Aprendizaje
Volviendo a clases después de los 40
Los tiempos han cambiado, y hoy en día no es nada raro ver a estudiantes adultos de primer año, sentados junto a compañeros casi adolescentes. Si quiere conocer mejor su perfil, y conocer algunas claves para su propio caso, no deje de leer esta nota.
Durante mucho tiempo, era posible saber la edad aproximada de un estudiante por el curso al que concurría. Así, un estudiante del primer año de la universidad, no podía ser más grande que 18 o 19 años. Asimismo, aquellos que se graduaban no eran mayores de 28 o 29 años, salvo escasas excepciones.
Este concepto llegó a estar tan arraigado en nuestra manera de pensar, que automáticamente se definía a los jóvenes como estudiantes tradicionales, y a los adultos como gente que, o bien se había recibido o bien había abandonado definitivamente sus estudios. Y los pocos estudiantes mayores que salían de este estrecho parámetro, eran encasillados con el mote de “estudiante no tradicionales”.
Pero los tiempos han cambiado drásticamente, y hoy en día, con el auge de las especializaciones en el mercado laboral, no es raro ver a estudiantes de primer año de 43 años, que se sientan junto a sus compañeros de 18 años de edad. Por su parte, muchos jubilados retirados de la actividad laboral, de más de sesenta años, también aprovechan la gran variedad de cursos y seminarios gratuitos de muchas universidades públicas.
Razones para la vuelta
Muchos ex estudiantes que no pudieron continuar sus estudios debido a dificultades financieras o a obligaciones para con su familia, están volviendo a estudiar, incluso cuando trabajan en empleos full-time. Por eso mismo, la población general de estudiantes de muchas universidades está, constantemente, subiendo sus promedios de edad, a causa del aumento de la demanda de adultos que buscan especializarse e incorporar nuevos y recientes conceptos para aplicar en su trabajo.
Claro que con la vuelta al estudio de estudiantes más adultos, surge la necesidad por parte de los mismos de realizar cierto trabajo de preparación previo, para que la vuelta al ámbito estudiantil sea lo menos traumática posible. Los estudiantes adultos han estado fuera del ámbito educativo por muchos años, por lo que sus conocimientos pueden haberse desactualizado o bien, simplemente, pueden haber perdido la rutina de estudios.
Por eso, sería importante que, antes de re-inscribirse a las carreras de la universidad, se realicen algunos cursos o seminarios que le ayuden a lograr un nivel que le permita estar en el mismo escalón que el de sus compañeros de clase, que vienen directo desde la secundaria. Al margen de los cursos, también está la posibilidad de tomar clases privadas, o concurrir a institutos privados de preparación. Y si va a optar por una universidad privada, debería solicitar que los tutores estén atentos a estas necesidades especiales, y le brinden o le ayuden a conseguir toda la ayuda citada previamente.
Aquí le señalamos otras consideraciones que debería tener en cuenta en su regreso al ámbito estudiantil.
La clave del éxito es el estudio y más estudio. Cuando se frustre o agite ante un ejercicio más difícil, espere un tiempo hasta calmarse, y trate luego de estudiar el procedimiento otra vez. Trate de practicar todo lo que le sea posible, con mucha paciencia, hasta obtener los primeros éxitos. Dése premios por cada logro, y poco a poco ira sumando la confianza necesaria. Con cada éxito que obtenga, podrá ver una mejora en su comportamiento y confianza. La clave principal es no rendirse, protestar, ni bajar los brazos.
Consulte que es lo que se esperará de sí mismo en cursos futuros, y mire siempre para adelante. Muy posiblemente, como estudiante adulto, podrá sobresalir en muchas otras áreas, gracias su experiencia de vida, pero eso no traduce necesariamente en un adelantamiento automático en ciertas áreas de estudio que no están tan firmes. Manténgase enfocado en estudiar el material que le han dado, y no en evaluar si el curso de actualización es conveniente o no.
Usted puede llegar a ser especialmente sensibles sobre la conveniencia de tomar cursos correctivos o básicos, ya que deberá tratar con el hecho de que algunos conceptos básicos han quedado olvidados. Incluso, podría creer que recuerda suficiente como para realizar un curso asignado a estudiantes de primer año. Pero si descubre que no hizo bien un examen de diagnóstico, tomar un curso de actualización podría ser su única opción, aunque su orgullo sea algo lastimado, y no disfrute mucho del mismo.
Sin embargo, debe saber que este curso será esencial para su éxito en el futuro, y debe tener muy en claro que los cursos de actualización no son lo mismo que aquellos que se dictan por cierta falta de habilidad del estudiante. Obviamente, parte del material será simple y demasiado sencillo para sus conocimientos, pero no saque ninguna conclusión apresurada. En algún punto, la materia llegará a ser justificar su curso de actualización.
Muchos estudiantes exhiben una alta ansiedad y un nerviosismo extremo, especialmente antes de una prueba importante. Pero en la mayoría de los casos esto se podrá solucionar hablando previamente con los profesores, quienes muy posiblemente le den algo de tranquilidad.
Por último, asegúrese de que el ambiente donde recibe clases privadas, privado o dentro de su universidad, no sea muy desprolijo o con focos de distracción, lo cual puede molestar mucho a los estudiantes más adultos. Consulte siempre cualquier duda que tenga, antes que esperar tener una clase de una hora de conferencia “recta”.
Conociendo el perfil de los estudiantes adultos
Los estudiantes más adultos son a menudo más estudiosos, y no se distraen tan fácilmente como los más jóvenes. Un estudiante de primer año de dieciocho años, que todavía está viviendo la adolescencia, buscará encontrar muchas gratas distracciones en la universidad, además del estudio. Podría estar interesado en buscar pareja, o en encontrar amigos para salir los fines de semana. Por eso, el estudio podría incluso llegar a quedar sólo en un segundo plano, tal vez no mucho más que la noche antes de los exámenes. Los estudiantes más adultos, en cambio, ya han vivido su período de rebeldía. Por lo tanto, el colegio es para ellos un tiempo de la calma reflexión, y buscan pasar su tiempo en una biblioteca o en un aula silenciosa, antes que en la fiesta que se celebra en la casa de algunos de sus compañeros.
Los estudiantes adultos hacen más preguntas en clase, intercambian conceptos con los profesores, y podrían incluso ser requeridos para ayudar en clase.
Los estudiantes adultos pueden sentir cierta incomodidad durante su regreso al estudio. Si bien la mayoría son muy estudiosos y eficaces en sus clases, existen casos en los que los mismos pueden ser completamente agobiados por la atmósfera. Los ex estudiantes que han estado lejos del ambiente educativo durante mucho tiempo, experimentan a veces ciertas ansiedades y bloques mentales. Llegan incluso a convencerse de que vida de estudio es demasiado difícil para ellos, y que sus oportunidades de éxito son mínimo. Esta opinión se basa casi únicamente en las primeras clases que ellos toman, pero, una vez que las superan, su optimismo crece. Sin embargo, quienes más éxito han obtenido, son aquellos que han encontrado un familiar, tutor, o compañero que lo motive a seguir y a no bajar los brazos.
Martes, 25 de junio de 2013