JUAN PEDRO VASCO SCHAERER
No puedo tener palabras en contra de la muerte de un ser humano por más que sea Caniche Salgan
Consideró que “es probable que haya sabido algo. Pero evidentemente decidió llevarse el secreto”. Acotó que “Caniche fue condenado porque participó del traslado de Cristian cuando intentó escapar de Saladas. Lo trasladó y lo alojó en Paso de los Libres. Eso está comprobado”.
"Ahora deberá enfrentarse a la otra justicia la divina”.
“Es una noticia que no digo que me resulte indiferente, pero tampoco me da alegría. Simplemente ocurrió. No puedo tener palabras en contra de la muerte de un ser humano por más que sea Caniche Salgan”, respondió Juan Pedro Vasco Schaerer, sobre el fallecimiento de uno de los detenidos por el secuestro y desaparición de su hijo Cristian.
Enfatizo que “si Salgán sabía algo, se lo llevó a la tumba. Ahora nuestra gran expectativa para saber qué sucedió con Cristian se centra en las detenciones de Portugal de Rodolfo Ruso José Lorhmann y José Potrillo Maidana.
En declaraciones al programa A pura radio, que se emite por Radio Dos, sostuvo que “murió condenado por su participación en el secuestro de mi hijo. Ahora deberá enfrentarse a la otra justicia la divina”.
Consideró que “es probable que haya sabido algo. Pero evidentemente decidió llevarse el secreto”.
Acotó que “Caniche fue condenado porque participó del traslado de Cristian cuando intentó escapar de Saladas. Lo trasladó y lo alojó en Paso de los Libres. Eso está comprobado”.
Se cumplirán 14 años de la desaparición de Cristian
El domingo 21 de septiembre de 2003, alrededor de las 23.30, en momentos en que Cristian Eduardo Schaerer (21) se encontraba ingresando con su Mercedes Benz al garaje de su domicilio, situado en Ushuaia 1813, del barrio Las Tejas, de la ciudad de Corrientes, fue interceptado por cuatro personas que circulaban en un Fiat Duna blanco.
Mediante intimidación con armas de fuego (largas y de puño) lo obligaron a ascender al Fiat Duna. Salieron rápidamente hasta la calle Gutenberg a la altura del 1700, casi intersección con General Paz, donde todos ellos subieron a un Chevrolet Corsa, gris con vidrios polarizados, dominio colocado DMU-037, forzando a la víctima a pasar a ese vehículo.
Abandonaron el Fiat Duna con patente colocada RXF-694, por calle General Paz al 1630. Emprendieron la marcha tomando por calle General Paz, con dirección a la avenida Sarmiento, para dirigirse hacia avenida Pedro Ferré, arteria en la que ingresaron. Al llegar a la rotonda Virgen de Itatí, avanzaron hacia la ruta nacional Nº 12, en dirección al sur, transitando hasta la intersección con la avenida Maipú.
Desde allí, a aproximadamente 300 metros, tomaron un desvío por calle de tierra, ubicado antes del control policial, denominado Puesto 4, a fin de evitarlo, y transitaron por el costado de la estación de servicio Pacheco, por donde reingresaron a la ruta nacional Nº 12 para dirigirse nuevamente hacia el sur.
A las 00.00.15, del día 22 de septiembre de 2003, el Chevrolet Corsa cruzó la estación de peaje denominada Riachuelo, de la entonces empresa Vicop, ubicada en la ruta nacional Nº 12 hacia el interior de la provincia de Corrientes, hasta llegar a las Cuatro Bocas. Ingresaron a la ruta nacional Nº 118, hacia la localidad de Saladas.
Luego de trasponer el acceso a Saladas, en dirección a Concepción-Santa Rosa, a la altura del km 7, 4 de la ruta nacional Nº 118, la víctima permaneció retenida y oculta los días 22 y 23 de septiembre, en una casilla de madera, al fondo de un galpón. En los primeros minutos del 24 de septiembre, el joven fue llevado a la ciudad de Paso de los Libres, de donde lo cruzaron a Uruguayana, Brasil, y después lo volvieron a traer a Libres, donde se perdió el rastro. El 25 de noviembre se pagaron 270.000 dólares por el rescate, pero Cristian nunca apareció.
Claudio Sebastián Cornelli Belem (conocido como José Senger y Jaimito) declaró ante la Justicia Federal haber sido testigo a medias de un diálogo entre Lohrman y Caniche Salgan sobre el destino de Cristian. Después de algunos susurros, el Ruso Lohrman dijo: “Bueno, no importa, el juncal crece rápido”. Salgán respondió: “Ya está. Ya fue el chico”.
Desde entonces, Cristian nunca apareció. Su madre, Pompeya Gómez, tiene la esperanza de que Lorhman y Maidana, capturados a fines de noviembre de 2016, en Portugal, confiesen qué hicieron con su hijo.
Jueves, 14 de septiembre de 2017
