SUDÁFRICA
Los actos públicos por Mandela culminan el 15 con un funeral de Estado
Los actos funerarios en recuerdo del ex presidente sudafricano y premio Nobel de la Paz Nelson Mandela se realizarán a lo largo de los diez días siguientes a su muerte, mientras que mañana se celebrará para homenajearlo el Día Nacional de la Oración y la Reflexión. El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, hizo un llamamiento a los ciudadanos para "ir a los estadios, auditorios, iglesias, templos y sinagogas para celebrar la vida de `Madiba`", como se conoce popularmente en su país al ex presidente.
"Mientras estamos de duelo, deberíamos cantar también alto con nuestras voces, bailar y hacer lo que queramos para celebrar la vida de este revolucionario excepcional que mantuvo el espíritu de la libertad vivo y nos condujo a una nueva sociedad", dijo Zuma.
El primer gran acto público será el funeral del 10 de diciembre en el Estadio Soccer City (Ciudad del Fútbol) de
Johannesburgo, donde unas 80.000 personas podrán presenciar la ceremonia.
Las puertas se abrirán hasta completar la capacidad del lugar y como se prevé que concurrirá mucha gente también se habilitarán otros estadios del país para transmitir el acto en directo, informó Europa Press.
Tras este primer funeral se instalará la capilla ardiente en el complejo Union Buildings, que aglutina las principales sedes del
Gobierno, donde los sudafricanos podrán ver el féretro de Mandela entre el 11 y el 13 de diciembre.
Durante esos tres días, los restos de Mandela serán trasladados entre el Hospital Militar 1 y el complejo Union Buildings en una ruta en la que el Gobierno invitó a la población a participar como "guardia de honor" de Madiba.
El sábado 14 de diciembre, el cuerpo de Mandela será trasladado a Waterkloof, Pretoria, donde el Congreso Nacional
Africano dará su último adiós a su histórico líder y desde allí volará hasta la región de Cabo Oriental.
Una guardia de honor militar recibirá los restos de Mandela en un ataúd cubierto con la bandera sudafricana y los trasladará al
Aeropuerto de Mthatha.
Mientras estamos de duelo, deberíamos cantar también alto con nuestras voces, bailar y hacer lo que queramos para celebrar la vida de este revolucionario excepcional"
Jacob Zuma Desde allí el cuerpo de Mandela será transportado en un carro de artillería y una carroza hasta la casa de la familia de Mandela en la aldea de Qunu donde se realizará una ceremonia tradicional de la comunidad Thembu a la que pertenece el ex presidente.
El último día de conmemoraciones será el 15 de diciembre, con un funeral de Estado que se celebrará en Qunu ante la familia de Mandela, el presidente y el gobierno sudafricanos y jefes de Estado y de Gobierno de otros países.
Las autoridades sudafricanas habilitaron libros de condolencias en las distintas regiones del país y en las embajadas sudafricanas en todo el mundo, así como la página del Gobierno (https://www.facebook.com/GovernmentZA) para dejar mensajes en recuerdo del líder de la lucha contra el régimen racista del `apartheid`.
Mientras, la casa en la que vivió y murió Mandela, en el barrio Houghton, se encuentra cubierta de flores, velas y mensajes dejados por ciudadanos que celebran y extrañan a Madiba.
El entorno de la vivienda, acordonada fuertemente por la Policía, es una canción permanente entonada por decenas de personas que bailan y tocan tambores en honor al ex presidente sudafricano.
"Él nos liberó, solo podemos recordarle con alegría", comenta una mujer negra citada por la agencia de noticias Efe que, gracias a la lucha que dignificó a Mandela, hoy no tiene problemas para mezclarse en un barrio de blancos.
La ciudad entera se encuentra empapelada con el rostro de Mandela, con carteles pegados en los árboles, en las farolas, en los muros, en las vallas y hasta en los grandes murales publicitarios.
Todas sus frases, sus colores y sus imágenes se resumen en mismo mensaje: "Gracias, Tata (padre)".
Mandela se convirtió en 1994 en el primer presidente negro de la historia de Sudáfrica, y lideró junto a su antecesor en el cargo y último líder del "apartheid", Frederik De Klerk una transición democrática que evitó una guerra civil entre blancos y negros.
Gracias a ese esfuerzo reconciliador, Mandela y De Klerk compartieron el Premio Nobel de la Paz en 1993.
Sábado, 7 de diciembre de 2013