La verdad es que a todos nos pasa lo mismo.
“Quiéreme cuando me dejes de querer”
La verdad es que a todos nos pasa lo mismo. Pero no todos reaccionamos igual. Ya llegando a cierta edad uno para el webeo y comienza a buscar algo más serio. Por lo tanto las pretensiones románticas comienzan con cierta perspectiva, con una meta bastante definida que es formar familia o casarse o al menos convivir, pero que el nivel de seriedad suba como la marea y se quede ahí. Es por eso que es fundamental cantar las notas bien afinadas desde el principio.Es lo que le pasó al pobre de mi primo.Se puso a flirtear con una jovencita bien dotada de belleza hasta artística
Todo bien las primeras semanas, con la calentura y el enamoramiento más la distancia, hacía parecer que al infierno como un iglú de la Antártica. El tema fue cuando por esas cosas del destino ni él ni ella pudieron viajar a verse, y por dos largas semanas el contacto sólo se limito al Whatsapp. Y en una de esas solitarias mañanas de sábado mi primazo le dijo que hablaran por Skype.
Ella encantada dijo “deja despertarme y te llamo”. Y él esperó, y esperó y esperó. Cuando oyó el ya familia sonido del chat y leyó el texto, bueno, se enojó: “Voy saliendo a almorzar con mis amigas, hablamos más tarde”.
La chiquilla en cuestión tuvo más de dos horas para hablar con él. Entonces, ni tonto ni perezoso, se lo enrostró. Porque si era una relación a distancia, bueno, ponerle pino para que funcione la cosa ¿no?
A lo que ella respondió que ella “lo quería mucho y que no se pasara rollos”, sólo que ella “iba viendo cómo iba la cosa día a día, pero que lo quería y lo quería y lo quería”. Pobre primo se le vino el mundo encima y antes de cortar el teléfono le dijo dos frases que, cuando las oí le dije “sory Pablo, pero estas van para la columna” CHAN. Así nomás.
Le dijo “Mira, las relaciones que van para largas y serias tienen poco de te quiero y mucho de decisión”. Se pasó el cabro con la frase pa güena. Es que es verdad, cuando uno decide empezar a buscar una relación que sea para largo, bueno, las cosas cambian, uno hace todo distinto y la otra tiene que estar en la misma sintonía.
Bueno, el tema es que ella respondió, le dijo que “cómo no iba a querer estar con él si lo quería tanto y además que mientras sintiera esto, todo estaba bien”. Y ahí se le metió el Freud de nuevo a mi primo y le respondió: “la idea es que me quieras cuando me dejes de querer”. Aplausos, aplausos sacó el muchacho.
Porque todo es fácil con el enamoramiento, todo es suave cuando las hormonas revolotean. Pero la idea es que el amor es una decisión. Una decisión de seguir con esa persona aun cuando el enamoramiento vaya y venga, tal como las mareas.
Así que él le dijo, “mire muchachita, muchas gracias pero no”. Y harta razón le encontré. Porque cuando uno busca algo más serio, cuando se acabó la juerga, hay que cantar bien afinado y claro.
Martes, 8 de mayo de 2012