Opinión
Rusia fue el Mundial en el que Messi no estuvo
Otro fracaso del mejor del mundo en su cuarta Copa. Este tampoco fue el Mundial, ni la Selección de Leo. Era el Mundial de Messi. Y no fue el Mundial de Messi. Era la Selección de Messi, como anunció pomposamente en alguna conferencia el DT Sampaoli. Y tampoco fue el equipo del capitán. El fracaso también alcanzó al mejor futbolista argentino de estos últimos tiempos.
No fue gravitante en la mayoría de los 360 minutos que estuvo en las canchas de Moscú, Nizhny Novgorod, San Petersburgo y Kazán. La Pulga quedó envuelto en un selección que se manejó en modo autogestión. Y así le fue a la Argentina: muchas versiones y poco juego; muchas diferencias y casi nada de fútbol.
Acosado por las versiones (su mujer Antonela y sus hijos Thiago, Mateo y Ciro estuvieron esta tarde en la cancha por primera vez), se lo vio muy pocas veces sonriente dentro y fuera de la cancha. Estuvo la contención familiar: sus padres, hermanos y sobrinos. Llegarán ahora las confirmaciones sobre esas tristes versiones de problemas familiares y cuentas inapropiadas en paraísos fiscales. Se verá, cuando el huracán baje su intensidad, qué es cierto y qué es mentira en la vida de la Cabra Leo.
Se terminó otra ilusión en un Mundial y nadie puede asegurar hoy si fue la última Copa del Mundo del mejor futbolista del Siglo XXI. Porque este fue su octavo torneo en la Selección Mayor de la Argentina en la que debutó en agosto de 2006. Prolífico en el Barcelona. Ganador en los Juveniles (campeón del mundo en 2005 con la Sub 20 y medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 con la Sub 23). Pero "cero al as" en el equipo de los sueños. Que otra vez volvió a ser "el equipo de las pesadillas".
Messi no respondió en el momento caliente. Cuando más se espera de él. En la segunda parte de los Mundiales. Nunca hizo un gol a partir de los octavos de final de la máxima cita mundialista que organiza la FIFA. Jugó cuatro finales (tres de Copa América en Venezuela 2007, Chile 2015 y Estados Unidos Centenario 2016) y una de Mundial (Brasil 2014). No ganó ninguna. Jugó otros tres Mundiales y tampoco pasó nada. En Alemania 2006 todavía se recuerda esa postal de Leo tirado en el banco descalzo con los botines en un costado. Sólo queda en el registro que fue el más joven en debutar y que hizo su primer gol ante Serbia y Montenegro. En Sudáfrica 2010, con Diego Maradona de entrenador, no convirtió ningún gol. En Brasil hizo 4, pero en la primera etapa del torneo. En la final con Alemania no apareció y miró la Copa de refilón, como si fuera consciente de que nunca la va a levantar.
Llegó Rusia y se dijo (se publicó) que este era la gran oportunidad. Su gran oportunidad. ¿Su última oportunidad? Por edad (cumplió 31 en pleno Mundial). Por la preparación (dosificó partidos en el Barcelona como nunca antes había hecho). Por la dieta (que consensuó con el doctor italiano Polser). Porque era la última chance para varios de sus amigos (Mascherano, Biglia, Agüero, Higuaín, Di María, Banega). Por ninguna de esas causas pudo brillar y ser el Messi vestido de azulgrana o el Leo de la play station. Por la descomposición interna y por las fallas propias. No fue el Mundial de Messi. Y nadie sabe si habrá otro.
Sábado, 30 de junio de 2018