ERNESTITO MONTIEL
“Algo que nos hace doler un poco el alma, gracias a la música se calma”
“Ellos están vivos en la música. Están vivos con las composiciones que nos han dejado, con la gente, con los músicos, colegas que siempre los vamos a recordar”, dice Ernestito Montiel, último heredero del Señor del Acordeón, entrevistado por momarandu.com tras el telón de la 28° Fiesta Nacional del Chamamé 14° del Mercosur
(Por Facundo Sagardoy para momarandu.com)
El 7 de noviembre de 1989 nació en Morón, Buenos Aires, Ernesto Leonel Ocampo, "Ernestito Montiel", joya preciada de Juan Ocampo “Montiel”, astilla del palo más fuerte, dieciséis años contados portador del instrumento del Señor del Acordeón.
Por honores de su abuela doña Juana Notto de Montiel, desde 2013 dirige el Cuarteto Santa Ana ya eternizado en el tiempo y en su compás típico, correntino, esencialmente montielero, la composición más gentil que en su arte musiquero ha cruzado sobre sus hombros todo buen chamamecero.
Su canción sencilla, alegre, esperanzada, ferviente y fiel a la fe en la obra de su padre y la que él hereda de su tío Don Ernesto Montiel, sazonado con el ingenio de Isaco Abitbol y de otros grandes correntinos chamameceros, cubre de amor a la patria que arrulla desde el Sosa Cordero la última gala de la 28° Fiesta Nacional.
Entre saludos y halagos, fotografías y bendiciones, recibe a este diario junto al escenario del Anfiteatro Mario del Tránsito Cocomarola antes de partir completamente hasta el próximo año.
MOMARANDU.COM: Ernestito Montiel, la Fiesta Nacional del Chamamé de Corrientes ha tenido el honor de verte de nuevo leal a la composición de don Montiel y su histórico Cuarteto. ¿Qué espacio deja el legado de tamaña obra a tu composición?
ERNESTITO MONTIEL: Es un lujo para mi poder disfrutar de estos músicos y de tanta gente linda. Ahora, componer es algo que es muy fundamental en la música, creo yo. Ernesto ha hecho y casi toda su vida ha trabajado componiendo y mucho de ello ha perdurado. Obviamente uno tiene que componer. Pero no va a pasar que la primera vez que lo hagas vas a tener éxito. Es algo que cuesta. Don Ernesto Montiel, Mario Bofill, también, por ejemplo, Mario ha trabajado mucho durante toda su vida, ha trabajado y le ha costado mucho imponer su música, pero hoy en día es lo que es y va a perdurar por años gracias a sus composiciones. A nosotros se nos hace un poco difícil porque tenemos que hacer lo primitivo, lo que hacía Montiel, y con todo cariño lo hacemos, pero también tratamos de componer obras nuevas. No es fácil componer, pero si sale del corazón y uno lo quiere hacer, sale.
M: Ese rasgo primitivo de Ernesto Montiel y de Juan, autóctono, folclórico y tradicional en Ernestito. ¿Hacia dónde dirige su legado?
E.M.: Para el mismo lado. A pesar de que me gusta la innovación. A mi no me molesta que suban conjuntos con una percusión, con un violín, con un chelo. No me molesta. Me gusta. Pero, lo mío apunta a otra cosa. Lo mío está mezclado con lo primitivo y con un poco de lo nuevo en cuanto a la letra, a usar acordes nuevos. No soy de volar mucho, pero tratamos de hacer composiciones bien arregladitas. Que no digan: “Mirá lo que hizo Montiel y mirá lo que ahora hace Ernestito. ¡Nada que ver!”. Tratamos de ir encaminados por la misma ruta tratando de meter nuestras cositas. No es fácil. No lo es porque la gente en el escenario te pide los temas clásicos, que los hacemos y que nos da gusto hacerlos. En el momento de componer lo hacemos con el mismo estilo montielero pero innovando de alguna manera en cuanto a las letras y las tonalidades.
M: Manuel Cruz, en una entrevista a este diario, destaca la obra de Montiel entre los grandes. ¿Dónde ves hoy ese espíritu montielero?
