Superliga
Las razones de la "deuda interna" del River de Gallardo
Desde que está Gallardo al frente del plantel, los torneos locales quedaron relegados por las competencias internacionales. El que terminó fue el quinto torneo local donde la levantada del final sólo le alcanzó para meterse en la Sudamericana. La performance volvió a dejarlo lejos de la pelea
Cuando Marcelo Gallardo asumió al frente del equipo a mediados de 2014, River venía de ser campeón del torneo local con Ramón Díaz. Pero hacía 13 años que no ganaba un título internacional y hacía 11 que ni siquiera lograba acceder a una final continental. En todos esos años la “deuda externa” del club logró anestesiarse con 9 torneos locales. El Muñeco entonces dijo la frase “hay que ir por más”, para explicar el proyecto y el desafío de proyectar el futuro.
Los resultados hoy están a la vista: en 4 años, River obtuvo una Copa Sudamericana, una Copa Libertadores, dos Recopas Sudamericanas, una Suruga Bank y accedió a jugar una final de Mundial de Clubes frente al mejor Barcelona de muchos años.
Eso tuvo un costo y aquel pagaré saldado con el exterior le dejó una deuda interna que bien se pudo empezar a saldar con las dos Copas Argentina y con la Supercopa Argentina ante Boca.
Como sea, los torneos locales donde River es amo y señor en la historia del profesionalismo anduvieron siendo esquivos, con apenas dos subcampeonatos y otras tres participaciones alejados de la pelea. Al poner en contexto las estadísticas, aparecen explicaciones razonables que llevan directo el asunto a que las alegrías internacionales dejaron un poco de resaca. Vayamos al repaso.
El primer torneo local fue en el segundo semestre del 2014: salió segundo y tuvo que lidiar con la triple competencia de la Sudamericana, la Copa Argentina y el campeonato. En un momento no le quedó otra que elegir cuidar titulares y fue justo en el partido ante Racing, en el medio de las semifinales frente a Boca por la Copa. Perdió 1-0 y Racing se encaminó al título. Igual, hasta la última fecha, el Millo llegó con chances. De todos modos, el partido que cambió el panorama fue contra Olimpo, de local, por la fecha 16. El empate, con un grosero error de Funes Mori, dejó a la Academia con chances de pasarlo a la jornada siguiente.
El 2015 fue un torneo anual que incluyó un calendario picante a nivel internacional para River. Copa Libertadores, con 12 juegos y el título, dos viajes a Japón para jugar Suruga y Mundial de Clubes, y la Sudamericana, donde casi llega a la final, además de la Recopa Sudamericana que obtuvo al iniciarse el año. En medio de tanta euforia y competencia con pasaporte, el torneo local quedó súper relegado, y con razón. De todos modos, hasta la mitad del año estuvo a 3 puntos de Boca y con un partido menos. Pero la segunda parte fue imposible de sostener y quedó noveno en la tabla.
El 2016 tuvo un torneo por zonas y coincidió con el inicio del grupo de la Copa y la clasificación a segunda fase. Otra vez el privilegio fue hacia el lado de la Libertadores, donde quedó eliminado ante Independiente del Valle en un partido donde generó una veintena de situaciones de gol. Ese plantel estaba reacomodándose y lo pagó con una mala performance en su zona. Perdió la chance de una plaza para la Libertadores del 2017.
La segunda mitad del 2016 fue el arranque de los torneos anuales en coincidencia con los campeonatos europeos y River tuvo rápidamente un compromiso externo. Un nuevo cruce por Recopa Sudamericana, esta vez por ser el ganador de la Libertadores, enfrentado a Santa Fe de Bogotá, que le había ganado la Sudamericana al Globo. Esa fue una nueva Copa para el Millo. Mientras tanto, el Muñeco miró fijo la Copa Argentina porque era necesaria para volver a la Libertadores en 2017. Entre esa apuesta y el hecho de que el equipo tardó en meterse porque ya no estaban varios históricos, la racha de ese semestre fue floja. Terminó la primera rueda 7mo, a 9 puntos de Boca, pero ganó la Copa Argentina.
Ese torneo, que siguió en la primera parte de 2017, tuvo un River furioso. Entre la fase inicial de la Copa Libertadores y los partidos del torneo local, estuvo 17 partidos sin perder. Incluso le ganó a Boca en la Bombonera 3 a 1 y llegó a estar a un punto de la cima. Pero hubo un partido donde jugó mal, frente a San Lorenzo, y las chances se perdieron. De todos modos, estaba en la segunda fase de la Libertadores y había conseguido otra vez a plaza de la Copa que está disputando en la actualidad.
Finalmente, en este campeonato 2017-18 le sucedió algo parecido. En la primera parte, que se jugó en el segundo semestre del año pasado, estuvo demasiado preocupado por las rondas finales de la Copa Libertadores (perdió en semifinales ante Lanús). Entre esa elección y un equipo que había cambiado por completo, River terminó el año muy lejos de todo y ganando una Copa Argentina que alivió un poco la amargura.
Entonces, cuando este semestre arrancó y sumó varias fechas sin ganar, se le hizo cuesta arriba. Tanto fue así que ganar 8 de los últimos 9 partidos de la Superliga apenas si le alcanzó para un lugar en la Sudamericana del año que viene.
Ahora, en el segundo semestre le va a pasar lo mismo y va a tener que elegir. Arranca otro torneo local y, en el medio, tendrá los cruces clasificatorios de la Libertadores y una Copa Argentina que cotiza alto porque puede ser el pasaporte libertador del año que viene.
Sábado, 26 de mayo de 2018