por Paula Avilés
¿Es más fácil ser rubia?
Alguna de mis amigas alguna vez me dijo: Hazte la rubia tonta no más!… es mucho más fácil la vida. Mmmm, me dije qué curioso… es que las morenas habremos nacido con algún gen que nos hace más inteligentes? o ¿Es que las rubias de verdad ejercen algún poder oculto, vetado para las morochas? ¡Quién no compitió con una rubia por algún galán?! Y la odias aún más porque es rubia… y si por algún motivo averiguas que recurrió a la tintura agregas: “y rubia teñida”, o peliteñida como en Betty la Fea.
El asunto es que la frase va con toda la maldad posible.Tenemos debilidad por los rubios… Aún me acuerdo cuando nació mi primer hijo y mi suegra con cara de alivio al ver que el niño era “blanquito”, jajaja. O si no comentarios en la calle como: “Tan rubio el niño y usted más morena”. En fin era como un pecado.
Lo rubio resalta, llama la atención, es como un punto de luz al que lo ojos se van solos porque rompe la monotonía. Si hasta Ceci Bolocco dijo adiós a su pelo castaño para no abandonar jamás la blonda cabellera que adoptó en Miami.
No hay duda… algo se traen las rubias. Me acuerdo del memorable vivencial en revista Paula de Ximena Torres Cautivo, dueña hasta el día de hoy de una salvaje melena café. Por unos días decidió aclararse para ver qué pasaba. Efectivamente comprobó que los piropos en la calle se multiplicaron y que hasta su marido pensó por unos días que despertaba con otra mujer.
Cinthya, de 25 años, también lo experimentó. Morena de nacimiento se fue haciendo visos hasta que dio el paso final y erminó siendo completamente rubia. Un día cualquiera, llegó hasta nuestra oficina con su color original nuevamente. Fue shock. Ahora me confiesa que cuando solía ser rubia llamaba mucho más la atención… sobre todo de los hombres.
También recuerdo Legalmente Rubia, cuando Elle le dice a su amigo abogado, que ser rubia era bastante más difícil de lo que parecía… Al fin y al cabo –pensé– precisamente lidian con el estigma de la “rubia tonta”.
Rubia, morena, morena, rubia… al final todas queremos lo que natura no nos dió… o simplemente deseamos jugar con nuestra apariencia e interpretar diferentes papeles… cambiar, lo que también es válido. Como Fernanda Hansen que pasó de rubia natural a morena teñida. Un cambió también extremo… Bienvenida al equipo de las morochas.
Domingo, 7 de julio de 2013