PROVINCIALES
RELEVAN PÉRDIDAS Y GASTOS POR CORTES DE LUZ: El verano en el Paso fue una temporada perdida
Muchos turistas que planeaban sus vacaciones cancelaron contratos y “huyeron” de los reiterados cortes de energía, los problemas en el agua y los precios ascendentes. Los comerciantes, preocupados por soluciones de fondo, estiman que la crisis durará dos años más.
La apertura de la temporada de verano se lanzó en Paso de la Patria el 29 de diciembre, con el primero de los espectáculos que se anunciaron con todo el ímpetu, y que auguraban una temporada turística de las mejores en la localidad.
En ese momento, la reserva hotelera superaba el 90% para la primera quincena de enero, y Paso de la Patria volvía a ser el destino preferido para las vacaciones de miles de veraneantes de la región. Las expectativas eran muy altas, y las actividades programadas incluían recitales, deportes playeros, pesca y sobre todo descanso.
Sin embargo, antes de entrar a la segunda quincena de febrero y muy cerca de cerrar la temporada, quienes prestan servicios gastronómicos, de hotelería y servicios evalúan más pérdidas que ganancias, y muchos turistas decidieron dejar el lugar antes de lo previsto, “espantados” por los reiterados cortes de luz, que fueron cotidianos y en algunas ocasiones duraron más de ocho horas en los días más calurosos.
Así, lo que empezó con un desfile de sombrillas, silletas y protector solar, terminó para muchos con la amenaza cumplida de irse y la promesa de no regresar.
“La caída en las reservas ronda el 60%”, estimaron desde una reconocida inmobiliaria de la localidad. Y también particulares con propiedades en alquiler confirmaron la tendencia. “Fueron muchas las familias, sobre todo quienes vinieron con chicos pequeños, las que decidieron suspender la contratación y abandonar sus vacaciones por los cortes”, relataron.
En el ámbito gastronómico también registraron cuantiosas pérdidas, tanto en dinero como en bienes materiales. Desde mercadería fundida, hasta onerosas sumas invertidas en combustible para poner a funcionar generadores, y de ese modo suplir la falta de energía.
“En diciembre instalamos un grupo electrógeno de 84 kv en el local. No pasaron dos semanas que se prendió fuego. Necesitamos reponerlo, y comprar otro más grande, 169 kv, que costó el valor de un auto cero kilómetro para poder pasar el verano”, relató a época Ariel Aguiar, empresario gastronómico y vicepresidente de la Cámara de Comercio, Turismo e Industria de la ciudad.
Una recorrida por distintos locales comerciales de diferentes rubros alcanza para constatar que dimensionar el perjuicio de una temporada perdida no será sencillo, ni tampoco fácil de asimilar.
Dos farmacias de la localidad debieron renovar sus servidores informáticos, sin los cuales no pueden trabajar, y una conocida cabaña dedicada al turismo receptivo y de pesca además de la pérdida del grupo electrógeno, debió reponer también las computadoras.
“Heladeras, freezers, aires acondicionados y lavarropas, se quemaron y no sirven más. Las pérdidas son muy difíciles de dimensionar, pero son inmensas”, reforzaron.
Como consecuencia, muchos comerciantes vieron sus ganancias menguadas, y en ocasiones hasta con déficits al promediar la temporada, sobre todo en los casos en que decidieron absorber los gastos en pro de “salvar” lo que queda y no perder totalmente las ventas.
Pero, como contraparte, muchos también resolvieron trasladar parte de estos costos a sus servicios y productos. Sumado el efecto de la inflación, los precios de alquileres, alojamiento, comida y servicios se dispararon. Así, una gaseosa que costaba 20 pesos a principio de temporada, esta semana vale más de 35. Y los alquileres de cabañas que comenzaron costando 600 pesos por día, el último fin de semana valían 900.
Un servicio como el estacionamiento frente a los principales balnearios, cuesta unos 15 pesos -por hora por vehículo-, y el ingreso al sector privado de la playa ronda los 12 pesos por persona. Así, sólo por ir a la playa por la tarde y tomar una gaseosa, una familia de cuatro personas podría gastar cerca de 150 pesos.
Otras complicaciones, derivadas de los reiterados, casi cotidianos cortes de luz, es la posibilidad de manejarse con dinero en el único cajero automático de lugar. Con cada interrupción del servicio, el equipo sufre desprogramaciones, que requieren el servicio de un técnico especializado que no reside en la ciudad.
Así, el cajero puede permanecer fuera de servicio varios días.
“Pasar las noches sin luz, con gastos que sacaron a los turistas del presupuesto, y sin poder extraer efectivo, fueron algunas de las razones por las muchas familias debieron irse, pero siempre muy enojadas”, admitieron.
“Nunca más volvemos fue lo más leve que escuchamos. El enojo de quienes tuvieron que irse fue muy grande, con insultos y prometiendo no regresar se tuvieron que dejar partir a muchos turistas, y lo peor es que no había manera de contener o de resolver el problema”, reconoció en diálogo con este medio el propietario de un restaurante céntrico de la localidad.
El jueves pasado, en la sede de la Cámara de Comercio se retomaron las rees de asociados después de algunos meses sin actividad. Las expresiones vertidas por los distintos actores del sector privado, fueron muestra de una sensación general de enojo creciente y temor por que el impacto del verano “caótico” se prolongue en el tiempo.
Para quienes se dedican a la actividad comercial, que es gran parte de la población de Paso de la Patria, el pueblo está ahora mucho más vacío, y el principal temor es que la reputación del lugar de descanso construida a través de los años, se haya visto dañada para el futuro. “Nos llevó años de inversión y sacrificio, y ahora no sabemos si será posible revertir”, reconocieron.
“Esperábamos un verano espectacular, en el que podríamos haber crecido. Pero el 31 de diciembre fue el primer corte prolongado. Quienes llegaron a pasar las fiestas con ánimos de quedarse varias semanas, ya se fueron desde el principio. Si sigue así, dentro de dos o tres años, esto puede ser una ruina”, lamentaron.
Así mismo, endilgaron al estado municipal y provincial gran parte de la responsabilidad, por no “apoyar lo suficiente” al sector privado para poder superar el trance.
Ahora, preparan un relevamiento de pérdidas por rubro, y en ese sentido la entidad instó a los asociados a hacer un cálculo estimativo de los daños, y de los gastos en combustible para generación de energía, que planean presentar al Gobierno provincial, con la intención de pedir la eximición de impuestos como compensación.
Como promedio, estiman que la generación de energía para una vivienda de cuatro personas, insume un gasto de unos 200 pesos diarios.
(Época)
Domingo, 16 de febrero de 2014