Brindó un recital en el Luna Park
Palito Ortega: un regreso diferente, a todo lujo
Poco antes que en Costa Salguero comenzara la fiesta de "Graduados", la exitosa tira producida por su hijo Sebastián, Ramón "Palito" Ortega aprobaba con honores lo que había sido su gran asignatura pendiente: cantar en vivo con The Memphis Boys, los excelsos músicos estadounidenses que grabaron junto a su máximo ídolo, Elvis Presley. La cita fue el sábado en el Luna Park y no faltaron temas nuevos, los éxitos de siempre e invitados de lujo, como Cacho Castaña.
Durante cerca de tres horas, el autor de "La felicidad" ofreció dos magistrales shows en uno. En el primero, vestido con un atuendo negro que recordaba al del gran cantante country Johnny Cash, mostró las canciones de su nuevo disco Por los caminos del Rey (Bueno Records), grabado junto al mítico conjunto en Los Ángeles, Memphis y Nashville.
Fue en ese segmento en el que también participó el Coro Gospel Joy, una agrupación argentina que reemplazó al grupo vocal que había armonizado las primeras canciones nuevas que el ídolo tucumano plasmó en un disco después de 25 años.
Durante la segunda parte, el ex Club del Clan se vistió de plateado para repasar los más grandes éxitos junto con su banda, en la cual está su excompañero e inseparable amigo Lalo Fransen. Fue entonces cuando Ortega hizo vibrar a su público porque no dejó ni un solo éxito sin cantar.
"Grabaron con los más grandes. Tocaron con Aretha Franklin, con Elvis, con Johnny Cash. Y ahora acompañan a nuestro Palito Ortega. Ellos son The Memphis Boys" decía Lalo Mir desde una pantalla gigante. Así, los músicos de Nashville, liderados por el mítico pianista Bobby Wood, abrieron el espectáculo con las introducciones de los éxitos de Presley "Falling in love with you" y "Thats all right mama". Fue entonces cuando el autor de "Un muchacho como yo" entró en escena para desplegar una serie de nuevas canciones con letras que, si bien transmitían el optimismo de siempre, mostraban un panorama más realista e incluían frases como "escucha la voz de la verdad" o "la tierra manda señales".
Desde lo musical, Ortega también probó con nuevos sonidos que en esencia eran suyos, pero mostraban una fuerte impronta de The Memphis Boys. Ese estilo mancomunado, con reminiscencias del rock clásico de las décadas de 1950 y 1960, se logró durante la grabación del disco. De hecho, fue el mismo Palito quien explicó que la banda "tomaba un tema y proponía el ritmo", aunque el original cambiara.
Otra aparición "poco ortodoxa", pero en concordancia con el mensaje de fe que expresaba en sus letras fue la del Coro Gospel Joy, que aportó con sus armonías magistrales un clima completamente nuevo. Según relató Amado Acosta, uno de sus directores, el grupo se mostró "sorprendido" de que Ortega los haya contactado. "Cuando preguntamos cómo habían llegado a nosotros, nos explicaron que nos encontraron en Internet y que, como teníamos un atuendo parecido al del coro original que había grabado con él, no dudaron en llamarnos", contó a ámbito.com.
Así, casi por casualidad, el cantante asistió a uno de los ensayos del conjunto local y si bien, en palabras de Acosta "se mostraba serio en un principio", después "se enganchó e incluso contó anécdotas de él junto a Charly García", como cuando "quisieron tocar en la plaza de Luján a las seis de la mañana, como los Beatles lo habían hecho en una terraza". Nunca llegaron a hacerlo, porque "a Charly le parecía demasiado temprano", pero lo que el rockero "si autorizó", según bromeó Palito, fue que su hija, Rosario Ortega, hoy corista de García, cantara un tema en vivo junto a él.
Tras la última nueva canción, llamada "Te busqué por el mundo", Ortega se retiró del escenario para darle lugar a John Mc Interny, conocido por protagonizar la película El último Elvis, de Armando Bo. El público disfrutó las increíbles versiones de "Suspicious Minds" y "Blue Suede Shoes". Pero la multitud explotó cuando las dos pantallas laterales se encendieron para mostrar a distintos artistas que habían interpretado los éxitos de Ortega, entre ellos Celia Cruz, Marisol, Raphael y la banda de Frank Sinatra. Es que el video anticipaba los hits de la velada, que comenzaron con un enganchado que incluyó "Media novia", "Despeinada", "Camelia" y "Que Dios te bendiga hermano".
Pero hubo mucho más. Lo primero fue un homenaje a Sandro, definido por Palito como "el primer Elvis Argentino". Tras dedicarle una emotiva canción, invitó al escenario a Fernando Samartin, quien protagonizó el musical Por amor a Sandro. Juntos, bromearon como si el imitador fuera en verdad Roberto Sánchez; entonaron los hits "Rosa, Rosa", "Ternura" y "Un muchacho como yo", y hasta movieron la pelvis. Luego, Ortega compartió una poderosa versión de "Popotitos", tema que había cantado a dúo con el recordado artista.
La noche también le ofreció un lugar al tango, con Cacho Castaña como invitado. Juntos decían "envidiarse" ciertos temas y así como Palito relató cómo cantaba en su casa "Café La Humedad", Castaña le confesó que siempre quiso que la canción "Sabor a nada" se le hubiera ocurrido a él primero.
Más tarde, entre chistes del ídolo ("a Sandro le tiraban ciertas cosas mientras a mí me tiran ositos") llegó una avalancha de hits que incluyó el melódico "A mi me pasa lo mismo que a usted"; los alegres "Corazón contento"; "La felicidad"; "Estoy perdiendo imagen"; "Muchacho que vas cantando" y "La sonrisa de mamá" y después invitó a subir al escenario a su esposa, Evangelina Salazar, quien fue recibida con un cálido aplauso.
Para cerrar, el ídolo oriundo de Lules, eligió los hits "Yo tengo fe"; "Caminando por las calles voy cantando" y llamó a todos los que habían participado del show para interpretar uno de sus nuevos temas, "RockandRoll".
Con cerca de 50 canciones, un público fanático predispuesto a lo nuevo y fascinado con lo clásico y la suma de talentos, Palito Ortega tuvo el merecido regreso con disco de lujo. Un encuentro en donde pudo complacer, pero también, darse el gusto. Su propia versión de la felicidad.
Lunes, 3 de diciembre de 2012