MUNDIAL 2014
Los festejos en el centro porteño terminaron con graves incidentes y destrozos
El Obelisco se pobló con miles de hinchas que concurrieron con banderas, camisetas y cánticos después del subcampeonato en el Mundial, pero todo concluyó de la peor manera. La violencia opacó la fiesta.
De pronto, ese escenario de fiesta y algarabía que transcurría en paz terminaba de forma abrupta y se opacaba por culpa de un grupo de violentos que decidió provocar durante casi tres horas una batalla campal y arruinar por completo los festejos.
La postal era envidiable. Miles de argentinos (jóvenes, familias con niños y adultos mayores) homenajeaban en el Obelisco a la Selección pese a la derrota ante Alemania en la final del Mundial Brasil 2014. Celebraban que el conjunto de Sabella dejó todo en la cancha y les devolvió la alegría después de 24 años de penumbras. No importaba no haber conseguido traer la tan ansiada Copa del Mundo. La actuación de la Albiceleste les significaba un gran orgullo y valía la pena honrar por ello.
De pronto, ese escenario de fiesta y algarabía que transcurría en paz terminaba de forma abrupta y se opacaba por culpa de un grupo de violentos que decidió provocar durante casi tres horas una batalla campal y arruinar por completo los festejos.
La gran mayoría de las personas que se reunieron en el Obelisco se dispersaron y las familias con niños intentaron refugiarse en restaurantes o ingresar a los lobby de los hoteles de la zona para protegerse del efecto de las bombas lacrimógenas.
Como resultado de los disturbios, al menos 55 personas terminaron heridas, otras 70 fueron detenidas y numerosos comercios quedaron destrozados.
A la par, varios móviles de televisión fueron agredidos, así como ambulancias del SAME que intentaban llegar a la zona para atender a los lesionados mientras que un reportero gráfico sufrió el robo de su cámara fotográfica a causa de los vándalos, que también rompieron los acrílicos de las estaciones del Metrobus.
Lunes, 14 de julio de 2014