FUTBOL LOCAL
Nelson Vivas, una nueva víctima de la trituradora de técnicos
La dirigencia de Estudiantes le comunicó que no le renovaría el contrato tras la eliminación de la Copa Argentina y el Chango rechazó dirigir los últimos tres partidos del torneo. Ya son 29 los DT que se quedaron sin trabajo.
No va más para el Chango. Tras la sorpresiva e histórica eliminación de Estudiantes de la Copa Argentina, a manos de Sport Club Pacífico de General Alvear (Mendoza), conjunto que milita en el torneo Federal B, la institución platense decidió prescindir de los servicios de Nelson Vivas.
La dirigencia le comunicó que no le iba a renovar el contrato, aunque le pidió que dirija los últimos tres partidos del campeonato. El DT no lo aceptó y se consideró despedido.
Ya son 29 los técnicos que perdieron su trabajo en lo que va de temporada.
La salida de Vivas era cuestión de tiempo. Ya estaba en duda desde la inesperada eliminación en la fase de grupos de la Copa Libertadores y lo que ocurrió ayer en cancha de Banfield. Por lo pronto, el plantel Pincha completó ayer la jornada de entrenamiento en City Bell bajo las órdenes de Lucas Nardi, el técnico de la Reserva, quien tendrá el objetivo de clasificar a la próxima Libertadores.
De los 30 equipos de Primera División, solo ocho fueron los que mantuvieron al entrenador: Boca, River, Talleres de Córdoba, Banfield, Patronato, Lanús, San Lorenzo y Atlético Rafaela. Los privilegiados son Guillermo Barros Schelotto, Marcelo Gallardo, Frank Kudelka, Julio Falcioni, Rubén Forestello, Jorge Almirón, Diego Aguirre y Juan Manuel Llop.
Un dato no menor, en tanto, es que de los 22 restantes, ocho cambiaron más de un cuerpo técnico en lo que va del año, como son los casos de Aldosivi, Arsenal, Belgrano, Racing, Huracán, Sarmiento, Tigre y Unión.
El caso más curioso es el de Racing. El plantel llevó a cabo la pretemporada bajo la conducción de Facundo Sava, pero el entrenador fue despedido luego de perder con Lanús la Supercopa Argentina y allí fue Claudio Ubeda el que tomó la posta. Aunque asumió en una especie de interinato, en su momento se especuló con la posibilidad de que continúe al frente.
Sin embargo, tras la igualdad con Talleres de Córdoba, la dirigencia anunció a Ricardo Zielinski como el flamante entrenador.
El ciclo del Ruso duró tan solo 13 jornadas, porque los resultados no lo acompañaron y como para calmar a un hincha cada vez más impaciente, les dio la satisfacción de repatriar a Diego Cocca, el conductor del último plantel campeón.
Lo que demuestra este ejemplo es que las presiones no discriminan entre grandes y chicos, y tampoco lo hacen a la hora de analizar objetivos trazados con anterioridad. Da igual si una institución pelea por abrazar el título, por clasificar a una competencia internacional o por mantener la categoría. Y, mucho menos, tiene en cuenta la situación económica.
Cuando hay que dar un volantazo para intentar cambiar un presente desalentador, se dejan de lado los problemas financieros y no se contemplan los inconvenientes que pueden llegar a futuro, cuando en el balance final aparezcan los contratos a pagar de aquellos entrenadores que fueron despedidos porque los resultados no fueron los esperados.
En definitiva, y como ocurrió a lo largo de la historia, los técnicos son siempre, por una cuestión lógica, los que pagan los platos rotos, porque es más sencillo echar a una persona que a treinta. Terminan siendo los responsables directos cuando, muchas veces, son los que menos culpa tienen.
Martes, 13 de junio de 2017