Entrevista a un biógrafo local del músico británico.
La vida de Roger Waters en argentino
En el marco de los nueve shows que Roger Waters da en el país hasta el próximo martes, el periodista especializado en rock, Sergio Marchi, decidió lanzar un nuevo libro, Roger Waters, paredes y puentes: el cerebro de Pink Floyd. Esta vez, el autor de la biografía de Charly García y de Pappo, aporta un documento para comprender los cómo y los porqué de los fenómenos Waters y Pink Floyd.
Perfil.com tuvo una charla con Marchi, para conocer a fondo todos los detalles de la biografía de unos de los fundadores del rock conceptual.
¿De dónde surgió esta idea de hacer un libro sobre Roger Waters?
- Era una idea obvia. Venía Waters, iba a hacer nueve River y era para mí la oportunidad de escribir una cosa larga y profunda sobre Pink Floyd, que es una banda que siempre escuché desde que salió El lado oscuro de la luna. Lo único que tardé mucho en decidirme la editorial porque no sabía y dije bueno, a ver si hay entusiasmo. Y me dijeron que sí. Entonces tuve empezar a correr, pero yo ya tenía un background bastante sólido como para encarar esto. Trabajo de esto hace 28 años, conozco Pink Floyd desde los 12.
- ¿Cómo describirías a Roger Waters?
- Es un creador muy agudo, un tipo que cuando se mete en un tema lo hace en profundidad y con mucho conocimiento. Él cuando agarra una cuestión, sea el estrés de la vida cotidiana, o el efecto de la diversión y como eso nos distrae de problemas reales de la vida, siempre se mete con la profundidad de un erudito. No es un tipo que va a decir bueno, esto me provoca algo y lo escribo. No es un espontáneo, es un tipo que trabaja, que digamos que más que hacer las canciones las esculpe. Las va tallando. El grupo de algún modo se dividía entre arquitectos y músicos. Los músicos eran Gilmour y Wright y los arquitectos Mason y Waters. Por eso también sobrevivió la amistad de ellos dos, eran mentes muy racionales, muy parecidas. Pero Waters también tiene mucha sensibilidad musical, sino obviamente no sería el artista que es.
- ¿Es casual que Waters haya estudiado arquitectura y que luego quiera construir una pared?
- Absolutamente no, me parece causal. Un estudiante de arquitectura que quiere levantar una pared me parece algo lógico. Pero no nos olvidemos que estamos hablando de esta altura de un músico, un bajista, miembro de Pink Floyd se le ocurre hacer una especie de ópera sobre los traumas de su vida y como lo afectaron, y como él siente que deberían ser las cosas.
- ¿Para qué levanta esa pared?
- Al principio es una pared aislante, no sólo del público, también de su propia banda. Después va cambiando de significado y se transforma en una pared construida por el miedo, después es una pared que cae con el muro de Berlín. Más tarde toma la fisonomía de otra pared que es la que divide al pueblo palestino del israelí. Luego una pared que él hace para protegerse de sus miedos, fobias, de la ausencia de su padre, de la sobreprotección de su madre, tiene muchos significados.
- En tu libro hablas de la lucha egos entre Waters y Gilmoure por el liderazgo de la banda.
- Claro que hay una lucha de egos. Pero no hay una cuestión de soberbia. El ego es inherente a todo artista. El ego es lo que hace que un artista se pueda parar sobre el escenario y decir yo estoy acá y pienso esto. Un artista sin ego es un artista.
- ¿Qué fue lo que más te costó a la hora de hacer el libro?
- Darme cuenta dónde estaba la información que servía y cuándo parar con determinadas cosas que a uno interesan pero que no eran parte del nudo de la historia. Digamos que la dificultad mayor del libro fui yo. En un momento tuve una fase que yo llamo pantano Barrett. Syd Barrett fue una persona muy importante para Pink Floyd y era tan fascinante que a veces me quedaba mucho tiempo ahí y me alejaba del libro. Tuve que luchar para safarme del pantano pero finalmente lo logré.
- ¿Por qué crees que Waters agotó nueve Rivers?
- Es un conjunto de factores. Primero los dos shows que hizo el tipo fueron muy buenos y eso hace que el boca a boca corra veloz. El boca a boca es la mejor publicidad que puede tener un recital. Segundo, creo que hay mucha gente, muy fanática, que va a ir dos o tres veces, lo que le de el bolsillo. Y tercero, creo que hay varias personas que piensan que esta puede ser la última oportunidad de ver este espectáculo. Porque Waters tiene 68 años, no sabemos si va a encarar otra gira y si lo hace dentro de cuando. Entonces eso más cierto efecto de marketing de que todos tienen miedo de quedarse sin entradas porque se agregan funciones y parece que la cosa no diera abasto, genera un panic atack que hace que la gente salga a comprar entradas a lo loco.
- ¿Pensaste en alguna posibilidad de encontrarte con él y darle tu libro?
- No, la verdad lo dejo librado al destino. Si quiere pasar, pasará. Yo supongo que se va a enterar y que alguien le dará el libro pero no se si lo va a poder leer porque está en castellano. Entonces habrá que ver como le pega la idea a él del libro, si le gusta o no le gusta, miles de cosas que no están a mi alcance. Yo hago las cosas y las suelto. Yo ya estoy pensando en mi programa de esta noche, no en el libro. Tengo que difundirlo porque es un libro que hice con mucho cariño, igual a los demás pero no me quedo pensando en eso, lo dejo librado al destino y el destino sabrá lo que hace.
Domingo, 18 de marzo de 2012