Aunque mereció más,
Racing pagó el precio por la siesta inicial y cayó con Tigre en su casa
En el Cilindro de Avellaneda, la Academia perdió 1 a 0 ante el Matador por el gol de Ignacio Canuto. Tal como sucedió ante San Lorenzo, los de Merlo salieron dormidos al campo de juego y fueron golpeados casi desde el vestuario.
Aunque luego intentó una recuperación, no encontró la forma de quebrar a la ordenada visita que aguantó y logró su primera alegría del torneo. Además, la impotencia hizo que Ortiz vea la roja y el local termine con diez hombres.Los buenos resultados de la pretemporada, sumado al auspicioso debut ante Colón, provocaron que en Racing el clima estuviera repleto de ilusión. Sin embargo, luego San Lorenzo le dio un baño de realidad al dejar en evidencia las enormes carencias futbolísticas de un equipo que viene de salir anteúltimo.
Pero el apretado fixture del semestre le brindaba una buena chance de recuperarse con rapidez, ya que recibía a Tigre en el Cilindro y podía redimirse frente a su gente.
Sin embargo, la noche no comenzó de la manera ideal para la golpeada Academia. Es que mientras los equipos aún buscaban acomodarse en el campo de juego y Viola reclamaba un penal de Arzura, el Matador le propinó un tempranero golpe que sorprendió a todos. Fue a los ocho minutos cuando apareció Ignacio Canuto para bajar de gran manera la pelota dentro del área y sacar un disparo cruzado, que nada pudo hacer por contenerlo Sebastián Saja.
A los de Avellaneda les costaba interpretar lo que estaba sucediendo y fue la gente quien tuvo que despertarlos, cuando se habían alcanzado ya los 15 minutos de juego y era dominado completamente por los de Victoria, al grito de movete Racing, movete. Así fue que logró generar alguna que otra buena chance, principalmente por intermedio de Viola y De Paul.
Sin embargo, aunque poco a poco los dirigidos por Reinaldo Merlo lograban hacerse del balón y generaban reiteradas ocasiones de peligro, los de Alegre no se alteraban y mantenían el orden necesario como para no ser lastimados (además de contar con buenas intervenciones de su arquero Javier García). A esto se le sumaba que cuando se hacía de la pelota, Tigre la cuidaba y llevaba peligro al área defendida por el Chino. Así se fue esfumando la primera etapa sin que el marcador sufriera otra modificación.
Mostaza ya se había mostrado bastante molesto con el equipo luego de caer ante el Ciclón, por lo que mucho no debe haber cambiado su ánimo luego de lo que fue el primer tiempo de su equipo (el cual pareció una cierta extensión de dicho traspié). Y seguramente algunos retos se deben haber escuchado en el vestuario, ya que la Academia salió bien despierta al complemento.
No sólo el equipo tuvo un cambio notorio de actitud, sino también el propio entrenador, quien apenas a los tres minutos decidió no esperar más y mandar toda la carne al asador al sacar a un defensor (José Luis Gómez) para que ingrese un delantero (Luciano Vietto). Así, Merlo dejaba en cancha al tridente Vietto-Viola-Hauche, acompañado por el habilidoso generador de juego De Paul.
Y con más voluntad que juego, Racing iba con todo en busca del tanto que le permitiera alcanzar la igualdad parcial primero para luego pensar en una remontada. Pese a que las ocasiones las generaba y el encuentro se tornaba por ello bastante intenso, el local no estaba fino en la definición y el tanto se hacía desear más que nunca. Para colmo, tanto la defensa como el arquero del Matador no enloquecían y mantenían el orden suficiente como para no sufrir sobresaltos.
Llegando ya a la media hora de juego de la segunda etapa, la Academia había logrado adueñarse prácticamente por completo del dominio del balón. Mientras el Matador no encontraba la forma de escaparle al asedio del local y al verse imposibilitado de atacarlo, ya sólo le restaba aguantar y cuidar aquella mínima ventaja obtenida en el inicio para así llevarse un importante premio a Victoria.
Por su parte, Mostaza movía piezas y buscaba en el banco las respuestas que no encontraba en el campo. Sin embargo, no sólo no le bastó el ingreso del distinto de Vietto, sino tampoco del experimentado Camoranesi ni de la frescura del joven Dinenno como para torcer la historia.
Hasta el minuto final Racing lo buscó, incluso con la presencia del propio Saja para pelear el último balón en el área rival, pero nada le fue suficiente. Sólo hubo tiempo para que los nervios y la impotencia del local quedaran reflejados en la infantil expulsión que sufrió Fernando Ortiz por golpear a Peñalba sin pelota. Así se esfumó el encuentro y, aunque lo mereció por su gran voluntad (sobre todo en el complemento), Racing no pudo torcer el destino y sumó su segunda caída al hilo.
FORMACIONES:
Racing: Sebastián Saja; José Luis Gómez, Fernando Ortiz, Esteban Saveljich, Matías Cahais; Diego Villar, Bruno Zuculini, Francisco Cerro, Rodrigo De Paul; Gabriel Hauche y Valentín Viola. DT: Reinaldo Merlo.
Tigre: Javier García; Gastón Díaz, Erik Godoy, Ignacio Canuto, Guillermo Cosaro; Marcos Gelabert, Joaquín Arzura, Diego Castaño; Matías Pérez García; Ariel Nahuelpán y Pablo Vitti. DT: Fabián Alegre.
Estadio: Presidente Perón
Árbitro: Mauro Vigliano
Miércoles, 19 de febrero de 2014