ANTE TANTO DOLOR SE HACE POCO Y NADA
Violencia de género: De la mano con la muerte
Asusta, conmueve. Pero parece que a algunos, los que deben bregar por la instrumentación de políticas claras que combatan la violencia de género, poco parece importarles los innumerables casos que terminaron en tragedia en Corrientes. Sobreviven los fantasmas de viejos-nuevos dolores, todos con una causa común: la violencia extrema de hombres contra mujeres. Y ante tanto dolor e indignación, se hace poco y nada. Y la muerte está rondando.
Eso parece vivir Irma Liliana López quien debió acudir a los medios para denunciar que desde hace tiempo sufre ataques verbales y físicos en su propia casa o en la vía pública.
Producto del último ataque que le propició el hombre, sufre de traumatismo ocular con úlcera corneal en el ojo derecho.
“Llevé a mi nenito a la casa del tío de mi hijo, que es el hermano de mi ex pareja, el estaba ahí con su actual mujer, yo no sabía y entré a la vivienda. Ni bien me vio, le empujó a mi nene y me empezó a insultar y me pegó una trompada, mi hija intentó pararlo, y su actual pareja, me jalaba del pelo y me amenazó con un cuchillo”, contó conmovida la señora, que no es más que un eslabón más de una violencia sin límites que parece haberse enquistado entre la sociedad correntina, con la aparente insensibilidad de autoridades, y de los propios medios.
Irma vive una situación puntual, porque dejando de lado perimidos prejuicios de mujeres que no pueden o no quieren abandonar a quienes los agreden, ella sí tuvo la valentía de dejar a su pareja (con el que tiene un chico de 7 años). Pero ni eso paró el vendaval de violencia y drama.
El dolor de Irma, advirtiendo que ya no sabe qué hacer para no terminar como Elizabeth Verón, el caso más reciente de una mujer que era agredida por su pareja y terminó muerta.
“Estamos en la nada, el hace lo que quiere. Donde me ve me va a pegar, voy a tener que salir reforzada, los vecinos son testigos que me agrede cada vez que me ve” remarcó la mujer atacada y agregó: “yo quiero que vaya preso, no voy a esperar a quedar como la otra chica que mató su pareja, tengo que velar por la salud de mis hijos”.
Algunas instituciones buscan generar conciencia, pero por esfuerzos personales, sin contar con un apoyo estricto de los organismos oficiales.
“Cuesta identificar porque estamos hablando de violencia de la persona que amamos”, advirtió Carolina González, una de las referentes del grupo de mujeres que desde hace tiempo en Corrientes trabaja en la cuestión.
“Es muy difícil que la mujer pueda reconocer eso. Aparte el círculo de la violencia es muy complejo, el golpe o la muerte es la última circunstancia y la peor”, sostuvo González.
Lunes, 29 de julio de 2013