DIA INTERNACIONAL DE LA LUCHA CONTRA LA VIOLENCIA DE GENERO
La mayoría de las mujeres asesinadas en Corrientes tenía un vínculo con sus femicidas.-
En lo que va del año hubo siete muertes machistas en la provincia. Uno de los asesinos se suicidó; en cuatro casos detuvieron a los agresores, pero en otros no hay datos. Dos de las víctimas habían hecho denuncias previas.
“Disculpen las molestias, pero nos están asesinando”, es una de las frases más leídas en los carteles que levantan las mujeres en las movilizaciones que se realizan cada 3 de junio pidiendo “Ni Una Menos” en Argentina y cada 25 de noviembre por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer en el mundo. En el marco de la fecha que se conmemoró ayer, El Litoral realizó un informe especial centrando las páginas en femicidios, lucha de organizaciones y entidades, el papel que cumple el sistema educativo y sanitario provincial, acoso callejero y violencia obstétrica.
En lo que va del 2017 hubo siete asesinatos machistas en Corrientes, casi duplicando el número del 2016, ya que de acuerdo al Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina, en la provincia el año pasado hubo 4, aunque desde Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumala) indicaron que fueron 6. La semana pasada, esta organización feminista difundió que en todo el territorio nacional hay una muerte cada 30 horas y especificó el vínculo, modalidad, edad, si hubo denuncias previas y si eran o no madres, entre otras variables. Ante estos datos, El Litoral hizo el mismo relevamiento pero a nivel local, y en los siguientes párrafos se detallan los casos y se hace una comparación con los datos nacionales.
Víctimas
La primera víctima este año fue Graciela Barreto, quien falleció en el Hospital “J. R. Vidal” en la primera semana de febrero, luego de estar casi un mes internada. La mujer falleció tras permanecer en el nosocomio con el 30 por ciento del cuerpo quemado; habría denunciado amenazas provenientes de su ex pareja, Carlos Quintana. El hombre fue imputado del delito de “homicidio calificado mediando violencia de género”.
El segundo crimen machista ocurrió en marzo, en Loreto. Antonia Ríos, de 67 años, fue asesinada a golpes y hallada sin vida en las inmediaciones del acceso al balneario de esa ciudad. En este caso la Policía logró la detención de dos hombres de 24 y 30 años que fueron identificados con los apellidos Gómez y Fernández.
En el mes de julio conmovió la muerte de Hilda Beatriz Chué, madre de Marina Navarro, quien sostuvo ante medios de comunicación que en una comisaría de la ciudad no quisieron tomarle la denuncia por violencia de género que había hecho por las amenazas de Juan Alberto Zacarías, hombre que mató a su suegra (de cinco balazos) y luego se suicidó. Días después se encontró el cuerpo de una joven, Eugenia Meza, en avenida Alem y circunvalación por Ruta Provincial Nº 27. La víctima habría sido hallada vestida y con un fuerte golpe en la cabeza.
Después de dos meses, en septiembre falleció María Miño, de 23 años, que estaba internada en el hospital de Mercedes. La mujer fue brutalmente atacada a cuchillazos por un hombre de 52 años, quien era el propietario del inquilinato donde la víctima vivía hace tiempo.
Para referentes de organizaciones de género, la muerte de Abril Fernández, la adolescente que falleció por sobredosis, también es considerado un femicidio. El 23 de octubre, tras estar internada más de dos meses, murió Lorena Zalazar, quien tenía 27 años cuando el 13 de agosto fue agredida por Juan Alberto Guaseti (28), su ex pareja.
Detalles
Respecto al vínculo de las víctimas con sus victimarios, tres de ellas fueron asesinadas por un conocido (Antonia, María, Abril) y dos de ellas por sus ex parejas, es el caso de Graciela y Lorena. A Hilda la mató su ex yerno -se considera un familiar- y no hay datos de los culpables de la muerte de Eugenia. En el país, el 88% de los femicidios fueron cometidos por hombres del círculo íntimo y conocidos de la víctima, el 5% fueron por extraños y 7% sin datos. En cuanto a las denuncias previas, se conoce públicamente que Graciela denunció a su agresor por amenazas. También el caso de Hilda, ya que su hija denunció a su ex pareja por violencia de género días antes y lo esperaban para declarar.
A nivel nacional, el 18% de las víctimas realizaron denuncias previas y el 12% tenía medidas de protección.
Graciela tenía 50 años, Antonia 67, Hilda 65, Eugenia 27, María 23, Lorena 27 y Abril Fernández tan sólo 15 años.
De acuerdo a los datos de Mumala, la franja etaria de entre 21 y 40 años concentra el 45% de los femicidios registrados en el país. El 66% de los agresores tienen entre 19 y 60 años. En Corrientes, tres mujeres mayores de 50 años fueron asesinadas y otras cuatro de entre 15 y 27 años.
Sólo en el caso de Abril Fernández se habló de un posible caso de abuso sexual seguido de muerte. Antonia Ríos y Eugenia Meza fueron encontradas sin vida en descampados luego de horas de búsqueda. En Argentina, 32% de las mujeres asesinadas fueron jóvenes de entre 15 y 25 años; el 13% fueron violadas y abusadas y el 27% estuvieron desaparecidas.
Respecto al lugar del hecho, Graciela fue agredida en su vivienda; a Antonia se la halló sin vida en un descampado; a Hilda le dispararon en su domicilio cuando estaba cenando en familia; a Eugenia la encontraron en un descampado; a María la atacaron en su vivienda; a Abril la encontraron intoxicada luego de una fiesta; a Lorena la agredieron en su domicilio.
En el país, el 65% de los femicidios se cometieron en la vivienda de la víctima, el 26% fueron en la vía pública, 3% en la vivienda de un familiar, 3% en la vivienda del agresor, 3% otros (casa deshabitada, trabajo de la víctima, albergue transitorio). En esto se coincide, la mayoría fue atacada en su domicilio, otras encontradas sin vida en un descampado.
A Graciela le rociaron gasolina y murió por las quemaduras en un hospital. A Antonia la golpearon hasta quitarle la vida, Hilda recibió cinco disparos frente a su familia, que sostiene que dio su vida por ellos; a Eugenia la golpearon y a María la acuchillaron, igual que a Lorena, que estaba con sus hijos. Abril murió por sobredosis y sus familiares culparon a personas que la habrían incentivado a drogarse.
De acuerdo a los datos de Mumala, murieron quemadas el 4%, 17% por golpes, 24% por arma de fuego, 29% por arma blanca, 18% por asfixia, 5% otros (atropelladas, envenenadas, empujadas desde un balcón, etc.) y 3% sin datos. La mayoría de las víctimas eran madres, esto significa que los niños también son víctimas de estos femicidios, ya que quedan huérfanos y así como dijeron por el caso de Lorena, los menores quedan en manos de un sistema que no los protege, como tampoco lo hizo con sus madres. Sólo uno de los agresores se suicidó, en el caso de Hilda. Hay algunos casos en que se desconoce la situación y otros que se suman, como el de una mujer de 82 años que en marzo fue encontrada envenenada y por ello detuvieron a su pareja, 20 años menor. Ante un caso de violencia de género llamar al número 144.
Marisol Salinas
Clarise Sánchez Soloaga
Gerardo Morales Cuyé
Domingo, 26 de noviembre de 2017