque es una publicidad que vos tenés, ¿entendés?
—Es complicado, porque a la vez es un contenido porque es un programa que se trata de eso. Es delgada la línea.
—Sí. Lo que pasa es que ya es así, no hay otra forma, no hay otra competencia.
—Pero hoy, si vas a un programa de música tropical con Ráfaga, ¿se paga? Ya no…
—Sí, sí, también. No vamos mucho pero sí, a veces vamos, sí. Se manejó siempre así. No lo vamos a cambiar nosotros ahora. Siempre fue así, y es una publicidad sobre todo para los que recién comienzan, que no tienen no tienen otro espacio. Hoy, por ahí, Ráfaga no necesita tanto pero sí, cada tanto tenés que estar porque es un lugar de donde salimos también. No perder un poco la esencia.
—Sí, pero para el de afuera es extraño. Entiendo que para ustedes son las reglas del juego y están acostumbrados, a mí se me hace extraño porque acá nadie paga: no se nos ocurriría que alguien pague por venir.
—No, es que nosotros hacemos mil notas y nunca me cobraron.
—¿Cómo arranca el 2019?
—Con mucho más trabajo, desde que comenzamos fue la novedad de que yo volví, ya estamos recontra adaptados. De ahora en más es pensar en el futuro, en lo que se va a hacer, el disco que vamos a sacar. Nos vamos a tomar unas vacaciones los primeros días de enero y después arrancamos con los shows de la temporada, vamos a hacer un poco de Mar del Plata, seguramente Carlos Paz, y nos vamos mucho a Chile este año.
Sábado, 1 de diciembre de 2018