los interrogantes que abre su nuevo regreso a Boca
"Nunca me fui", la primeras palabras de Tevez
Ventajas y perjuicios del retorno del Apache al club de la Ribera, a poco más de un año de su partida al fútbol chino.-Pero más allá de la estricta realidad, conviene una mirada al futuro inmediato. El arribo del Apache a Brandsen 805 abre una serie de interrogantes que, en algunos casos, tendrán respuesta una vez que los acontecimientos se precipiten.
Ya es un hecho: Carlos Tevez es otra vez futbolista de Boca . Un retraso en las negociaciones con la cúpula del Shanghai Shenhua impidió que se presentara el martes en el complejo Pedro Pompilio, pero finalmente, lo que LA NACION había anticipado el 17 de noviembre se hizo realidad. Y así fue como hoy llegó a Cardales para sumarse al plantel de Guillermo Barros Schelotto. Consultado por sus sensaciones, aseguró que siempre estuvo en Boca. "Tengo ganas de entrenar y de sumar. Nunca me fui".
Pero más allá de la estricta realidad, conviene una mirada al futuro inmediato. El arribo del Apache a Brandsen 805 abre una serie de interrogantes que, en algunos casos, tendrán respuesta una vez que los acontecimientos se precipiten.
¿Cómo será el reencuentro con el plantel?
Descontando su calidad futbolística cuando está en plenitud física, Tevez vuelve a un equipo que hace un año sintió el golpe, pero que supo sobreponerse a su partida a China en la mitad del campeonato. Tal como había pronosticado Guillermo Barros Schelotto en enero de 2017, fue "el equipo" el que hizo olvidar al ídolo. El que se adaptó a jugar sin él y casi no lo extrañó. El que, incluso, logró consagrarse campeón del fútbol argentino a pesar de su ausencia.
Sin embargo, hay heridas que no cerraron en lo referido al vínculo diario. Sus ex compañeros jamás entendieron por qué el Apache se fue sin despedirse, por la puerta de atrás. Al menos, se evitará algunas acciones incómodas: el colombiano Edwin Cardona (principal candidato a resignar su lugar en la formación titular) mantendrá la camiseta Nº 10 y Pablo Pérez conservará la cinta de capitán, esa que luce en su brazo izquierdo mientras Fernando Gago se recupera de una nueva lesión. A partir de ahora, todo volverá a girar en torno de Tevez, el dueño del dorsal N° 32. Lo bueno y lo malo. Dentro y fuera de la cancha. La atmósfera será indudablemente otra y el clima zen que se vive en la entidad de la Ribera desde la vuelta olímpica de junio pasado será difícil de sostener.
En ese sentido, no es casualidad que sea el único que dormirá solo en Cardales (habitación 622). Tendrá como vecino a Ramón Wanchope Ábila , hoy su único amigo dentro del plantel, que duerme con Emmanuel Más en la 623.
¿Cómo será la convivencia con el cuerpo técnico?
Aunque fueron compañeros en la década pasada, la relación entre Tevez y Guillermo nunca fue buena. Si pudieran, ambos evitarían coincidir en un plantel. Cuando en febrero de 2016 Rodolfo Arruabarrena dejó de ser el DT de Boca, el delantero hizo gestiones para llevar a Jorge Sampaoli, y desde su exilio en China intentó que su amigo Gabriel Heinze sea el DT del equipo de la Ribera en 2018. A Barros Schelotto no le gustó ninguna de esas dos jugadas, y a regañadientes aceptó aquella insólita licencia del Apache, instantes después de la eliminación copera ante Independiente del Valle, por las semifinales de la Libertadores 2016.
En una reciente visita a la Argentina, Tevez se reunió con Guillermo y limaron asperezas. Son inteligentes y saben que si ambos resignan una cuota de poder, los dos pueden salir favorecidos. El delantero deberá comprender que no tiene las llaves del club y el entrenador tendrá que respirar hondo y aceptar a un cacique dentro de su plantel, sobre todo en tiempos donde los dos íconos del equipo, Gago y Darío Benedetto , están inactivos por sendas lesiones.
El matrimonio por conveniencia estará inevitablemente ligado al éxito deportivo, sobre todo en la Libertadores, aunque en noviembre, Guillermo fue claro en una entrevista con LA NACION: "Entiendo que Tevez sabe que nosotros estamos muy bien. Él sabe que va a venir al equipo a sumar y no a restar".
Lo único cierto es que con la llegada del Apache, buena parte del trabajo del cuerpo técnico en 2017, donde se enfocó en preparar al equipo a una forma y un estilo de jugar, con un esquema definido, fue en vano. El arribo del hombre de Fuerte Apache obliga a modificar las piezas y reacomodar todo, incluso encomendando a la suplencia a varios hombres que culminaron 2017 como titulares y relegando la ilusión de varios juveniles.
