Tras el abandono del cigarrillo
Cómo evitar el temido aumento de peso luego de dejar de fumar
Tras el abandono del cigarrillo, un ex fumador puede llegar a aumentar hasta un kilo y medio en dos meses. ¿El tabaco quita el apetito? ¿Por qué se produce ese “efecto rebote”? Actividades y hábitos que es bueno saber para evitar los efectos secundarios en las personas que dejan de fumar
Todo fumador sabe que al intentar dejar de fumar tiene tendencia a aumentar de peso. Uno de los peores momentos para el ex fumador es cuando la nicotina se elimina totalmente de la sangre y comienza a sentir la abstinencia.
Ahí es cuando comienza la irritabilidad, la intolerancia, el mal humor y en algunos casos, las dificultades para dormir y cefaleas.
Hay personas que llegan a tener dolor de pecho semejante a un infarto, sensaciones de falta de aire, y, en todos los casos, las ganas de volver a fumar.
Cuando dejamos de fumar de una manera más solapada aparece el aumento del apetito, aunque esto está en relación a la cantidad de cigarrillos que la persona dejó de fumar: a mayor cantidad de cigarrillos, mayor es el tiempo “libre” que la persona tiene para ingerir alimentos.
Es poco conocido el efecto adelgazante de la nicotina. Verdaderamente, la nicotina aumenta el gasto de calorías del cuerpo en reposo por estimular el sistema nervioso simpático. Este sistema es el que regula todos los órganos y vísceras para que ejerzan sus funciones de una manera involuntaria. El sistema nervioso simpático degrada la grasa, y, la nicotina estimula este sistema.
El fumador, al abastecer de nicotina su cuerpo, está constantemente estimulando el sistema nervioso simpático y aumentando el gasto metabólico. Lógicamente cuando deja de fumar hay una parte del metabolismo que se va a enlentecer porque la nicotina no ejerce más su acción, sólo por esto el ex fumador puede aumentar de 1 a 2 kilos, en los primeros 60 días de abstinencia.
Por otro lado, en la abstinencia cambia mucho la química del cerebro, en general disminuyen los neurotransmisores que producen serenidad y aumentan aquellos que producen ansiedad, mayor razón para suplantar el espacio que dejó el cigarrillo con mayor ingesta de alimentos.
El cigarrillo quita el apetito, inhibe la sensibilidad del paladar a los diferentes gustos, cosa que se desinhibirá al dejar de fumar.
Los cambios químicos cerebrales y metabólicos que se producen cuando se deja de fumar requieren ayuda médica si se desea mantener el mismo peso y además poder continuar una vida saludable.
Equilibrar la química cerebral por medios naturales evitando la ansiedad, la irritabilidad y el insomnio es fundamental. En segundo término, se indicarán hábitos de alimentación que acompañen el espacio y tiempo que dejó el cigarrillo. Por ejemplo, comer cada 3 o 4 horas, beber un jugo en la misma frecuencia en que se prendía un cigarrillo, aumentar la ingesta de semillas, frutos secos, caramelos sin azúcar.
Otro ítem fundamental en el tratamiento de la abstinencia del cigarrillo es el inicio de actividades físicas y mentales que sean gustosas para la persona.
En general, los fumadores son personas sedentarias, por lo cual, deberá hacerse un estudio de ergometría y espirometría para evaluar la posibilidad de actividad física.
Luego del chequeo, lo recomendable es comenzar con caminatas, streching, yoga, para luego, aumentar el ejercicio aeróbico, según cada caso.
La actividad mental es muy necesaria para equilibrar la ansiedad dado que sólo con medicamentos no podemos mantener regulada la química cerebral.
Las actividades como meditación, yoga, y cualquier actividad artística desde escuchar música, hacer música, pintar, tejer, o descubrir un nuevo hobbie o estudio llenarán el vacío que muchas veces las personas sienten cuando dejan de fumar, pero, sin ninguna duda será un cambio altamente positivo.
Doctora María Alejandra Rodríguez Zía MN 70.787
Médica clínica y endocrinóloga UBA
www.medicina-orthomolecular.com
www.medicina-biomolecular.com
Sábado, 7 de julio de 2012