POR HERNÁN MOLINA
Camau, el gestor K que se entrenó para competir en el maratón 2013
Pasaron tres años del inicio de la incursión del ex medallista olímpico al frente del Municipio capitalino. Lejos de aquel factor sorpresa que lo convirtió en intendente, el joven político demostró saber aprovechar en la primera mitad de su mandato el indiscutido madrinazgo kirchnerista y asfaltar así una imagen positiva en Capital. El año que termina, sin duda, fue su periodo más complicado, con menos recursos para pavimento y más conflictos con el Gobierno provincial. Ahora se acerca el final de su gestión y el momento de decidir si será protagonista en la carrera electoral que se viene.
Trabajó en Capital, recorrió la provincia y se reunió con funcionarios de Nación. Consolidó su rol de nexo entre comunas y el poder central. Ahora se ejercita para la carrera por la gobernación.
Como buen deportista, Camau Espínola sabe que la clave para el rendimiento en una futura competencia está dada por el nivel de entrenamiento que se llevó adelante los meses previos a la misma.
Así, aunque reiteró en infinidad de oportunidades que no decidió aún si se convertirá en el candidato a gobernador por el PJ, durante los últimos 12 meses trabajó para darse a conocer en la provincia y dar pruebas de que es el emisario de la Nación en Corrientes, capaz de gestionar la llegada de programas y fondos en beneficio de las comunas.
En lo que respecta a su accionar en el principal distrito correntino, el ultra kirchnerista se acomodó -según él mismo reconoció a El Litoral- a una realidad menos próspera que cuando tomó las riendas de la Comuna. Una realidad que lo llevó a apostar durante el último año a la ejecución de obras menos costosas, en su mayoría recuperación de espacios públicos que por décadas fueron postergados, como la plaza Cabral, el Parque Mitre y la costanera General San Martín, y para la temporada de verano a la ampliación de las playas públicas en pos de favorecer el perfil turístico de la ciudad.
En paralelo al trabajo en la Capital, se dedicó a realizar periódicas visitas a distintas localidades del interior, tanto para participar de actividades partidarias como también para favorecer la articulación de los municipios -casi siempre del PJ o afines- con el Estado nacional. Y en los últimos meses trabajó para reafirmar su rol de gestor al conseguir el encuentro de intendentes con el ministro de Planificación, Julio De Vido, y la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, que en ambos casos prometieron bajar a territorio en poco tiempo más.
En este balance anual es imposible no hacer especial mención a lo que representó el mayor gesto de apoyo K recibido por el jefe comunal. La presidenta de la Nación, Cristina Fernández, encabezó el pasado 18 de octubre la entrega de una de las banderas argentinas que flameó en las Islas Malvinas durante el Operativo Cóndor. Un acto que se realizó frente a la Basílica de Itatí y contó con la participación de miles de militantes y en la mesa de autoridades unió a los dos potenciales contrincantes en las urnas: Colombi y Espínola.
» Guerra declarada
En varias ocasiones y ante problemáticas de gravedad como la usurpación de terrenos de parte de familias okupa, la supuesta ola de secuestros y el proyecto de intervención al Poder Judicial, el propio gobernador Ricardo Colombi y sus principales alfiles dentro del Poder Ejecutivo y la Legislatura provincial dispararon con munición de grueso calibre al potencial candidato del PJ, y lo acusaron de maniobras “non sanctas” con fines desestabilizadores.
El mandatario llegó a hablar inclusive de una “guerra de guerrillas” desatada por el kirchnerismo con el fin de destronar a la UCR y quedarse con el sillón de Ferré después de 40 años de intentos fallidos, y en este sentido apuntó directamente contra el intendente de Capital como uno de los responsables de instalar las problemáticas sociales.
El dirigente kirchnerista se negó a responder respecto a algunos ataques y se desligó cuando lo vincularon con la movida intervencionista. Aseguró que si define ser candidato, no recurrirá a los chicaneos y hasta llegó a asegurar que se había puesto de moda echarle la culpa de todo.
Más allá de los fuertes cruces que se dieron durante el año, se sabe que la virulencia irá en aumento a medida que se acerque el tiempo de las urnas, y frente a este escenario Espínola tiene hasta febrero para blanquear sus aspiraciones.
De confirmarse lo que todos en el PJ consideran casi un hecho, la dirigencia política focalizará su esfuerzo en lo que promete ser una intensa y maratónica campaña hasta que sea el momento de los comicios y la decisión final la tome el voto popular.
Jueves, 3 de enero de 2013