Por Claudio María Domínguez
MEDITAR ES VIVIR EN EL MOMENTO PRESENTE
Meditar no requiere imágenes específicas ni posturas complicadas, es solo estar en una calma atenta en el momento presente. Es fuente de salud y dicha. Nos ancla en el momento presente y quita los efectos nocivos de volver mentalmente a hechos del pasado, una y otra vez, o de pensar en cosas a futuro.
Meditar, es la experiencia de ser. Es elegir recordar nuestra existencia a cada instante, con cada respiración.
La meditación es una de las formas por las cuales llegamos a comprender la totalidad del ser.
Cuando meditamos nos hacemos reyes de la emoción y los jinetes heroicos del paso por el planeta.
Al meditar, somos testigos, observadores, protagonistas y eventualmente, aún estos mismos estados cesan y sólo queda la consciencia, la energía divina viviendo una experiencia humana.
Meditar es sanar, percibir, vaciarse y al mismo tiempo llenarse de la energía universal creadora.
No hay que renunciar a la vida cotidiana. Se pude meditar y seguir cumpliendo las responsabilidades mundanas, así fluirá la energía incluso cuando se está absorto en el trabajo.
La meditación es una forma de acceder al conocimiento de uno mismo, ya que cuando ingresamos a nuestro mundo interno y silencioso, la mente con su parloteo mental cesa y surge la paz del ser que somos.
Meditación es simplemente estar consciente de la presencia de uno mismo, sin ningún esfuerzo, alerta, pero sin esfuerzo.
En India, hay una frase milenaria: “De la medicación a la meditación” porque quien medita y está en contacto con el poder del ahora, se beneficia liberando estrés del sistema nervioso. El estrés, es la base generadora de potenciales enfermedades.
Meditar facilita conectarse con la tranquilidad en uno, que se va haciendo más y más creciente.
La persona tranquila actúa respondiendo y no reaccionando ante situaciones provocadoras, se relaciona con más equilibrio emocional en el entorno. Meditar ayuda a expandir la consciencia, de esta manera la persona comprende desde una perspectiva amplia y sinceramente objetiva, los acontecimientos de la vida con mayor sabiduría y desapego emocional, facilitándole tomar decisiones adecuadas para el mayor bien de todos. Meditar es respirar y amar.
Domingo, 5 de mayo de 2013