STANOVNIK
“Nuestra dirigencia vive el desconcierto y la ausencia de grandes metas”
El Arzobispo de Corrientes presidió la misa central en la que lamentó la “inaceptable y lastimosa muestra” de discusiones en programas de televisión e invitó a imitar el legado de la patrona y poner a Dios en el centro de la vida. También hubo festival.
Se celebró ayer el día de Santa Ana, y en la localidad que lleva su nombre se realizaron diferentes actividades que tuvieron como epicentro la misa por la tarde y que estuvo presidida por el arzobispo de Corrientes, Andrés Stanovnik.
En la víspera los actos comenzaron frente al histórico templo, con el saludo a la imagen de la patrona. En tanto que este miércoles por la tarde se hizo la procesión por calles aledañas con autoridades provinciales y municipales.
Durante la celebración eucarística, Stanovnik reflexionó sobre las lecturas bíblicas leídas y, como es habitual, una lectura social y desde la fe cristiana. “La mayoría de los programas de televisión -no todos- que se pueden ver durante el período preelectoral, por el que estamos atravesando, son una inaceptable y lastimosa muestra de que no vamos hacia ninguna parte: discusiones interminables en las que nadie escucha a nadie; o si lo escucha es solo para refutarlo con argumentos inconsistentes, que ni siquiera hacen referencia al tema, porque el fin que se persigue es descalificar al interlocutor”. Y advirtió: “No hablemos del nivel de diálogo que observamos en el parlamento nacional, y que se refleja en estos días a través de las pantallas. Afortunadamente, eso no expresa toda la realidad nacional que estamos viviendo, pero pone en evidencia el desconcierto y la ausencia de las grandes metas que vive gran parte de nuestra dirigencia, y tras las cuales deberíamos encaminar nuestras mejores energías. Uno vuelve a preguntarse, quién tiene la palabra orientadora y verdadera en la cual podemos confiar”, interrogó.
Por ello, señaló que “los santos Joaquín y Ana no fueron dirigentes de su comunidad, sino muy probablemente personas sencillas, pero con una orientación muy clara en su vida, de lo cual puede dar crédito su hija, María, educada por ellos para ser fiel a la Palabra de Dios”. Por lo tanto, consideró que “ellos nos revelan la clave para responder a la pregunta sobre la orientación fundamental que debemos darle a nuestra vida para que la misma sea consistente, tenga verdadero peso y sentido, de tal modo que valga la pena vivirla. Y la clave es colocar a Dios en el centro de nuestra vida personal y colectiva. No en un centro declamado, sino real, el que se construye paso a paso, y todos los días”, exhortó.
También manifestó que “hoy se difunde la idea de que todo da lo mismo y de que no existe ninguna verdad, ni un punto de referencia absoluto. No hay naturaleza, ni valores culturales, ni religión que sirvan de orientación”. Por ello recordó que “fuimos llamados a participar de la vida de Dios, por eso creemos que la vida es sagrada y como tal la debemos amar, respetar, cuidar y promover siempre y en todas partes, especialmente allí donde es más frágil”.
(El Litoral)
Jueves, 27 de julio de 2017