PAI JULIÁN ZINI
Chamamé, "una herramienta en la educación si la sabemos usar"
Las vertientes de nuestro modo de ser y nuestra interrelación con lo supremo, la naturaleza y nuestro semejantes, todo eso y mucho más expresa el chamamé. Al decir del paí Julián Zini, quien sostiene que este género musical tan particular y único sirve para mostrar cómo somos. Poeta, autor y compositor, Julián Zini, durante un contacto con “Dialogando”, haciendo honor al “Día Nacional del Cahamé” narró algunas anécdotas de su vida, siempre difundiendo lo mejor de nuestra música y costumbres.
“La mejor ropa que tiene el alma del litoraleño es el chamamé, es una ropa del alma, cuanto más ropa nos sacamos más nos damos cuenta de que estamos vestido de chamamé, siendo nosotros mismos”, supo decir con honda emotividad este verdadero “Chamamecero de Dios.
CORRENTINO DE LAS MISIONES
“Los guaraníes tienen con los misioneros algo en común muy fuerte que da como producto el guaraní misionero, que está hecho de lo religioso, de la cultura, del pueblo. El chamamé está en los guaraníes y está en los misioneros”, aseguró.
“Nací en Centinela, entre San Carlos y San José, fui anotado y bautizado en San José, mi mamá es de allí y mis abuelos correntinos, así que soy correntino de las Misiones”, contó el paí Zini sobre sus orígenes y recordó que se crio en Monte Caseros (Corrientes), hasta los diez años cuando lo enviaron a un seminario. “Hasta los 24 estuve en el seminario de Corrientes y después en el Seminario de La Plata”, agregó.
“No, me mandaron al seminario, me vieron que era un buen chico y Dios hizo que a pesar de todo haya terminado en el sacerdocio. Cuando me hice la pregunta, lo elegí. Siempre en el seminario tenés una dirección espiritual de un sacerdote que es como tu padre que te acompaña, como tu padrino y te va ayudando a buscar tu vida”, comentó.
La poesía, dijo, empieza de chico a los trece o catorce años en el seminario estudiando literatura, como un juego, una diversión el escribir en versos, y las lecturas de los poetas españoles, eso le permitió manejar el castellano y manejar el verso. Zini siempre escribió para las fiestas hasta que llegó a Mercedes (Corrientes), su primer destino (donde vive actualmente). Y luego lo trasladan a Curuzú Cuatiá donde permanece cinco años y vive una experiencia nueva de tipo sacerdotal.
Gracias al entonces obispo Alberto Devoto, quien le dio una visión de diversidad de imagen sacerdotal de acuerdo a las necesidades del pueblo, con sacerdotes en el campo, en la universidad, en el mundo del trabajo, en el mundo del arte.
Así reunió a los artistas, a los poetas, a los músicos y nace la misa correntina, con Ramona Galarza, Romero Maciel, empezando a cantar en el culto con la música del pueblo de Dios, de la región y entonces es el chamamé del pueblo.
Es animado luego, cuando llega en 1970, ya como párroco a Mercedes y se cuenta que el pueblo tiene un modo de decir, un modo de ser con mucha riqueza de la primera evangelización, y con un equipo de gente empieza a buscar las raíces de ese particular modo de ser que se expresa en el chamamé, en una serie de costumbres”.
“Y nos fuimos para atrás y gracias a Dios descubrimos todo el mundo de las Misiones Jesuíticas que estaba tapado para nosotros, que no se enseñaba ni se enseña todavía en las escuelas, pero fueron 150 años de catequesis que nos marcaron y nos dieron un modo de ser propio que todavía dura”, destacó el cura chamamecero.
(sudamericana)
Jueves, 19 de septiembre de 2013