SUPERLIGA
Boca sumó el punto que le faltaba y es el nuevo campeón
Igualó 2 a 2 con Gimnasia en el Bosque y se aseguró el título en la Superliga. Los de Guillermo estuvieron dos veces en ventaja y los últimos minutos fueron a puro suspenso. Pablo Pérez y Ábila convirtieron para el campeón. Colazo y Alemán anotaron para Gimnasia.
Boca hizo lo que necesitaba. Otra estrella brilla en el firmamento boquetes y, aunque en territorio ajeno, se festejó con color y calor primero, en el bosque y luego, en su templo, La Bombonera.
La consagración del Bicampeonato se dio dentro del mismo contexto de los últimos partidos. Sin demasiado brillo. Con un rival que le propuso un partido de enorme carácter que lo hizo terminar el partido apurado dejando una imagen desteñida. Pero Boca fue un cabal campeón. Gobernó la tabla de posiciones de principio a fin, con el todo el mérito que eso conlleva en este fútbol tan competitivo como el nuestro. Con altibajos, es cierto, con un par de derrotas en serie que hicieron reflotar viejas dudas. Pero también con la firme convicción de que este nuevo título no se le podía escapar de las manos. Más allá de que por momentos el equipo hubiera acumulado muchos puntos de ventaja y que el campeonato de esta Superliga, sólo pomposa en el nombre se hubiera consumado con sólo un partido de sobra.
Desde un primer momento tuvo en claro Boca que lo que se le iba a presentar no iba a ser un trámite Gimnasia le llenó el mediocampo de gente que peleó cada pelota a destajo. De todos modos fue Boca el que primer pegó, juego de que Wanchope Abila empezará su gran noche para bajar le la pelota a Pablo Pérez que se las ingenió para encontrar un espacio y sacar un tiro bajo y esquinado, imposible para Martín Arias.
Fue el rato en que Boca pudo imponer supremacía. Sobre todo, con el tándem que por izquierda armaban Pablo Pérez con Pavón.
Pero, rápido de reflejos, el Indio Ortiz ordenó un enroque enviando al pibe Gómez de izquierda a derecha y al uruguayo Dibble, al revés. Colazo jugó en una posición que le es más familiar, Faravelli se mostraba como descarga, Bonifacio trepaba por su lateral con total soltura y con eso, primero el Tripero logró emparejar el trámite para luego, hacerse dueño decisivamente del mismo. El punto culminante fue el empate, esa acción que terminó definiendo Colazo (haciendo carne aquello de que no hay peor astilla que la del propio palo), entrando por izquierda, con remate bajo.
Claro que a Boca le alcanzaba con esa igualdad para alzarse con ese título que San Lorenzo, Talleres de Córdoba y Godoy Cruz de Mendoza se lo pusieron en jaque sucesivamente.
Por eso, salió decididamente a lograr una nueva ventaja, que lo pusiera prácticamente a salvo y no esperar cuatro días más para soltar el grito atragantado. Lo hizo antes del cuarto de hora. Primero Martín Arias se lo tapó a Pavón. Pero enseguida, Wanchope Abila, la gran figura del partido, sacó provecho de una salida titubeante de Guanini, para hacerse del balón. Coronel lo volvió a perder y el cordobés, con la velocidad de un toro enfiló derecho al arco y definió de manera implacable.
Ya casi estaba. Se respiraba un aire triunfalista para el Xeneize. Pero, no estaban todavía selladas las garantías.
Ortiz dio otro golpe de timón con la entrada de Alemán, que revitalizó al equipo. El uruguayo, cerca del final, saco un remate que se desvió en el cuerpo de Magallán, descolocó a Rossi, se convirtió en el dos a dos y le hizo un nudo a los corazones boquenses que esperaron esos cuatro minutos que interminables, pero que derivaron en el grito de campeón.
Jueves, 10 de mayo de 2018