¿Puede ser suplente?
¿Qué harán los Barros Schelotto si Tevez no está en plenitud física? ¿Tendrán la libertad para seguir pregonando aquella frase de cabecera en la que aseguran que en Boca juegan los 11 mejores, o de ahora en más será El Apache + 10?
Una duda más: cuando en mayo Benedetto esté listo para volver, ¿recuperará su lugar como centrodelantero titular? ¿O la presencia de Ábila, amigo del Apache, le hará sombra? ¿Se irá el Pipa del club a mediados de 2018, sin volver a jugar con la casaca azul y oro?
¿Cómo lo recibirán los hinchas?
Muy lejos de aquella noche inolvidable de julio de 2015, cuando más de 40.000 almas llenaron la Bombonera y sus inmediaciones para decirle "Gracias por volver", el termómetro de los fanáticos no levanta temperatura en relación a su regreso. Al delantero no le perdonan que se haya ido en la mitad del torneo y sin avisar. En las encuestas realizadas por diversos medios, el rechazo a su retorno promedió el 60 por ciento. "Con tres goles eso se revierte", reconocen dirigentes del club ante LA NACION.
La prueba más evidente de que esa herida sigue abierta y no cicatrizará de manera tan fácil quedó expuesta el domingo 27 de agosto. Mientras Boca se lucía y goleaba a Olimpo 3-0 en su debut en la Superliga, la Bombonera ignoraba casi por completo la presencia de Tevez en uno de los palcos, quien estaba junto a Lito, su hijo menor, y su amigo Rolando Schiavi. Entonces, sólo la barra brava cantó por él y colgó una pequeña bandera entre las miles que decoraron el estadio: "Carlitos. Te esperamos", rezaba el trapo firmado por el "Jugador Número 12".
¿Qué ocurrió en estos dos años para que el hincha de Boca pasara del amor a la indiferencia por Tevez? La respuesta puede analizarse desde distintos focos. El primero es el futbolístico. Después de aquel segundo semestre de 2015 en el que el Nº 10 tuvo un rol destacado en la campaña que terminó con la obtención del campeonato local y de la Copa Argentina, las ilusiones que despertaba la posibilidad de ver a un Apache en su máximo esplendor y descansado, luego de casi dos años sin vacaciones, se derrumbaron con el transcurso de los partidos. Durante 2016, Tevez sólo se destacó en diciembre, cuando ya tenía prácticamente resuelto emigrar a China y gracias al regreso, en altísimo nivel, de Fernando Gago al equipo. En el medio se le registró un bajísimo nivel ante Independiente del Valle, en el partido de vuelta de las semifinales de una Libertadores que parecía accesible para los de la Ribera, y su cuestionado pedido de licencia post eliminación copera.
Al hincha de Boca tampoco le agrada el vínculo de Tevez con el poder. A más de un socio no le gustó que durante la jornada electoral de diciembre de 2015 (que derivó en la reelección de Angelici), el Apache haya jugado para el oficialismo, paseándose junto al presidente de la entidad por los pasillos del estadio. No fue casual. El delantero tiene línea directa con el poder. Basta con releer la lista de invitados a su fastuosa boda para dar prueba de ello: el propio Angelici, Mauricio Macri y Claudio Chiqui Tapia, entre otros, dijeron presente en la fiesta realizada hace un año en suelo uruguayo.
¿Qué versión de Tevez vuelve?
Sin dudas, el foco en lo físico y lo futbolístico es fundamental para entender si el Apache viene a ayudar a Boca o si fue el club de la Ribera hizo el salvataje del delantero, suplente en China. Si el Tevez que vuelve es el que había llegado en julio de 2015 en un nivel altísimo, después de brillar 10 años en Europa y semanas después de disputar la final de la Champions League con Juventus frente al Barcelona de Messi es, sin dudas, un refuerzo de lujo. Si en cambio es el Tevez que se vio en 2016, con achaques físicos, y que en 2017 apenas jugó 17 partidos y marcó 4 goles en la emergente superliga china, la ecuación es diferente. Un dato clave: los años pasan para todos y Carlitos cumplirá 34 años el próximo 4 de febrero. Su cuerpo ya no es el mismo y él lo sabe.
¿Tevez, manager?
Si bien no hay fuentes oficiales que lo confirmen, por los pasillos de la Bombonera crece el rumor de que el segundo retorno del Apache a Boca tiene un trasfondo político. Según esas versiones, en las próximas elecciones, en diciembre de 2019, el oficialismo hará su campaña con una carta fuerte: la posibilidad de que Carlos Tevez sea el manager de la entidad de la Ribera.
Viernes, 5 de enero de 2018