EN MALVINAS
Acompañado por su hijo de 14 años, Claudio visitó la tumba de su hermano
Después de confirmarse en la que yacen los restos de Roberto Leyes, combatiente correntino caído en Malvinas, integró la delegación que estuvo el lunes anterior en el cementerio de Darwin.
“El dolor que tenía se transformó en alegría al ver su nombre”, subrayó.
“Siento un desahogo terrible. El dolor que tenía se transformó en alegría al ver su nombre y de esa manera cierra el duelo”, sintetizó desbordante Claudio, hermano del soldado caído en Malvinas oriundo de Corrientes, Roberto Leyes. Esta historia fue particular no sólo porque fue la segunda vez que viajó a las islas para homenajear al soldado fallecido en combate, sino porque fue con su hijo de 14 años, Gabriel Donato. “La primera vez que pisé suelo malvinero tenía esa misma edad, pero en ese momento había que elegir una tumba donde rendirle tributo a mi hermano. Ahora está identificada y es una sensación muy difícil de describir”, afirmó en la charla con El Litoral.
“Con esta experiencia, uno ya vuelve tranquilo, con paz interior, sabiendo que su ser querido está ahí. Todo gracias al trabajo del equipo interdisciplinario. Todos fueron muy respetuosos con nosotros”, indicó Claudio.
“Dentro de tanto dolor esto es una alegría. Sabemos dónde ir para homenajearlo. Mi hijo dijo que para él fue un orgullo visitar la tumba de su tío, un héroe de Malvinas”, acentuó el hombre de 41 años y cuya madre, Nicasia Barrios, de 86 años, compartió esa alegría en memoria de Roberto. Este muchacho trabajaba en una ladrillería y era el mayor de 14 hermanos. Cuando fue a Malvinas “yo tenía cuatro o cinco años y mucho no me acuerdo, pero en la familia lo recuerdan como un joven feliz a su modo, alegre. Siempre se lo recuerda por su alegría...”, expresó emocionado.
Luego señaló que al iniciar el proceso de identificación del cuerpo de Roberto, se lo pudo distinguir rápidamente porque junto con él se guardaron objetos de su pertenencia, como la credencial de Infante de Marina, partes de billetes argentinos y hasta una estampita de Ceferino Namuncurá. Todo en perfecto estado. La emoción malvinera de los Leyes también se transmite de generación en generación.
Gustavo Lescano.
Miércoles, 4 de abril de 2018