Aborto:
El WhatsApp de Marcos Peña, la interna en Cambiemos y el quiebre con la Iglesia
Marcos Peña envío el extenso mensaje de WhatsApp diez días después de la votación en la Cámara baja. Lo recibieron Gabriela Michetti, Emilio Monzó, Mario Negri, Luis Naidenoff, Humberto Schiavoni, Ángel Rozas, Nicolás Massot, Silvia Lospennato, Juan Manuel López, Fernando Sánchez, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, integrantes del grupo de chat rotulado "Congreso".
"Amigos: les mando este texto mío para que lo circulen entre los diputados y senadores si consideran que puede ayudar. ¡Gracias!".
Marcos Peña envío el extenso mensaje de WhatsApp diez días después de la votación en la Cámara baja. Lo recibieron Gabriela Michetti, Emilio Monzó, Mario Negri, Luis Naidenoff, Humberto Schiavoni, Ángel Rozas, Nicolás Massot, Silvia Lospennato, Juan Manuel López, Fernando Sánchez, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, integrantes del grupo de chat rotulado "Congreso".
Tres días antes, el viernes 22 de junio, Mauricio Macri había recibido a solas en la quinta de Olivos a la diputada Lospennato, una de las principales militantes del proyecto de despenalización del aborto del oficialismo en Diputados. La reunión, de la que no hubo ni comunicado ni foto oficial, ayudó a recalentar la discusión interna en torno a la ley que más dividió a la coalición de gobierno desde que Macri llegó a la Presidencia.
El martes 26, cuatro días después del encuentro entre el jefe de Estado y Lospennato y 24 horas posteriores al texto de WhatsApp que Peña envío a las principales espadas de los partidos que componen la alianza Cambiemos en el Congreso -Elisa Carrió no utiliza servicios de mensajería instantánea-, Macri tuvo que recibir a Carmen Polledo (PRO), Marcela Campagnoli (Coalición Cívica) y Gabriela Burgos (UCR), tres de las diputadas que más se opusieron al proyecto del aborto. Fue una idea del jefe de Gabinete para calmar los ánimos. Tras la reunión, Polledo se ocupó de ratificar que el Presidente seguía "a favor de la vida".
"Quiero clarificar algunas cosas que se han dicho a lo largo del debate del aborto respecto a las motivaciones y las actitudes de nuestro gobierno. 'El Gobierno impulsó este debate por orden de (Jaime) Durán Barba para tapar otros temas'. Esto no es cierto. Ante la iniciativa de legisladores de todos los partidos de tratar el tema, se decidió que era mejor buscar encauzar el debate desde la racionalidad y el respeto de las diversas posturas", escribió Peña en el WhatsApp en una serie de puntos como respuesta a las versiones relacionadas con el aborto, la decisión de impulsar el debate por parte del Poder Ejecutivo y para distender las dos posturas internas.
Aunque a esa altura, once días después de la votación que le dio la media sanción al proyecto por 129 votos a favor y 125 en contra, las heridas dentro de Cambiemos, en especial en el Parlamento, ya eran demasiado profundas. Con un plus: el creciente enojo de la Iglesia, que a esta altura de la gestión de Macri no tiene retorno.
El jueves 28 de junio, Carrió juntó a los diputados que habían votado contra el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) en el Círculo de Legisladores de la Nación, en Bartolomé Mitre al 2000.
Dos semanas atrás, la líder de la CC había abandonado el recinto con amenazas de rotura del bloque oficial después de 24 horas de un tenso y encendido debate del que apenas participó. Esa noche, después del asado en el Círculo de Legisladores, "Lilita" se mostró molesta con Monzó. Dijo que no la había dejado hablar, como ella misma avisó la mañana de la votación. La respuesta estuvo a cargo de Massot, que justificó a su jefe, el presidente de la Cámara de Diputados.
La relación entre Carrió y Monzó, que fue fundamental entre el 2014 y el 2015 para el acercamiento entre la diputada y Macri -en su departamento se terminó de sellar la alianza presidencial-, quedó herida. En el entorno de ambos reconocen que se va a encarrilar, así como aseguran que la discusión por el aborto los distanció. "A 'Lilita" no le gustaron algunas formas de Emilio", machacan cerca de la líder de la CC.
El último lunes, en el inicio de una semana en la que volvió a ser protagonista, Carrió volvió a insistir con su postura en torno al aborto en los estudios de TN. Pero fue más allá: ventiló que Macri había decidido abrir la discusión porque le aseguraron "que ganaba el 'no'".
Según fuentes oficiales, una verdad a medias que molestó a la Casa Rosada. En el seno de la coalición de gobierno reconocen que Macri estaba convencido de que el proyecto no tendría luz verde en Diputados, independientemente de la conveniencia o no para el Gobierno sobre el destino final de la ley. Pero que no lo impulsó por eso, si no porque era una discusión que, tarde o temprano, llegaría al Parlamento. Es la respuesta oficial, más allá de que el jefe de Gabinete haya dicho que el impulso del Poder Ejecutivo fue por "convicción" del jefe de Estado. Fue la respuesta de Peña a Carrió, con quien tejió en los últimos meses de crisis un inesperado buen vínculo.
