FUTBOLISTAS AGREMIADOS
Marchi pide por deudas que antes omitió
El que avisa no traiciona: a un mes del inicio de la Superliga, Sergio Marchi ya advirtió que la deuda multiplicada de los clubes con sus futbolistas pone en riesgo severo el comienzo de la temporada 2017-18.
El secretario general de Futbolistas Argentinos Agremiados sabe de lo que habla: entre enero y febrero de este año, el reclamo salarial en Primera y Ascenso postergó en un mes la reanudación de la competencia.
Pero ahora como antes, la defensa legítima que Marchi hace de los derechos laborales de sus representados aparece con demora, tufillo de oportunismo y como un ensayo de apriete en las vísperas de que se ponga en funcionamiento el nuevo sistema de transmisiones televisivas.
Porque el rigor que Marchi expone desde hace una semana estuvo preservado mientras el atraso en el depósito de los sueldos se renovaba cada 30 días (Newell's resulta un ejemplo constante).
¿Más vale tarde que nunca? Sin dudas, sobre todo cuando se apunta a una reparación material y moral.
Sin embargo, esa misma naturaleza hace que los movimientos de especulación, el orejeo de las cartas y las estrategias que subordinan intereses colectivos a los corporativos merezcan reparos.
Obvio de toda obviedad, a Marchi le demanda menor esfuerzo reunir a la tropa y lanzar la ofensiva cuando hay un paro de hecho, establecido por el receso y sin amenaza sobre los trabajos de pretemporada ni torneos internacionales -igualito a los episodios del enero y febrero- en comparación con una convocatoria lanzada en plena actividad, como debió haber ocurrido entre marzo y junio frente a clubes en mora con sus empleados de fútbol.
La voz de Marchi se alza con omisión de propuestas. Tal vez le sirva el modelo que la AFA acaba de diagramar para que sus afiliadas reduzcan sus obligaciones con la tesorería de Viamonte, un libre deuda institucional para brindar certezas antes que coquetear con la apertura de hostilidades.
Martes, 18 de julio de 2017