Acecha al Argentinos de Caruso
San Lorenzo venció a Central
En uno de los juegos más apasionantes de la sexta jornada del Torneo Inicial, San Lorenzo avisó que su misión será pelear por el título y, en el Gigante de Arroyito, superó por 2 a 0 a Rosario Central con los golazos anotados por Martín Cauteruccio y Héctor Villalba. Los primeros 15 de partido fueron realmente electrizantes, con un dominio territorial de Rosario Central.
De hecho, se hizo dueño de la pelota y llegó en tres ocasiones al arco rival: Sebastián Abreu la picó sobre Sebastián Torrico y la dejó en el techo de la red, pero luego el arquero le ganó el duelo tras un débil cabezazo.
En Arroyito, el "Ciclón" venció 2-0 al "Canalla" por golazos de Cauteruccio (se fue lesionado y preocupa) y Villalba. Con este resultado, los de Boedo se afirman como escoltas, a una unidad de distancia de Argentinos. Por su parte, el local quedó en descenso. Dirigió Germán Delfino, "blanco" de críticas rosarinas.
En el medio, Nery Domínguez se animó con un derechazo a distancia que se fue desviado por escaso margen.
Poco a poco, aunque a los volantes les costaba encontrar el esférico, el conjunto "azulgrana" se fue adelantando en la cancha. Julio Buffarini quemó las manos de Manuel García con un remate potente a los 19 y, posteriormente, Germán Delfino anuló bien un gol con la mano de Martín Cauteruccio, que fue amonestado. Unos minutos después, Alan Ruiz probó su suerte desde lejos, pero sin potencia.
Sin embargo, la jerarquía del ex delantero de Quilmes se notó inmediatamente a los 26, escapándose en soledad ante la marca de los defensores, metiéndose al área y desenfundando un disparo de derecha que incluso engañó al guardavallas "auriazul" para conseguir la apertura del match. Tal vez de manera inmerecida, San Lorenzo se puso arriba en el marcador, fundamental para ganar confianza dentro del rectángulo y así imponer sus condiciones.
Como suele suceder cada vez que un cuadro anfitrión se encuentra abajo en el tanteador, agiliza el trámite en búsqueda de la igualdad. Pero, al mismo tiempo, resulta "afectado" por la presión y el nerviosismo popular, más teniendo en cuenta el lleno absoluto en las tribunas del estadio. De contragolpe, entonces, Héctor Villalba (ingresado por el lesionado Cauteruccio) pudo marcar a los 35, pero García se hizo enorme en el mano a mano rechazando al córner.
En los instantes finales del primer tiempo, nuevamente el "Canalla" arrinconó a la visita, aprovechando la dinámica de sus volantes y la nula marca del contrario. La más clara fue a los 40, cuando Abreu le bajó la pelota a Franco Niell, prácticamente diciéndole "tomá y hacelo", pero allí apareció Torrico con sus manos mágicas para ahogar el grito y quedarse con el balón. El juez mandó a todos los vestuario y la amargura del local fue imposible de disimular, ya que la caída no se ajustaba al desarrollo.
En el comienzo del complemento, ida y vuelta constante entre ambos elencos, pero las situaciones de peligro disminuyeron en cantidad. Obviamente, por sus urgencias, Central llevó la iniciativa de las acciones, pero los de Boedo se dieron cuenta que podían lastimar por los espacios en el campo ajeno. Leandro Romagnoli, exaltado con la labor del árbitro y por una actuación propia floja, le cedió su posición a Ignacio Piatti, en la clara búsqueda de Juan Antonio Pizzi de levantar el nivel del medio.
Con el correr del tiempo, el nivel del cuadro de Miguel Ángel Russo fue decayendo, desbordado emocionalmente porque la dupla de centrales del "Ciclón" respondía con solvencia ante los embates aéreos que pedían a gritos la cabeza de alguno de los atacantes. Al mismo tiempo, de contragolpe, Ruiz remató directamente afuera a los 20 y luego Villalba no llegó por milímetros para empujar un centro de Piatti a los 25.
Entre tanta tensión, pelea y desesperación, se sucedieron dos jugadas que podrían haber cambiado el trámite del cotejo en Rosario. A los 36, Elizari recibió un pase y se fue corriendo de cara a la portería, pero la idea de picarla por encima de la humanidad del arquero se topó con las manos de García. En la respuesta, un verdadero "milagro" fue posible cuando Walter Kannemann se tiró a los pies de Antonio Medina y le "aguó" el empate cuando se perfilaba para fusilar a Torrico. Quien no falló, a los 40, fue Villalba con una escapada monumental, un regate fantástico y una definición magistral para aumentar las diferencias.
Con el partido liquidado, la "locura" se apoderó de los jugadores, cuerpo técnico e hinchas de Central: reclamaron que el tanto de "Tito" debía ser anulado y encima Delfino tuvo que parar el juego unos instantes por la pirotecnia que utilizaron los fanáticos para descargar su ira. A su vez, Russo no soportó la frustración, que hunde a los suyos en la "zona roja", y se fue expulsado por protestar.
En síntesis, el "Cuervo" fue efectivo para capitalizar los huecos "canallas", amén de las grandiosas laborales de sus defensores. De esta manera llega a la línea de 12 unidades, acecha al líder Argentinos Juniors (una más) y deja en el olvido la eliminación "copera" ante River.
Domingo, 8 de septiembre de 2013