Aunque sufrió,
River revalidó ante Newells y sigue escolta
En el Monumental, el "Millonario" venció 1 a 0 a la "Lepra" gracias al gol de Carlos Carbonero a los siete minutos. El local controló el primer tiempo con facilidad, pero en el complemento padeció la falta de contundencia y fue incomodado por una visita que se animó más (ya con el ingreso de Trezeguet).
Los de Ramón (que puso a Teo de suplente y dejó afuera a un Fabbro enfurecido que abandonó el estadio) se mantuvieron como escoltas, a uno de la cima. Un apasionante duelo –que al menos en la previa prometía bastante- era el que le iba a bajar el telón a la jornada del miércoles de Primera.
Es que en el Monumental, el envalentonado River recibía a un Newells aún buscando no bajarse del todo de la pelea. El Millonario llegaba con el ánimo del plantel por las nubes luego del valioso triunfo en el Superclásico del pasado domingo, pero sabiendo que no podía descuidarse y estaba obligado revalidar lo hecho para seguir afirmándose en la pelea grande (Colón había ganado antes y se le había alejado a cuatro puntos). Por su parte, la Lepra –con su principal atención en la clasificación a Octavos de la Copa- iba en busca de cortar con los dos empates al hilo y llegar aceitado al clásico rosarino del domingo.
Así salieron los protagonistas al campo de juego de un muy ilusionado Monumental. Mientras el local desolló el refrán que avisa que "equipo que gana no se toca" (Ramón dejó en el banco a Teófilo Gutiérrez, dándole una chance a Daniel Villalva –de gran actuación ante Lanús- y relegando hasta de los relevos a Fabbro –que se marchó furioso del estadio), la visita se guardó algunos importantes hombres como Heinze y Banega dejándolos entre los suplentes (al igual que el ex millonario, Trezeguet).
Rápidamente se pudo notar que era el local quien había salido con mayor intención, generando peligrosos desbordes por el lateral izquierdo con un encendido Vangioni. Tal era la búsqueda de la Banda que apenas a los siete minutos se encontró con un merecido premio: Fernando Cavenaghi se lució con una media vuelta y disparo al arco que le despejó de gran manera Nahuel Guzmán, pero apareció entonces Carlos Carbonero para completar la maniobra y mandar la pelota al fondo de la red.
Aunque habitualmente los tantos tempraneros no suelen dar tiempo a los merecimientos, no era este el caso. No sólo River controlaba a su adversario con comodidad –en otro gran partido de Ledesma-, sino que la Lepra además no le ofrecía resistencia, al encontrarse perdido dentro del campo de juego y sin poder encontrar era circulación que lo suele caracterizar.
Pese a la clara superioridad, al Millonario se le estaba haciendo cuesta arriba generar opciones de real peligro (recién volvió a tener una pasada los 20 minutos y fue gracias a una desconcentración del fondo visitante, que le permitió a Cave quedar mano a mano ante el Patón; el Torito no definió nada bien y le facilitó al arquero la resolución de la jugada). Por su parte, la misma falencia tenía el elenco rosarino que tuvo prácticamente una sola aproximación en toda la primera etapa y fue con un zurdazo de Ponce que salió desviado. Así se esfumó el primer tiempo con una justa victoria de River por 1 a 0 ante un desconocido Newells (que además sufrió la baja por lesión de Bernardi).
Los de Ramón tuvieron casi todo para marcharse más tranquilos al descanso, pero no lo lograron y así dejaban el duelo pro demás abierto para el complemento (corriendo el riesgo de terminar pagando caro la falta de contundencia). Para colmo, la visita mandaba al campo a Trezeguet y los fantasmas de la ley del ex se hacían más presentes que nunca (aunque esto no impidió la gran ovación al franco-argentino).
Y sí, la impaciencia no demoró en hacerse presente. Es que a la Lepra le dieron una vida más al no liquidarlo cuando andaba trastabillando y salió a disputar la segunda etapa con otra actitud. Habiendo logrado robarle el dominio del balón a su rival, acorraló al Millonario y lo obligó a jugar en su área con constantes centros en busca del franco-argentino. Pero claro, seguía sin estar fino en la definición y no lograba inquietar verdaderamente a Barovero. Pese a esto, el que sí estaba inquieto por la falta de respuesta del equipo era Ramón, que empezó a meter mano y mandó a Kranevitter por Ledesma y a Teo por Cave.
Lo cierto es que con el correr de los minutos los elenco se prestaron la pelota, dejando una impresión de que River ya no buscaba con tanta intensidad ampliar la diferencia, mientras que Newells no contaba con la claridad ni las ideas como para acercarse verdaderamente a la igualdad. Para colmo de males, a los de Berti se les lesionó Guillermo Ortiz cuando ya no tenían más cambios y se quedó en cancha sin poder prácticamente moverse (hasta el DT manejó la chance de mandarlo al arco y que saliera a jugar Guzmán, algo insólito –aunque posible-).
Los minutos finales casi carecieron de emociones entre dos equipos que sufrieron por demás la falta de profundidad y nada pudo torcer el 1-0 a favor de un River que hilvanó su tercera alegría al hilo y está más ilusionado que nunca al mantenerse como uno de los escoltas a sólo un punto de la cima.
FORMACIONES:
River: Marcelo Barovero; Gabriel Mercado, Jonatan Maidana, Éder Álvarez Balanta, Leonel Vangioni; Carlos Carbonero, Cristian Ledesma, Ariel Rojas; Manuel Lanzini; Daniel Villalva y Fernando Cavenaghi. DT: Ramón Díaz
Newells: Nahuel Guzmán; Marcos Cáceres, Guillermo Ortiz, Víctor López, Milton Casco; Horacio Orzán, Hernán Villalba, Lucas Bernardi; Nicolás Castro, Ezequiel Ponce y Fabián Muñoz. DT: Alfredo Berti
Estadio: Antonio Vespucio Liberti
Árbitro: Juan Pablo Pompei
Miércoles, 2 de abril de 2014