ASÍ LO DECIDIÓ LA CÁMARA DEL CRIMEN II DE CORRIENTES
Pasará el resto de su vida presa por haber degollado a su padre
La Justicia condenó a una mujer de 31 años por el asesinato ocurrido en junio de 2010 en la localidad de Saladas. Tras el ataque cubrió el cadáver con una frazada y se fue a bailar. Dos días después llamó a la Policía para avisar que halló muerto a su familiar.La Cámara del Crimen II de Corrientes condenó ayer a la pena de prisión perpetua a una mujer hallada culpable de degollar a su padre cuando estaba en estado de ebriedad acostado sobre una cama, donde luego lo cubrió con una frazada para irse a bailar con un amigo.
La sentencia recayó sobre Sandra Melina Aguirre, de 31 años, quien antes de escuchar el veredicto se puso de pie y dijo ser inocente.
El asesinato de Rey Aguirre, de 60 años, ocurrió el sábado 12 de junio de 2010, en el interior de su casa del barrio Niño Jesús de la localidad de Saladas.
El Tribunal compuesto por los jueces Eduardo Panseri, Juan Manuel Segovia y Elisa Morilla determinó que la imputada incurrió en el delito de “homicidio doblemente calificado por el vínculo y la alevosía” con el que fue cometido.
Durante su exposición, el Fiscal de Cámara Gustavo Schmitt había solicitado ese castigo a partir de pruebas y testimonios de testigos que incriminaban directamente a la mujer como única responsable del sangriento asesinato.
En tanto, la defensa de la detenida había planteado la insuficiencia probatoria y por ende entendía que los magistrados debían hacer lugar a un pedido de absolución, dado que el homicidio fue cometido por una tercero.
Según la investigación, el sexagenario murió como consecuencia de tres heridas punzo cortantes en el cuello. La tráquea, la aorta y la yugular fueron seccionadas con un arma blanca de punta fina y muy filosa.
El día del crimen, Sandra estaba en la pensión de su novio a unas 10 cuadras del domicilio de su padre, un hombre con problemas de alcoholismo.
Entre las 20 y las 21, la mujer fue hasta la casa de Rey acompañada de un pariente. Ambos lo encontraron tirado en el suelo y lo llevaron a una de las habitaciones, la que ella solía ocupar. Allí lo recostaron sobre la cama.
Por espacio de entre 10 y 15 minutos Sandra quedó sola con su papá. Fue cuando lo habría atacado hasta darle muerte sin que éste pudiera hacer algo para defenderse.
El hombre que acompañaba a la mujer expresó que él no vio el delito. Estuvo en otro sector del domicilio y al volver solamente advirtió a lo lejos que Rey quedó arriba de la cama tapado con una frazada. Le pareció que dormía.
Después de ayudar a retirar algunos elementos de Sandra volvieron a la pensión y se separaron.
De parranda
La acusada más tarde estuvo con un amigo de apellido Taján (dado que su pareja estaba de viaje) quien la acompañó a bailar a un local llamado “Paraíso Tropical”. Estuvieron hasta cerca de las 6 del domingo y pasaron juntos el resto del día.
El lunes 14, a la siesta, Sandra y Taján (dijo este hombre en su testimonio), fueron a la casa de Rey a pedido de la mujer para buscar algo. “Me quedé afuera y escuché que ella decía papá, papá”, como llamándolo.
La hija de la víctima salió diciendo ante su acompañante que su padre estaba muerto. Tras “descubrir” el homicidio realizó con un teléfono celular una breve comunicación a la Policía. Así llegaron a los pocos minutos efectivos de la comisaría local. Toda esta secuencia habría sido llevada adelante con intenciones de armarse una coartada.
El cadáver del sexagenario, en estado de descomposición, seguía tapado con una frazada hasta el mentón. Alrededor había grandes manchones de sangre reseca.
Desde el principio todas las sospechas se posaron en la mujer. Y también en su amigo que fue demorado (al poco tiempo recuperó la libertad).
Evidencia
En un allanamiento a la pensión del novio de la acusada, en San Martín y 25 de Mayo en el que la imputada pasó ese fin de semana, encontraron ropas de la detenida con manchas de sangre de la víctima, según las pericias.
Exámenes forenses indicaron que el horario de la muerte coincidía con el tiempo en que la mujer fue a retirar sus cosas de la vivienda situada en calle Lugones casi España, el sábado a la noche.
Durante el juicio testigos hablaron de la “mala relación” entre padre e hija, con habituales discusiones.
También basados en palabras de las personas que estuvieron con Sandra horas siguientes al homicidio coincidieron en señalar que en ningún momento mostró alteración en su modo de manejarse, siempre estuvo tranquila.
Días posteriores al crimen sobrevoló la versión de que Rey supuestamente había abusado sexualmente de Sandra y por eso ella lo ultimó. Sin embargo, en el debate oral y público no hubo constancia o mención de tales hechos.
Viernes, 13 de abril de 2012