DECIDIDO A MANTENER LA INICIATIVA
"Electrizante" realidad provincial, con Ricardo sin jugar todas sus cartas
Colombi no dudó en enviar un mensaje a la Casa Rosada con el retoque en la tarifa de la luz tras no obtener el convenio de convergencia energética. Tampoco lo hizo a la hora de desconocer la competencia del Ministerio de Trabajo de la Nación en el conflicto con la Dpec.
A la vez, amaga con una calma institucional con Capital, al igual que con los docentes y los policías retirados. No quiere sufrir el síndrome del "pato rengo", menos si logra avanzar con su intento de refichar en 2017.
El gobernador de la Provincia, Ricardo Colombi está dispuesto a llamar la atención en Capital Federal como -claro está- en Corrientes. Para ello diagramó varias estrategias que lo instalaron como protagonista de cuestiones clave que involucran al Estado central, al PJ y a los gremios.
Al Gobierno nacional envió una misiva indirecta con la aplicación del aumento tarifario de la energía domiciliaria acusando (en la misma factura de la luz) que el cargo fijo aumentará por la falta de subsidio alrededor de un 50 por ciento este año.
El objetivo, avisar a Nación que no tiene empacho en demostrar que Corrientes quedó apartada del beneficio que sí recibió más de una docena de provincias con la prórroga del programa de Convergencia Energética, instrumento capaz de tranquilizar las subas locales a cambio de millonarios fondos para obras.
La Provincia se quedó con las ganas con el anterior convenio de recibir más de 160 millones de pesos para utilizar en obras de infraestructura vitales para un servicio obsoleto.
Estuvo en Buenos Aires intentando algún gesto. Logró uno, el de la dilatación del pago de la deuda pública provincial con Nación por tres meses más. Esto le representó un leve reposo de las arcas provinciales. Pero el objetivo eran los 160 millones.
Ya en el ámbito local, traza una presunta idea de relación cordial con la Capital a través de su ministro secretario general de la Gobernación, Carlos Vignolo, quien visita seguido al intendente, Fabián Ríos. Más allá de que pareció dejar de lado su intentona de meter púa en la interna peronista, para lo cual había utilizado la figura de Camau Espínola, en la propia Comuna dudan de que sea tan aceitado el proceso para avanzar con Santa Catalina. Muchos creen que Colombi dispuso este sistema de trabajo para aprovechar el natural letargo de la burocracia.
Consciente de que Ríos haya podido leer su jugada, no dudó en disparar dardos contra la cúpula de Luz y Fuerza en la controvertida puja latente por las mejoras laborales en la Dirección Provincia de Energía de Corrientes. Acusó (a través del interventor de la Dpec, Enrique Vaz Torres) a los gremialistas de estar actuando bajo mandato expreso del kirchnerismo, razón por la cual no quiso saber nada con enviar representantes de la Provincia a la reunión en Buenos Aires por la conciliación dictada por la cartera de Trabajo nacional.
Aquí convergen dos aristas que hacen al fondo de su estrategia. Marca la cancha a escala local y también al Estado central.
Retomando los quehaceres domésticos, Ricardo mira a los gremios en un año en el que todo tiene que salir según lo planeado por Zuleta Puceiro y compañía. Tiene que mantener a las masas tranquilas, sin rezongar. Por eso dio un paliativo a los policías retirados e intentará lo mismo con cinco de los seis gremios docentes, sector fundamental para demostrar el estado de ánimo en la sociedad.
En cuanto a los legislativos y judiciales ya se ocupó, representándole un horizonte más claro a la hora de comenzar con las negociaciones.
En definitiva, cada paso que da el mandatario lo hace con la idea fija en no perder la iniciativa. Algunos dicen que es para no sufrir el síndrome del "pato rengo"; propio de los que transitan el último tramo de su poder.
Otros, por verlo en su habitual ritmo incansable, hacen mueca avizorando que la energía del Nº 1 de la Provincia se mantiene al tope porque intentará buscar una reforma constitucional que le permita su "re-re".
Esta última suposición es alentada por el hecho de que el Gobernador aún no se convenció de trasladar el mando a ninguno de sus alfiles. Puede ser porque no los ve con pasta de ganadores, aunque también puede ser porque no está convencido de entregar el cetro.
Por lo pronto mantendrá su perfil alto, en busca de que este año electoral le represente a la alianza gobernante obtener mayoría legislativa, para que de esa manera, el pato comience a correr a toda velocidad hacia la reelección.
(El Libertador)
Domingo, 8 de febrero de 2015