PARA LOS MÉDICOS, “SU ESTADO ERA IRREVERSIBLE”
Un proyectil antiaéreo fue lo que estalló y mató a la cabo Fariña
La esquirla que le perforó el cráneo habría generado suficiente daño en su trayectoria y la dejó en coma profundo. Su cuerpo fue trasladado ayer a Monte Caseros para sus exequias. Anoche recibió los honores en la jefatura de Policía.Ayer pasado el mediodía falleció la cabo de policía Ester Itatí Fariña (28), quien participaba de un peritaje en una vivienda incendiada en Monte Caseros, cuando se produjo una explosión y fue alcanzada en el rostro por restos metálicos de lo que luego se confirmaría, se trataba de uno de los 3 proyectiles anti aéreos que el dueño de la casa incendiada ocultaba entre sus pertenencias
La justicia ordenó la detención del sereno y abrió una investigación sobre la procedencia de las municiones halladas.
Fariña dejó de existir tras casi 30 horas de agonía, aunque los médicos no daban muchas esperanzas, debido a la lesión provocada por el trozo de metal que se le incrustó en la cabeza tras la explosión.
Hasta la ciudad de Monte Caseros viajó el avión sanitario de la Provincia para buscar y trasladar hacia la Capital a la cabo de policía. El procedimiento se concretó en horas de la tarde del martes, promediando las 18, cuando la joven fue ingresada al hospital Escuela.
Pero todo se inició en la mañana. Fariña y algunos de sus camaradas locales, asistían a los peritos de la División de Bomberos de la Policía que se disponían a trabajar en una casa siniestrada el domingo por la tarde.
La comisión policial había llegado alrededor de las 8 de la mañana a lo que quedaba de la vivienda de la calle San José de Flores y Soler, propiedad de Rubén Emilio Ramírez, conocido sereno de esa ciudad. Poco se sabe como se produjo el incendio, por lo que la tarea era la de constatar cuales eran las causas.
En ese trámite se encontraban, junto al fiscal de instrucción Sotelo, cuando repentinamente se escuchó una fuerte explosión y Fariña se desplomó al piso ya en estado semi inconsciente.
Sus compañeros comenzaron a pedir ayuda. La joven cabo de policía presentaba una perforación craneal, producto de una esquirla metálica de entre 3 y 4 centímetros que le había ingresado por el lóbulo ocular derecho y le atravesó la masa encefálica, para quedar alojada dentro del cráneo.
Debido a la complejidad del cuadro, desde el hospital local se solicitó el avión sanitario que arribó a poco más de tres horas después a Monte Caseros. Una vez que la joven pudo ser estabilizada, fue trasladada hacia el avión que partió pasadas las 13 rumbo a la Capital correntina. Una ambulancia de la Dirección de Emergencias Sanitarias aguardaba el vuelo sanitario en el aeropuerto capitalino. Decenas de efectivos policiales, patrullas y agentes de la Dirección de Tránsito elaboraron un cordón sanitario que facilitó la llegada de la ambulancia al hospital Escuela.
Su estado era “pésimo”. Ingresó en coma profundo y con asistencia respiratoria mecánica.
El primer parte médico brindado por las autoridades del nosocomio ya hacía presagiar el peor final y desde un principio no se alentaron falsas expectativas para la madre y el hermano de Fariña, que la acompañaron en el avión sanitario hasta la capital correntina.
Tras el incidente y el fallecimiento de la cabo se abrió una investigación por “tenencia y acopio ilegal de explosivos, heridas graves seguida de muerte”. Rubén Ramírez quedó detenido.
Ayer al mediodía falleció y por la noche recibió los honores con una formación especial en la jefatura de Policía donde ya se la mencionó como Cabo Primero (post mortem).
Vida castrense
Ester Itatí Fariña era una joven cabo de policía recientemente ingresada en la fuerza. Su pasión por la vida castrense la llevó primeramente a enrolarse en el ejército como soldado voluntaria y allí hizo sus primeros pasos. Durante años formó parte de la vida del Ejército Argentino, hasta que en el 2010 y por convenios de cooperación que existen entre las fuerzas armadas, Ester pudo ingresar a las filas de la Policía de la Provincia de Corrientes con el grado de Cabo.
Jueves, 29 de marzo de 2012