Hay veces en que el problema no está donde uno cree.
Consejos útiles en la frigidez y la impotencia
Muchas veces este problema tiene que ver también con la poca paciencia del compañero sexual, que no aporta su esfuerzo para hacer disfrutar a su mujer del éxtasis sexual, y es en gran medida el culpable de su deficiencia.
Una mujer frígida debe aprender a aceptar su sexualidad y a cambiar su código moral y el complejo de culpabilidad que pueda derivarse de su educación o de experiencias desagradables acontecidas y en ese aspecto, el hombre juega un gran papel y debe mostrarse siempre muy paciente y comprensivo, pues la mujer frígida deberá tener plena confianza en él.
El hombre deberá intentar conocer todos los sentimientos negativos que la perturban, siempre deberá hablar y escuchar muy atentamente. Cuando los problemas sean conocidos por ambos él deberá con mucha inteligencia y ternura, hacerle comprender que sus miedos y sentimientos son irracionales.
Toda la atención del hombre debe estar centrada en el placer de la mujer. No hay que mostrarse ansioso, se debe ser tierno con sus palabras, besos y caricias para ir ganando confianza y progresivamente ir aprendiendo a conocer el cuerpo de la mujer y reaccionar a las caricias y estímulos sexuales de su pareja.
Hay que armarse de paciencia, compresión, confianza, ternura y voluntad e ir teniendo en cuenta estos principios para que una mujer frígida se vea sensual y deje este problema de lado. Si a pesar de los esfuerzos mutuos de la pareja no llega a resolver el problema, es posible que sea necesario el consejo de un terapeuta o psicólogo.
Los problemas del hombre
En cuanto a los problemas sexuales masculinos hay algunas formas y recetas para solucionarlos. Si se padece de impotencia, o si se tiene cada vez mayor dificultad en conseguir una erección, no se debe seguir forzando una solución, pues lo único que se conseguirá es obsesionarse y dificultar el proceso de curación.
La solución está en el lado opuesto. Cuanto más se obligue al pene a mantener una erección, menos posibilidades tendrá de que suceda.
Si desde el principio el hombre tiene miedo de que su órgano lo traicione, la excitación sexual pasará a un segundo plano y la erección será muy difícil de conseguirse. Para ello no existen ni recetas milagrosas ni soluciones fantásticas, solo cabe aprender a relajarse y dejar que la naturaleza siga su curso.
Nunca debe pensar que su pareja espera de usted hazañas sexuales, por el contrario concéntrese en tocarse, jugar, hablar y darse placer mutuamente. No haga ningún esfuerzo particular por tener una erección. Utilice el tiempo necesario para que todo se de naturalmente.
Si la erección se produce y desaparece, no se precipite porque la siguiente ya está en camino. Rápidamente usted podrá constatar que no tiene ninguna dificultad para sentir una nueva erección y que es muy enriquecedor y placentero el disfrutar con su pareja de los diferentes juegos sexuales sin que su orgasmo sea el objetivo esperado.
No trate de forzar algo que se tiene que dar naturalmente, aunque si usted ha sido siempre impotente, necesitará la ayuda de un médico.
Si un hombre tiene una erección parcial, semirrígida, puede perfectamente penetrar a su pareja ayudándose de la mano, con la condición de que ella esté bien lubricada. En la mayoría de los casos después de haber penetrado a la mujer el hombre alcanzará rápidamente una erección completa.
Si habría que sacar una conclusión sobre la calidad sexual de una pareja, habría que decir que la paciencia y compañerismo en las relaciones casi siempre son una buena solución para poder disfrutar con mayor plenitud y menos problemas.
Viernes, 3 de mayo de 2013