La Iglesia no ve convicciones detrás de la decisión de Macri. Por el contrario: en la cúpula eclesiástica sí están convencidos en buena medida de que la apertura al debate se debió a una estrategia de la Casa Rosada para tapar los sucesivos tropiezos del programa económico y sus evidentes costos sociales. Ubican detrás de ese plan, según lo reconocen hasta las propias fuentes oficiales consultadas para esta nota, a Peña, que el último año y medio intentó en vano recomponer su vínculo con el Papa Francisco a través de algunos intercambios epistolares.
"No creemos que existan temas que tapen otros temas. Hoy en día la fragmentación de la comunicación garantiza que siempre habrá múltiples conversaciones abiertas", escribió el jefe de ministros en el WhatsApp del grupo "Congreso" para tratar de contrarrestar esa versión.
Para la cúpula eclesiástica, faltó conducción por parte de la Casa Rosada. Más injerencia en el debate. Es que Macri, Peña, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta -los cuatro principales integrantes de la mesa chica del PRO- están abiertamente en contra del proyecto del aborto. Para la Iglesia, no fue suficiente. Hubo diputados que llamaron al propio Presidente la mañana de la votación. El mandatario les ratificó la libertad de acción. En una entrevista con este medio en abril pasado, Santiago de Estrada, el secretario de Culto que está por dejar su cargo en las próximas semanas, había dicho que era difícil que la ley pasara el Congreso.
El disgusto de la Iglesia se coló en la reunión privada que Vidal y Carolina Stanley mantuvieron hace un mes con Francisco en Santa Marta, en Roma. Consensuaron no ventilar detalles del encuentro del que también participaron Federico Salvai y Fabián Perechodnik. Pero hay versiones que dan cuenta de que el Papa habría descargado su fastidio por la discusión del aborto, en especial en la figura de Vidal. La gobernadora no salió del mejor humor de la reunión, aunque no le impidió disfrutar la capital italiana por 48 horas más. Festejaron con un almuerzo el cumpleaños del jefe de Gabinete bonaerense.
Un par de semanas después, la mandataria y Stanley vivieron en carne propia las críticas de la Pastoral Social por las consecuencias del programa económico de Cambiemos, en el inicio de la Semana Social, en Mar del Plata.
Buena parte de la cúpula de la Iglesia mantiene por estos días un vínculo mucho más estrecho con la ministra de Desarrollo Social que con la gobernadora. Es el caso de los obispos Oscar Ojea, Fernando Maletti y Jorge Lugones.
En el entorno de Carrió explican que su frase del lunes pasado apuntó a contener a los votantes de Cambiemos que podrían divorciarse del Gobierno por este tema y a calmar a la cúpula de la Iglesia. No fue suficiente.
Con el desenlace aún incierto de cara a la sesión prevista para el 8 de agosto en el Senado, las heridas internas volvieron a sangrar en las últimas semanas.
Después de la media sanción de Diputados, la Casa Rosada había pedido bajar las tensiones y contener a los "perdedores" tras acusaciones de todo tipo entre ambos bandos, que incluyeron hasta supuestos ofrecimientos de pasajes y tironeos por fotos de uno y otro lado.
La turbulencia volvió a golpear al avión de Cambiemos hace una semana. La entrevista que Michetti le dio al diario La Nación, en la que explicó que había militado el tema "para equilibrar los tantos" y en la que se mostró en contra del aborto incluso en casos de violación, no cayó bien en Casa Rosada. Llamó la atención la exacerbación de su posición.
En privado, la vicepresidenta había confesado en alguna oportunidad que si la ley se aprobaba no sabía cómo haría para seguir en el Gobierno. Michetti no integra ninguna de las mesas de decisiones del Gobierno. Hacia fin de año, la Casa Rosada deberá empezar a definir quién será el candidato o la candidata que acompañará a Macri en la fórmula que buscará la reelección.
Pero si en el seno de Cambiemos cayeron mal las declaraciones de Michetti, la dura respuesta de Daniel Lipovetzky, miembro informante del oficialismo en Diputados y uno de los más activos en favor del proyecto de ley, repercutió igual de mal.
Lipovetzky entró al PRO allá por el 2003 de la mano de Michetti después de trabajar con Antonio Cafiero. Fue su empleado en la Legislatura porteña. Un síntoma de la crisis política interna que desató el debate por la despenalización del aborto.
La última sorpresa fue el lunes. Gladys González, que durante la campaña legislativa del año pasado se había manifestado en contra del aborto, explicó que había revisado su posición y que acompañaría la media sanción de Diputados con tres modificaciones.
González asumió su banca en el Senado en diciembre del año pasado. Entró detrás de Esteban Bullrich en la lista, amadrinada por la gobernadora Vidal.
Domingo, 8 de julio de 2018