E.M.: Manuel Cruz con su grupo Estampa Correntina es uno de los mejores grupos montieleros que hay. Grupo Nuevo Amanecer, de Santa Fe, también. Son artistas que dedican su vida a la música de Montiel al igual que nosotros y nosotros estamos muy agradecidos a Manuel Cruz, a José Echeverría, que son montieleros, a Renato Fagundes, de Brasil. Son músicos a los que admiramos mucho. Los conocemos y sabemos que dedican plenamente su vida a la música de Ernesto Montiel, y por supuesto, con canciones nuevas también. Hacen cosas nuevas y las hacen muy bien. Nosotros, como familia, estamos muy agradecidos de ellos, de que hagan nuestra música y que hagan la música de Montiel y que lo hagan tan bien y dejen tan bien parada a su música.
M: Mario Bofill, igual que Cruz, recordó la obra montielera al hablar con momarandu.com. Pero de gala en gala aquí se ha homenajeado a Roch, a Cocomarola, a Semhan y a Segovia. ¿Qué sentiste por ellos y por su obra?
E.M.: Este es un año muy difícil porque han pasado muchas cosas. Ha pasado lo de Pochito. Él ha sido un artista. Corrijo: él es un artista. Es. Es un artista que está con nosotros, acá. Está con todos los chamameceros. Y mirá, nombro a un gran amigo mío que se fue este año y que a pesar de que era de otro género, dedicaba plenamente su vida personal al chamamé: el “Chino” Marcelo González de la Nueva Luna. He compartido muchos años junto a él, cosas muy lindas y sabía de su admiración hacia el chamamé. Y yo, como su amigo, subí al escenario pensando un momento en él, cuándo estuvimos acá, y en otros lugares. Es algo para tener en cuenta. Pero la música es terapia. Algo que nos hace doler un poco el alma, gracias a la música se calma. Ellos están vivos en la música. Están vivos con las composiciones que nos han dejado, con la gente, con los músicos, colegas que siempre los vamos a recordar.
M: ¿Cómo vive su experiencia al frente del Cuarteto Santa Ana?
E.M.: Nosotros somos y nos estamos presentando como Ernestito Montiel y el Cuarteto Santa Ana. “El Santa Ana”, en principio, eran cuatro personas. Han sido cinco, han sido seis. Han tenido un recitador, un contrabajista. Nosotros tratamos de hacer de todo un poco. A veces yo me presento de solista y canto así. Hoy tuve un invitado que es Miguel Ruiz Díaz, y estuvo formado de la siguiente manera: Ernestito Montiel adelante y el Cuarteto Santa Ana detrás y él me ha hecho dúo en dos canciones. Y tratamos de cambiar. A veces se ha hecho trío. El cuarteto se refiere al acordeón y al bandoneón. Nosotros, este año, no tuvimos bandoneón. El Cuarteto Santa Ana es, también, un nombre simbólico. Es un nombre que llevamos siempre para que no se pierda el nombre de Ernesto Montiel. Pero hacemos variado. Hacemos el Cuarteto, lo hacemos con bandoneón. A veces, con acordeón. Tratamos de variar y vemos lo que va gustando.
M: ¿Un mensaje saludo final para el público chamamecero?
E.M.: Uno grande para todo el público chamamecero y agradecido, porque ya hace unos cuántos años que nos aplaude de una manera hermosísima. Eternamente agradecido al pueblo chamamecero.
ERNESTO MONTIEL, SEÑOR DEL ACORDEÓN
El músico y acordeonista, Ernesto Montiel, vivió entre 1916 y 1975. Nació en El Palmar, Paso de los Libres, se radicó en Buenos Aires, donde formó "Los Hijos de Corrientes" con Emilio Chamorro. Con Ambrosio Waldino Miño, Pedro Pascasio Enríquez y Reynaldo Díaz, en 1938 formó el "Conjunto Iberá". En 1942 formó con Isaco Abitbol el Cuarteto Santa Ana. El Papa Paulo VI bendijo sus canciones "Villancico correntino" y "Valsecito navideño", en la década de 1960, fue ovacionado en el Teatro Colón y sus discos batieron records.
Ernesto murió a los 59 años en Buenos Aires donde sus restos permanecen homenajeados en el Cementerio de la Chacarita, dentro del Rincón de las Celebridades, y acompañado por una escultura de su imagen esculpida por Juan Carlos Ferraro, pionero del Chamamé y de la música litoraleña, galardonado vox pópuli por la nación chamamecera con el título "Señor del Acordeón".
Jueves, 25 de enero de 2018