Haroldo Antonelli, el papá de Renzo
“Lloro cada vez que lo veo”
La salud del niño de dos años que está internado en el Hospital Garrahan a la espera de un trasplante de corazón sigue desmejorando porque no responde de forma positiva al aparato artificial al que está conectado. El fin de semana anterior tuvo una “lesión cerebral media" que ocasionó la falta de movilidad en el cuerpo, pérdida de la vista y disminución auditiva. "Renzo sigue sin ver ni escuchar, no controla el lado izquierdo del cuerpo y el derecho casi nada, lo único que siente es el tacto de la otra persona", contó el papá del pequeño, Haroldo Antonelli. Además, dijo que en los últimos días permaneció más tiempo despierto pero que “se pone muy nervioso cuando no duerme porque quiere moverse y no puede”.
Por otra parte, aclaró que los médicos y la familia mantienen la esperanza que este estado negativo mejore con tratamientos.
“La ventaja que tienen los más chicos es que están en constante crecimiento, se espera que se recupere”, expresó.
En este sentido, recordó que “esto es un efecto de la máquina a la que está conectado, si recibiera el trasplante no estaría de esta forma por eso la prioridad es que aparezca un donante”.
Respecto al diagnóstico de los médicos que lo tratan de forma diaria, contó que "ellos dicen que hay que tener mucha paciencia y que todo esto lleva su tiempo", además “no sufrió una is-quemia completa, se puede volver a recuperar”.
“Tenes que aguantar nomas, cada vez que entro a verlo lloro cuando salgo. Es un orgullo ser padre pero ese mismo sentimiento te juega en contra en estos ca-sos porque sufrís mucho al verlo de esta manera”, manifestó Haroldo. (El Litoral)
Domingo, 11 de noviembre de 2012