Impactante definición de un religioso
“Hay padres que utilizan a sus hijos para vender paco”
Lo dijo, sin tapujos, el padre Roberto Pini, cura párroco de la parroquia Nuestra Señora de Itatí, donde acuden docentes de la Escuela Iberá - en el barrio San Benito – para recibir contención espiritual tras numerosos casos de chicos intoxicados por estupefacientes. “Los chicos concurren a la escuela drogados, y no tienen una contención.
Lo que pasa es que también muchos de los padres están enganchados en el tema, y utilizan a los hijos como canales para vender el dichoso paco”, precisó el religioso. “No tengo temor de decir lo que pasa. Es mi compromiso. Lo que sucede es que muchos no quieren ver lo que ocurre ante sus ojos”, comentó
“Los chicos van drogados a la escuela y el docente está desprotegido”, dijo contundente, el padre Roberto Pini, de la Parroquia Nuestra Señora de Itatí, donde se congregan vecinos de los barrios San Benito, Balboa, Galván, Pío X, San Martín, entre otros
La aparición reiterada de casos de chicos descontrolados por el consumo de drogas en la Escuela Iberá (que funciona en el mismo edificio de la 402, en Alberdi y Perugorría) generó la irrupción del religioso que debe actuar como contención de los maestros ante la carencia del estado en esa función y ante la ausencia casi absoluta de los padres, muchos de los cuáles están involucrados en hechos relacionados con la comercialización de estupefacientes
“Si los maestros ponen límites los primeros que saltan son los padres, cuando deberían éstos unirse a los maestros para encauzar a los hijos que están yendo por mal camino. Es una situación compleja. La gente pone cara como que no saben de qué hablamos, porque todos somos concientes que en nuestras esquinas se están drogando todo el tiempo. La droga mata, y esta droga (por el paco) que consumen mata más rápido todavía. No está la felicidad en ese camino y además se genera un grado de violencia que después no se podrán controlar”, precisó
“Entre todos debemos tomar conciencia y buscar los medios para hacer algo”, expresó el cura.
Sobre el silencio de muchos, consideró: “no sé cual será el temor… quizás el no te metás… yo digo y analizo lo que veo. En la esquina de la iglesia, en la otra… todos los días vemos chicos drogándose. Y además, ya conocemos y sabemos las señales que hay en las casas en las cuáles se vende droga”. Al respecto, comentó que las ‘señales’ utilizadas por los vendedores de paco son conocidas por todos: zapatillas entre los cables, latitas de cervezas en las puertas o ventanas, y hasta una frase religiosa: ‘Gracias San Expedito’.
“Estos chicos en algunos años serán vidas vegetando, porque la droga que consumen los destruye peor. Tarde o temprano los matará”, dijo
Respecto a chicos que llegan totalmente obnubilados por el efecto de las drogas, aseveró: “es la realidad, lo que comentan los docentes. Una cosa es hablar de la droga en abstracto, y otra cosa es escuchar a los que están cerca de ellos, trabajando todos los días”.
“Hay docentes que llegan no llorando, pero sí converse con algunos que terminan agobiados tras su trabajo en las aulas. Los docentes se ven desprotegidos porque no pueden poner normas porque los padres lo primero que hacen es patotear a los maestros, y entonces terminan diciendo que hagan lo que quiera”, reconoció Pini
“La familia ya ha perdido determinado valores y entonces es un trabajo en el cuál todos debemos involucrarnos”, sostuvo el Padre.
Viernes, 11 de mayo de 2012