ESPERAR, DARLE TIEMPO AL TIEMPO
¿El mejor consejo sexual..?
La Universidad Brighan Young de EEUU hizo un estudio donde analizaron a más de dos mil parejas, dividiéndolas en tres grupos: a) las que tuvieron sexo al mes de conocerse. b) las que tuvieron sexo entre un mes y dos años de conocerse. c) las que esperaron para casarse para tener relaciones. ¿Adivinas quienes resultaron tener una mejor relación?
Las parejas que retrasaron el sexo. Ellos resultaron tener una mayor estabilidad en su matrimonio, mejor comunicación con su pareja y más goce sexual.
Se descubrió también que enfocarse en el sexo muy pronto en la relación distrae a las parejas de la importancia de desarrollar la comunicación y la resolución de conflictos.Esperar, darle tiempo al tiempo.
Es igual…pero no es lo mismo
Hace algún tiempo conversaba con unas amigas sobre el matrimonio y sobre cómo mantener viva las relaciones de pareja. La Cata había tenido una mala experiencia con sus padres, su papá había tenido una relación extramarital, su mamá lo había pasado muy mal y ella nunca pudo reconciliarse con el tema. Ella siempre siguió creyendo en el matrimonio, y tenía uno muy feliz, pero su experiencia le provocó un pánico terrible a la infidelidad. Tanto así, que era un tema que se le venía mucho a la cabeza y hacía muchas estrategias para evitar que algo así le pasara alguna vez. A pito de nada le revisaba los mails a su marido y estaba siempre muy atenta a cualquier cosa extraña. Ella es de las personas que cree que las mujeres debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para mantener a nuestros hombres contentos. Yo podré o no estar de acuerdo, ese no es el punto. En una oportunidad habló por teléfono con su marido tarde-noche y él le contó que estaba en la oficina. Ella quiso ir a darle una sorpresa. Se vistió muy linda y muy sexy. Entró a la oficina y tuvieron un encuentro amoroso muy entretenido. Al escuchar esta historia, Marcela dijo: yo no sé de dónde sacas energía para hacer eso…yo feliz lo haría…pero el cansancio me gana.
¿De dónde sacamos la energía para hacer las cosas, qué es lo que realmente nos moviliza? Le dimos vuelta al tema un buen rato y descubrimos que frente a esta situación tenemos por lo menos 2 opciones. Una alternativa es sacar la energía del amor. La Cata tiene un profundo y sincero amor por su marido, realmente quiere que las cosas funcionen y desde el fondo de su corazón quiere que su marido esté contento, ya que la felicidad de él también la complace a ella. Otra alternativa es sacar la energía del miedo. Es tanto el terror que le da a la Cata que su marido haga lo mismo que su papá que es capaz de hacer casi cualquier cosa por tenerlo contento, así, en su fantasía, la probabilidad de que él busque a otra, disminuye.
Desde afuera, uno puede creer que da lo mismo, que lo relevante son los actos, los hechos concretos. Lo que importa es que ella fue a verlo, le dio una sorpresa entretenida y él quedó contento. Para mí, estos 2 escenarios son totalmente diferentes. Hay mucho en juego en planos invisibles a nuestros ojos.
Ya sea con este ejemplo o con cualquier otro, lo que realmente importa no son solamente los actos y los hechos concretos, sino que el sentimiento que los moviliza, el verdadero motor que nos mueve.
Visto desde afuera, es igual pero no es lo mismo.
Miércoles, 19 de diciembre de 2012