POR DANIEL CARAM
Quien quiera oir que oiga
Las PASO dejan un mensaje… contundente… y los que no quieran entenderlo deberán saber apreciar lo que dejaron las urnas. Esto fue, en términos boxísticos, el primer round. Y habrá que preguntarle a cualquier boxeador qué le pasa cuando recibe una dura paliza en los primeros minutos. Puede ser un gran campeón, pero después – para levantarse – debe esforzarse y mucho para revertir los números.Eso pasa ahora. El peronismo correntino recibió un cachetazo al mentón, y si se minimiza el golpe, estarán complicados.Por eso muchos deberán dar explicaciones, para saber qué error se cometió, cómo se revierte esta derrota, y qué se puede hacer para levantarse.
El error, que en definitiva no nos implica a todos sino a los directamente involucrados, debe darse entre aquellos que minimizaron éste escenario, se durmieron en los laureles y se dejaron llevar por pseudos figuras de la política.
Algunos festejan, y está bien. Es lo que corresponde.
Los que hoy están derrotados deben empezar a sentirse como tales, para solo así entender el mal. O sea: nadie se cura sino reconoce que está enfermo.
Y por eso muchos, en todo caso, deberán irse a sus casas.
Por su bienestar, porque tal vez no estén a la altura de otros que están plenamente involucrados con un cambio que muchos creen necesario.
Las elecciones legislativas –que en definitiva son las PASO- implica tener nombres propios. Y hasta ahí se debe analizar, sin considerar responsables.
¿Habrán entendido el mensaje?. A veces cuesta, pero de las derrotas se aprenden mucho más cosas que de las victorias. Sobre todo, cuando hay tiempo para cambiar.
Lunes, 12 de agosto de 2013