TRIUNFAZO EN LA ALTURA
Estudiantes pudo traerse toda la plata de Potosí
Más que triunfo, triunfazo. Allá arriba, cerca de las nubes y en Bolivia el país donde hasta la Selección pierde, Estudiantes le ganó 1-0 a Nacional de Potosí, para empezar a sentirse uno de los mejores 16 equipos de la Copa Sudamericana.
Histórica victoria en Bolivia para empezar a sellar la clasificación. Andújar, enorme.
Fue enorme lo realizado por el equipo del debutante Gustavo Matosas. Y no porque haya jugado una maravilla, sino por la entrega. Es realmente muy difícil pararse a los 4100 metros de altura, con una cancha poceada y despareja. Pero el Pincha se hizo fuerte, pasó algunos revolcones en el primer tiempo y cuando podía volver a complicarse, la expulsión de Pérez terminó siendo determinante.
El peor momento de Estudiantes fue entre los 15 y 25. Fueron diez minutos fatales en los cuales se notó la falta de oxígeno y la tardanza en recuperar el aire. Por la izquierda de la defensa y en cada pelota parada el local hizo estragos que sólo por la magnífica tarea de Mariano Andújar no terminaron en goles. El “uno” Pincha salvó cuatro conquistas seguras.
La primera fue por una distracción defensiva. La pelota le quedó para Alessandrini, que remató por arriba, desviado. Dos minutos después Paniagua le ganó la espalda a Lucas Diarte y de cabeza casi marca la apertura. Del tiro de esquina Nacional estuvo a punto de marcar con una pelota que quedó picando en el punto del penal. El arquero albirrojo fue descomunal, mucho más dos minutos después cuando le sacó a Alessandrini un cabezazo con destino de gol.
Tuvo una entrega notable, sacrificio de principio a fin e inteligencia para dosificar energías
Estudiantes trató de pasar el sofocón, pero le costó mucho a los volantes tener la pelota. Bautista Cascini, que había arrancado muy bien, se cayó, lo mismo que Pablo Lugüercio, que tuvo un tramo del primer tiempo desconectado.
Recién pasados los 25 minutos empezó a hacer pie. Y tuvo un jugador determinante para ese crecimiento: Lucas Rodríguez. El juvenil combinó con Lucas Diarte y estuvo muy cerca de empujar la pelota debajo del arco. Y sobre el final se llevó la pelota por la banda izquierda más de 30 metros. No se entendió con Pavone y prefirió tocar atrás para que Bautista Cascini terminase la jugada, pero con un tiro muy elevado.
El segundo tiempo comenzó con un Nacional más decidido a querer ganar el partido. Y en ese contexto tuvo una chance clarísima de marcar el gol. Fue otra vez el argentino Alesandrini que aprovechó un error de Diarte para quedar mano a mano con Andújar por la derecha. Cruzó su remate y se estrelló en el poste izquierdo. En el rebote no pudo Aldo Velasco, muy bien atorado por los defensores y por el retroceso de Israel Damonte, otro de los puntos altos.
Promediando el complemento el DT local Carlos Leeb mandó a la cancha a Ovejero, de los mejores jugadores en su plantilla pero en mal estado físicamente. Se tiró sobre Diarte y complicó con experiencia y algunas corridas. Nacional fue un equipo muy bueno jugando a lo ancho de la cancha pero con falencias a la hora de ser vertical.
La tonta expulsión a falta de 20 minutos fue un golpe para Nacional, justo cuando se preparaba para dar el golpe a un rival cansado. Y en ese contexto de confusión llegó una jugada de contra que encabezó Juan Otero por la izquierda. Llegó al fondo, levantó la cabeza y la cruzó para Ascacibar, que la cedió para Pavone. Muy bien el arquero atorando. Pero fue un aviso.
Y LLEGO EL MOMENTO DEL QUIEBRE
Pero no tardó mucho más Estudiantes en llegar al gol. Fue a los 36 minutos, en el mejor momento del equipo de Gustavo Matosas. Otra vez una contra y otra vez Otero y Ascacibar. El Ruso la hizo toda bien, cedió al centro y Lucas Rodríguez se anticipó a su marcador para poner el 1-0, el primer gol que el Pincha marca en Bolivia, el triunfo en el debut de Matosas y tres cuartas partes de la clasificación a octavos de final en el bolsillo.
En el final se sintió ganador y hasta se animó a buscar el segundo. Lo tuvo Bautista Cejas pero la pelota pegó en el palo. Se floreó y terminó llevándose toda la plata de la ciudad que se especializa en eso. Ganó y el Ciclo Matosas no podría haber comenzado mejor.
Viernes, 14 de julio de 2017